Irina Vlah, candidata sostenida por el Partido de los Socialista de R.M. ha ganado rotundamente las elecciones celebradas ayer, 22 de marzo, en la región autónoma de Gagauzia, en República Moldova. La candidata prorrusa ha conseguido el 51% de los votos, y ha vencido al presidente anterior, apoyado por el Partido de los Comunistas.
El triunfo de la candidata que ha declarado en su campaña que va a hacer efectivo el mandato de los gagauzios de acarcarse a Rusia supone un nuevo dolor de cabeza para la U.E. y EE.UU., en el conflicto con la Federación Rusia por la influencia en las antiguas repúblicas soviéticas.
La región de Gagauzia, con población mayoritariamente de origen turca, es autónoma desde 1992, cuando, durante la guerra de Transnistria, amenazó con alzarse en armas contra el gobierno de Chisinau si continuaban las intenciones de Estados Unidos de unir a Rumanía y República Moldova. Desde entonces, y tras la derrota de las tropas rumanas y estadounidenses, Transnistria es prácticamente independiente, con su propia moneda, sus instituciones y sus leyes, y Gagauzia aceptó seguir formando parte de Moldavia con una clausula en el acuerdo en la que se aceptaba su autonomía de autogobierno y otra en la que se señalaba que, en caso de unión con Rumanía, se proclamaría automáticamente su independencia.
Como también sucedió en las elecciones generales, ganadas por el Partido de los Socialistas, (Análisis de las elecciones de diciembre 20 en República Moldova), dirigido por Igor Dodon, la victoria de Irina Vlah muestra como el apoyo a Rusia por parte de los moldavos es cada vez mayor. De hecho, en un referendum reciente, los gagauzios votaron la integración con la Unión Euroasíatica en lugar de con la Unión Europea, en contra de los planes de Chisinau, Bruselas y Washington.
Las últimas elecciones supusieron un fracaso para el Partido de los Comunistas, que perdieron las primeras elecciones desde el año 2000, a manos de un partido surgido de su seno, el Partido de los Socialistas. Uno de los principales motivos de la escisión es el de la ambiguedad del Partido de Voronin en el marco de la lucha por el control del país entre la U.E. y la Federación Rusa, a pesar de que los votantes del PCRM tienen, en general, una mayor simpatía hacia Rusia que hacia Bruselas (principalmente, por la nostalgia del pasado soviético y, en segundo lugar, por la mayor influencia económica actual por parte de Moscú, siendo Rusia el principal socio comercial de Chisinau y destino principal de los emigrantes moldavos en busca de trabajo).
Irina Vlah fue miembro del Partido de los Comunistas de R.M., con quienes ganó un mandato de diputada en las últimas elecciones (diciembre de 2014). Sin embargo, dimitió recientemente para presentarse como "Bascanul" (nombre tradicional del jefe de los gagauzios) de la región autónoma, sostenida por el Partido de los Socialistas. Vlah justificó su decisión argumentando que el PCRM no respetó la opción de los electores de la Autonomía Gaugazia de acercarse a la Federación Rusa, declarando que "Cualquier fórmula de colaboración de los comunistas con los partidos proeuropeos a cambio de funciones políticas significarán nuevos fracasos del PCRM", en referencia al apoyo del partido de Voronin al Partido Liberal para formar gobierno tras las últimas elecciones, a pesar de haber sido ganadas por el Partido de los Socialistas.
Como hemos dicho, el año pasado se celebró un referendum en Gagauzia en el que la participación fue de más del 70%, con un resultado sorprendente para los proeuropeos: los gagauzios preferian acercarse a Rusia, en la Uníon Aduanera entre Rusia y Bielorrusia, que a Bruselas, y que de lo contrario el Parlamento debía declarar la independencia (Transnistria y Gagauzia solicitan su unión a Rusia).
En resumen, el triunfo de Irina Vlah en República Moldova es un nuevo motivo de preocupacion para la OTAN, la UE y EEUU, que ven como sus ambiciones de hacerse con el control de República Moldova, como ya hicieron con el conocido "Euromaidan" y el golpe de estado de hace un año, con Ucrania (aunque allí la piedra en el zapato les apretó en el Donbass).
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