Existe una palabra horrible en rumano, que suena a rayos y centellas. Cada vez que la escucho imagino una viñeta de comic con un bocadillo lleno de simbolitos tipo calveras, raspas, huesos, rayos, etc... La palabra en cuestión se usa mucho, asi que muchas veces caminar por Bucarest es como pasear por un tebeo de Mortadelo y Filemon. Se trata del término Dumneavoastra, que se usa para dirigirse formalmente a una persona, tal y como los españoles usamos usted. Suena a añejo, como a puerta del imaginario castillo de Dracula abriendose con un sonido estridente. Es una palabra que casa como hecha a propósito con la mentalidad del comunismos hiperburocrático que vivió Rumanía hace ya, eso si, demasiados años como para que aun sea la escusa que justifique todo lo malo de los tiempos actuales. Sin embargo, es cierto que hay actitudes del rumano que solo pueden explicarse de esa manera, recurriendo a la estructura social comunista.
Por ejemplo, la antipatía generalizada de los comerciantes, que no saben poner una sonrisa ante el cliente (no saben aun que siempre tiene la razón). Me han dado una explicación convincente: en el comunismo los encargados de tiendas tenían mucho poder porque por ellos pasaba toda la distribución de alimentos de un barrio o un pueblo. Esta situación les daba una autoridad ante los ciudadanos que aun no se ha perdido, y que hace que aun no entiendan que están ahí para vender, no para pasar el día sentados leyendo el periódico. Nunca vi dependientes mas antipáticos, aunque también los vecinos de mi bloque son un ejemplo de sordomudez enfermiza. Pocos de ellos se dignan a contestar un buna ziua cuando te cruzas con ellos (¿también eso es consecuencia del comunismo?). Lo cierto es es que esto es exagerado sobre todo en Bucarest, y que en otras regiones no sucede, así que eso debilita la teoría anticomunista... Y otra razón: los jóvenes, las nuevas generaciones, no cambian la forma de actuar de los padres o abuelos educados con Ceaucescu. Así que, tendremos que buscar otra razón para explicar esta actitud huraña y maleducada.
Otro ejemplo que se puede explicar, esta vez masa claramente, con la teoría del comunismo que todo lo pudre. Con el comunismo cada bloque de pisos tenia una especie de jefe que representaba a los vecinos ante el partido. Esto le daba un poder extremo de control sobre los demás, le ponía en un escalón superior y le otorgaba una autoridad que en España por ejemplo nunca tuvo (¿quien se imagina un presidente de comunidad mandando mucho, salvo en el caso de las casas cuartel de los picoletos?). En fin, en mi bloque actual la administradora todavía vive bajo la mirada burocratizadora del pseudosocialismo de Ceaucescu, antecedente claro del psedocualquiercosa del PSD actual. Sigo con la administradora, que me pierdo en el laberinto del lenguaje. Esta señora camina por su reino de 8 alturas como si ella fuera la ley, el orden, el monarca absoluto. Creo que vive todavía como la madre de los protagonistas de Good Bye Lenin, salvo que aquella era simpática.
La administradora del piso, los dueños o empleados de comercios, los funcionarios públicos, y otros muchos casos que no voy a citar ahora porque no es cuestión de repetir ahora la lista de los reyes godos, son merecedores totalmente de la palabra Dumneavoastra... Les va al pelo. Así que si alguna vez me oís decir esa palabra tan horrible, imaginad que me dirijo a la administradora de mi bloque, a algún estúpido comerciante o a cualquier funcionario publico anclado en el pasado (aunque tenga 20 años).
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