domingo, 16 de junio de 2013

Emperador y Proletario (Mihai Eminescu)

A Mihai Eminescu (1850-1889) hoy se le considera el poeta nacional de Rumania. Por supuesto que la propaganda mediática y cultural del sistema esconde el verdadero carácter del poeta nacido en la Bucovina austriaca a principios del siglo XIX, y luego emigrado a Moldavia. Como se puede ver en uno de sus poemas mas famosos, Emperador y Proletario, traducido por los comunistas españoles Rafael Alberti y María Teresa León, e incluido en una de las mas famosas recopilaciones de poetas revolucionarios y socialistas de la historia,  Asaltar los cielospublicado por el Instituto Cubano del Libro en 1975 en homenaje al triunfo de la Revolución Cubana, la ideología de Eminescu era muy diferente a la del fanático ortodoxismo y la sacralización de la desigualdad social propias de la Rumania neoliberal del siglo XXI.

Eminescu era ateo, muy sensible a la desigualdad social y, por supuesto,crítico ante la religión y el estado, que veía como pilares de dominación de las masas proletarias. Como pregunta en uno de sus versos, "¿Por qué olvidáis que sois el número y la fuerza? Fácilmente podríais repartíos la tierra" , y afirma en otro, "los poderosos viven circundando de leyes su amor y su fortuna; los bienes que robaron les sirven para eso, y para conspirar contra aquellos que sufren uncidos al trabajo para toda la vida".

Entiende la religión como el gran engaño para que los trabajadores se "inclinen con más fuerza ante el yugo" y recomienda, sin pelos en la lengua, "destruid los palacios, los templos que esconden crímenes".

Se trata, pues, de uno de los grandes poemas de la historia de la literatura que denuncian el problema social de la nueva clase que va surgiendo con el desarrollo del capitalismo, los proletarios, y que es sometida por los pocos privilegiados de este sistema a vivir miserablemente, mientras estos llevan una vida de lujos y placeres a costa de la riqueza producida por aquellos.

Eminescu es considerado como un poeta romántico tardío, pero su vida coincide con los comienzos del desarrollo de la idea socialista por toda Europa que, debido a la gran influencia francesa en la entonces naciente unión de los principados de Moldavia y Valaquia, el germen de lo que va a ser, a partir de la decada de los sesenta del siglo XIX, Rumania, va a empezar a prender al norte y al sur del Danubio y a dejar su mayor o menor influencia en artistas y escritores que, como Eminescu, van a empezar a denunciar la explotación a los proletarios, base del enriquecimiento de la oligarquía económica capitalista, y también a recomendarles la solución: la organización y la lucha.

No por otra cosa, tanto Pablo Neruda como Rafael Alberti, dos de los mas grandes poetas del siglo XX y de los mayores representantes de la poesía comprometida y social, se enamoraron y tradujeron los versos de este poeta rumano, y en especial de su poema "Emperador y Proletario" que, sobre todo en su primera parte, está lleno de denuncias contra la ideología y el sistema capitalitas, contra la religión, como opio del pueblo (que dirían Marx y Engels), a la vez que lleno de esperanza en la liberación de las consecuencias del capitalismo naciente, en el cual, como bien sabemos, los trabajadores son reducidos al estado de "bestias de carga" y en el que "todos los millones de riqueza lujosa, que amontonan los ricos oprimiendo a los pobres, salen de los sudores del pueblo esclavo".

Ante eso, clama Eminescu: "Aplastad este orden tan cruel como injusto, que entre ricos y pobres el mundo ha dividido"

Eminescu también fue un hiriente periodista, que no dejo de atacar al nuevo orden capitalista que se iba instaurando en los principados danubianos (Moldavia y Valaquia) y en la naciente Rumania. No obstante, parece que fue demasiado molesto y acabó muriendo muy joven, a los 39 años, tras recibir, según algunos, una herida en la cabeza de origen desconocido.

Por supuesto que Eminescu no era propiamente un intelectual marxista, ideología que todavía estaba en ciernes y que en Rumania apenas estaba dándose a conocer, pero compartía con el marxismo y con los movimientos socialistas recientemente nacidos la capacidad de indignación ante la injusticia, que diría un siglo después el Ché Guevara que nos hace hermanos, el deseo de construcción de un mundo donde ningún hombre explotara a otro, además del convencimiento de que la religión y el falso patriotismo no eran mas que engaños y anzuelos para que los trabajadores se resignaran a su sometimiento y siguieran alimentando a los grandes ladrones de la clase dominante.

Como se ve, y lamentablemente, el mundo no ha cambiado tanto desde la época de Eminescu, ahora que se acaban de cumplir, el pasado 15 de junio, 124 años de su fallecimiento, y las experiencias que lograron o intentaron hacer lo que Eminescu recomendaba, acabaron, en general, salvo algunas excepciones, destruidas y convertidas por la manipulación y la censura en fracaso, criminalizadas por aquellos mismos que el poeta rumano recomendaba en su poema destruir sin dejar rastro alguno, "hasta borrar la huella de los que los imiten".






El texto es del libro citado, Asaltar los cielos

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