Los rumanos piensan como esta chica española en una reciente manifestación |
De este modo, mientras el 70% de los encuestados reconoce que actualmente crear una empresa propia es un buen camino hacia la prosperidad, el 65% puntualiza que esto es solo si se explota la fuerza de trabajo de otros (una ley inexorable del capitalismo, ya explicada y demostrada por Marx hace mas de un siglo).
Igualmente, un 57% de los preguntados considera que en los negocios solo se enriquecen los que roban, y un 69% piensa que los empresarios trabajan bastante menos que sus empleados (pues en eso se basa precisamente el sistema parasitario en el que unos pocos viven generalmente del cuento mientras otros trabajan para ellos, en el fondo una nueva versión dulcificada de la esclavitud de toda la vida).
No ha tenido que pasar mucho tiempo para que los trabajadores rumanos capten al vuelo el alma mafiosa del capitalismo, y para que lleguen a la misma conclusión que ya, entre otros, Honoré de Balzac había dejado escrita en una de sus grandes obras, La comedia humana, cuando este sistema se empezaba a imponer en Europa: "Detrás de una gran fortuna siempre hay un gran delito".
Para ilustrarlo, comparto aquí el mensaje de una pintada que fotografié hace un tiempo en la fachada de un edificio del barrio de Floreasca, en el norte de Bucarest, en relación a la inhumana transformación del trabajo (durante el Socialismo era un derecho garantizado además de una forma de participación en la construcción colectiva del futuro común) tras la instauración en Rumanía en 1990 de la tiranía del capital:
"El trabajo es pulsera de oro para la muñeca de otro"
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