Los datos muestran que ademas del 21% de paro (o el 45% de desempleo juvenil), más del 30% de los rumanos que viven en España están desempleados, y que su llegada legal se ha duplicado desde la entrada de este país en la UE en 2007, pasando de los 388.000 en enero de 2006 a los 861.586 en marzo de 2011.
Cuando Rumanía y Bulgaria accedieron a la UE, los 15 socios más veteranos impusieron restricciones a sus trabajadores. Nuestro país fue uno de los primeros en eliminarlos en 2009, mientras que otros diez Estados (Austria, Bélgica, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Reino Unido) los mantienen hasta 2013.
El fracaso de la gestion de los ultimos gobiernos del PP y el PSOE, que basaron su economia en el crecimiento rapido en el sector de la cosntrucción, y el enriquecimiento rapido de los inversores, provoco que la bonanza economica que hizo que las empresas atrajeran a mano de obra extranjera para aumentar sus beneficios (normalmente pagandoles menos) se convierta en pesadilla y ahora ya la mano de obra barata no haga falta. Como vemos, la igualdad y los derechos de los trabajadores cuentan poco para el gobierno, y lo que realmente cuenta son los beneficios de los empresarios.
Asi España ha reintroducido el pasado 22 de julio la prohibicion de que los comunitarios rumanos puedan ejercer su derecho de moverse libremente como trabajadores por toda la Union, hasta el 31 de diciembre de 2012. Algo curioso, pues mientras las ordenes llegadas de Bruselas cuando se refieren a recortes de salario, de derechos, o sociales, son amplicados por los gobiernos como si fuera imposible no hacerlo, mientras que los derechos que aparentemente tienen los ciudadanos comunitarios parecen ser de quita y pon. Y, ademas, sin que el gobierno rumano haga nada para defender los derechos de sus ciudadanos (claro que quizas es que en realidad Rumania ya no tenga soberania alguna para protegerlos).
Y es que volvemos a la evidencia de siempre. Una cosa es defender la igualdad y la democracia cuando se trata de defender los derecho de los magnates y las grandes empresas y otra, muy diferente, asegurar los derechos legales de los trabajadores. A estos ultimos, sea cual sea su nacionalidad, se les puede rebajar salarios, derechos o aplicar prohibiciones de su libertad de movimiento y empleo sin que, en este caso, parezca amenazadas el curioso concepto capitalista de los derechos y la democracia.
Y todo ello sin que la clase trabajadora española se sienta indignada por el trato que su pais da a los trabajadores rumanos, e incluso, sin que los casi un millon de trabajadores rumanos en España se movilicen por los derechos de sus compatriotas discriminados. Y es que mientras los trabajadores de cualquier nacionalidad sigan desunidos, siempre seran los perdedores mientras los que ganan siguen enriqueciendose a su costa.
1 comentario:
Va trece şi asta...
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