Una osadia similar solo podia ser castigada con la peor de las condenas para aquel que había intentado lograr la libertad económica: la esclavitud. Así que, mucho mas aún que en el resto de los paises que cayeron en las garras del imperialismo norteamericano (y de sus fieles cortesanos de la U.E.), Rumanía sufrió la destrucción de toda su industria productiva, incluyendo también, por supuesto, su rica agricultura, convirtiéndose totalmente en un pais dependiente de las potencias economicas extranjeras.
Además de ese castigo "divino" por parte de los dictadores del imperio (es decir, los grandes propietarios de las corporaciones económicas globales), se aplicó, como sobre el resto de los trabajadores de los antiguos paises socialistas, lo que se llamaba entonces "terapia de choque neoliberal", y que hoy, con la excusa de la crisis económica y tras el éxito en los paises-cobaya del otro lado del antiguo muro de Berlín (que cayó arrastrando con él a milllones de obreros de la RDA, Polonia, la URSS, Checoslovaquia, etc... que jamas habian sufrido en su vida el hambre, el desempleo o la falta de vivienda, por ejemplo), se aplicá en toda Europa bajo la etiqueta de "recortes inevitables".
Pero volviendo a Rumanía, cuya clase obrera sufrió probablemente mas que la del resto de paises que tras la caida del muro pasaron a ser colonia de las grandes multinacionales economicas capitalistas, el efecto del castigo destructivo y el brutal experimento convirtieron a los trabajadores rumanos en carne de cañon de la avaricia liberal, obligándo a muchos a huir del pais para poder sobrevivir en las potencias coloniales, ahorrando de paso dinero a los empresarios locales, o hundiendo a la mayoria de los que se quedaban en la miseria mas absoluta.
Tanto es así que en pleno 2012, aquel paraiso capitalista que el fascismo prometio cuando volvio a clavar sus colmillos en la yugular del pueblo rumano en 1989, para convencerle asi de que se dejará desangrar alegremente (pues que mejor para un pastor que enseñar a las ovejas a acudir felices al corrar y no tener asi que gastar en perros para obligarlas), se ha convertido en el infierno de 3 millones de rumanos huidos del pais, y del 60% de los que se quedaron sobreviviendo con menos de 400 euros al mes, teniendo que pagar el 40% de las medicinas recetadas, y endeudados hasta las orejas con creditos asumidos para poder pagar cosas inútilies que el sistema les obligó a comprar como si fueran imprescindibles para la felicidad o, y eso es aun peor, para poder costearse las medicinas o el pan de cada dia.
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Aunque los comerciantes no sean muy felices con las nuevas practicas impuestas por la necesidad, parece que no les queda otra si quieren vender su mercancia: si no fian, no venden.
La costumbre que todos conociamos de las peliculas en blanco y negro, de antes de la Segunda Guerra Mundial o, en algunos casos como en España, del negro y sangriento periodo franquista, es en Rumania, tras años de experimento neoliberal, algo común.
Ya se sabe lo que dice el refrán: cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar. Y es que si por algo se comenzó a aplicar en Rumania y otros paises del este, antiguos socialistas, el experimento que acabó con su industria productiva, les convirtió en colonia de las multinacionales, y empobreció en nivel de vida a sus trabajadores hasta extremos considerados de ciencia ficción en el periodo comunista, es porque la caida del muro de Berlín, el hundimiento de la URSS, y el supuesto triunfo final del fascismo enmascarado tras la apariencia de falsa democracia, ya anticipaba lo que se está empezando a aplicar hoy sobre toda la clase trabajadora europea (incluso la que hace 20 años vivia en un ideal y falso bienestar utilizado como anzuelo para que la clase trabajadora se tragara las mentiras sobre Occidente).
En definitiva, podemos decir que lo que sufrieron los trabajadores rumanos durante estas dos décadas fueron pruebas sobre cobayas humanas para testar el efecto de recortes, ajustes, y agresiones sin tapujos , y poco antes inimaginables, que se iban a llevar a cabo en todo Europa sobre la clase obrera, pues la clase parasitaria capitalista ya no tenia necesidad, tra la caida de la URSS, ni de fingir respeto ni de compartir ni siquiera las migajas del producto de su saqueo con los que siempre desprecio y considero poco mas que esclavos cuyo único sentido y función es mantener sus privilegios de clase parasitaria.
Así que, vayamos poniéndonos las barbas a remojar porque, probablemente, si no lo evitamos antes, la situación cada vez mas miserable de los trabajadores de Rumanía no sea otra cosa que lo que nos espera a todos.
Pulsando en el link, la noticia sobre el estudio de la Academia Rumana