Manifestación en Bucarest con motivo de la proclamación de la República Popular Rumana (diciembre de 1947) |
Este tratado vincularía desde entonces a Rumania con los países de su entorno, y la encuadraría en el denominado "Bloque Socialista" frente al "Bloque capitalista" (este último ya decidido a tomar el relevo ideológico y económico del de la Alemania nazi).
La historia de este tratado se relaciona directamente con una propuesta realizada por el gobierno del todavia presidente de EE.UU., Harry S.Truman, el genocida de Hiroshima y Nagasaki. Este, bajo la excusa de ayudar a la reconstrucción de la Europa destruída tras la Segunda Guerra Mundial, propone el 5 de junio de 1947 el conocido como Plan Marshall (que toma el nombre del Secretario de Estado que lo elabora). El gobierno de Petru Groza fue invitado por los norteamericanos, al igual que el resto de los países afectados, a acogerse a dicho plan, que pretendía atraer bajo la influencia de Washington a todos los países europeos, para imponer en ellos el modelo liberal que, finalmente, se instauró en las zonas que finalmente terminaron sometidas al nuevo imperio yankee.
Esta propuesta supone una agresión al pacto tácito que existía entre las potencias vencedoras, según el cual cada una se responsabilizaría de gestionar y dirigir la reconstrucción y organización de la zona liberada por ellos. Esta política se concreto en el Tratado de Yalta, en 1945, donde se decidió la división de Alemania entre los cuatro paises "libertadores", aunque pronto las partes correspondientes a Francia, Inglaterra y EEUU decidieron unilateralmente la división de Alemania en dos, la democrática y la capitalista.
Los paises controlados por Estados Unidos y su Plan Marshall |
En Scanteia, órgano oficial del Partido Comunista, entonces Partido de los Trabajadores, se publica el comunicado palabra por palabra:
Las intenciones de EEUU de hacerse con el control de toda Europa son frenadas en seco en los países liberados por la Unión Soviética, y donde el componente obrero y comunista tiene mayor impotancia en las decisiones. Mientras lo que será mas tarde la Europa capitalista se pliega a las exigencias de Washington, sometiéndose a cambio del plan de inversiones que continua la fórmula de la dominación del capital sobre la fuerza de trabajo, en la Europa del Este la reconstrucción se planificará desde las premisas del Socialismo y de la lucha por la erradicación de toda explotación del hombre por el hombre.
Es decir, Rumania elige confiar y colaborar con la Unión Soviética, más cerca geográficamente y que había liberado al país de los nazis de Antonescu y los genocidas legionarios. Scanteia publicará algunas noticias donde se remarcan los debates que se daban entonces en las zonas controladas por EEUU: "El Yorkshire Post y The Observer han expuesto muchas dudas: que el Plan Marshall presupone la renuncia a la soberanía nacional (...). El pueblo rumano desea vivir libre, independiente, en unión de la fuerte amistad con la Unión Soviética, con los pueblos democráticos de su alrededor y con el resto de los pueblos amantes de la libertad. Y desea que su decisión sea respetada"
De los 6 artículos del tratado, los dos primeros se referían a Alemania y al compromiso mutuo de defenderse en caso de un ataque desde la nueva Alemania fascista, la surgida por la unión unilateral de la parte norteamericana, francesa e inglesa:
“El gobierno
de Rumania considera que la organización propuesta por el
gobierno británico y francés llevará fatalmente al resultado que
significa, por un lado, la perdida de independencia por la cual los
países europeos deberían mantener con respecto a su política
económica, y por otra parte la injerencia en los asuntos internos de
estos países. Además, cualquier plan de potenciamiento económico europeo solo se puede aceptar si cuentan con el apoyo de todos los
países del continente y si se apoyan en la colaboración en primer
lugar de la URSS".
Las intenciones de EEUU de hacerse con el control de toda Europa son frenadas en seco en los países liberados por la Unión Soviética, y donde el componente obrero y comunista tiene mayor impotancia en las decisiones. Mientras lo que será mas tarde la Europa capitalista se pliega a las exigencias de Washington, sometiéndose a cambio del plan de inversiones que continua la fórmula de la dominación del capital sobre la fuerza de trabajo, en la Europa del Este la reconstrucción se planificará desde las premisas del Socialismo y de la lucha por la erradicación de toda explotación del hombre por el hombre.
La Alemania administrada en cuatro partes tras la victoria soviética contra el nazismo, con el compromiso de las partes de negociar la unificación, roto por Estados Unidos, Inglaterra y Francia |
El 11 de enero de 1948 una delegación rumana viaja a Moscú, conducida por el Ministro de Finanzas, el comunista Vasile Luca, acompañado de Gheoghe Maurer, Miron Constantinescu y otros miembros del gobierno. Su objetivo era negociar las condiciones del futuro Tratado de Amistad. Recordemos que el rey Mihai había dejado de ser ya Jefe de Estado del país el 30 de diciembre de 1947, fecha en la que se proclamó la República Popular de Rumania.
El 2 de febrero de 1948, el gobierno hizo pública su decisión de que a la delegación económica que se encontraba en la capital soviética se sumara una delegación gubernamental formada por Petru Groza, el Primer Ministro, Lothar Radaceanu, Ministro de Trabajo y Seguros Sociales, Gheorghiu-Dej, Secretario General del Partido de los Trabajadores, y otros líderes del partido, como Ana Pauker, todos recién llegados de Hungría tras firmar allí un tratado de amistad con el país vecino. Un tratado de tal importancia como el Tratado de Amistad, Colaboración y Asistencia Mutua no podía ser firmado sin la presencia del Primer Ministro, y por ello los negociadores de Vasile Luca, tras la llegada al acuerdo, esperan la llegada de la delegacion gubernamental.
El tratado sería firmado finalmente el día 4 de febrero por Molotov, Canciller Soviético, y Petru Groza, Jefe del Gobierno de Rumania. A esta firma pertenecen las imágenes que se muestran en el vídeo que aparece al final de la entrada.
"Las partes firmantes se obligan a tomar todas las medidas posibles en común para enfrentar cualquier repetición de las agresiones de parte de Alemania o de cualquier otro estado que se una con Alemania, directamente o en cualquier otra forma". Se precisa además que se actuaría "en concordancia con los principios de la carta de la ONU".
Estos artículos se firman ante la evidencia de que Estados Unidos no vino a Europa a reconstruirla altruistamente, sino que su objetivo principal era controlarla, sin ceñirse tan solo a la parte que, tras el final de la guerra, quedará bajo su administración. Ante las posibilidades de que desde Alemania (todavía unida, aunque bajo diferentes administraciones) se organizara un ataque hacia la parte soviética o hacia otro país del este de Europa, la URSS firma tratados de amistad y apoyo mutuo con los países liberados por el Ejercito Rojo, comprometiéndose todos a apoyarse y defenderse mutuamente.
El Tratado preveía una duración de 20 años, y si ninguno de las dos partes lo denunciaba con un año de antelación, se renovaría por periodos de cinco años. La agresión que supone el Plan Marshall es entendida por Molotov y Stalin como una injerencia norteamericana, a la que hoy estamos tan lamentablemente acostumbrados, y los diferentes tratados de amistad son, en principio, una forma de defensa contra lo que brillantemente anticiparon como un intento de hacerse con el control de toda Europa dirigido desde Washington, como una perpetuación del derrotado fascismo pero con máscara democrática.
La división definitiva de Alemania en 1949 y la formación de los dos bloques económicos y militares será la consecuencia del imperialismo yankee, que enfrentará al mundo en lo que todos conocemos como Guerra Fría hasta finales del siglo XX.
En el siguiente video, como ya se ha hecho referencia más arriba, se puede presenciar el momento de la firma de aquel Tratado de Amistad Rumano-Soviético, con la presencia de Molotov y Stalin, por parte soviética y Petru Groza, Ana Pauker y otros líderes comunistas rumanos, como Vasile Luca o Gheorghiu-Dej.
En el siguiente video, como ya se ha hecho referencia más arriba, se puede presenciar el momento de la firma de aquel Tratado de Amistad Rumano-Soviético, con la presencia de Molotov y Stalin, por parte soviética y Petru Groza, Ana Pauker y otros líderes comunistas rumanos, como Vasile Luca o Gheorghiu-Dej.
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