Tras la llegada al poder de los que comenzaron el camino hacia la restauración del capitalismo en la Unión Soviética, encabezados por Kruchev y Brevnev, los paises satélites de Moscú se apresuraron a retirar las estatuas en su honor de todas sus ciudades, a pesar de sus ciudadanos.
Con la desestanilización de principios de los años 60, la estatua que presidiría la entonces llamada Plaza Stalin (hoy Plaza Aviatorilor) desapareció misteriosamente (es decir, fue retirada aprovechando la noche por las autoridades), siendo después fundida para utilizarla en la estatua de un escritor rumano que fue Presidente de la Gran Asamblea Nacional Comunista, Mihai Sadoveanu, que hoy se encuentra en la localidad de Falticeni. Su autor, Ion Irimescu, relató que la estatua de Stalin había sido guardada, tras haber sido desmontada por vía de urgencia una noche para que los trabajadores no pudieran reaccionar, manteniéndose guardada un tiempo en los sótanos del Comité Central del Partido Comunista de Rumania, hasta que Nicolae Ceausescu decidió fundirla para construir la nueva estatua del literato y político rumano.
La estatua de Stalin permaneció en la Plaza del mismo nombre desde 1951 hasta 1962. Alrededor de ella, las masas trabajadoras rumanas solían celebrar sus mítines, además de ser un objetivo turístico para los rumanos cada vez que visitaban la capital o el parque, posando orgullosos, como las dos trabajadoras de la imagen adjunta, frente al líder de los comunistas de todo el mundo.
En su lugar, y como muestra de la caída libre en la que había entrado el comunismo en el este de Europa y en Rumania tras el triunfo del revisionismo en la URSS, una vez derribada se colocó en su lugar al creador, mediante un golpe de estado, de la V República francesa, asesino de argelinos que intentaban zafarse del salvaje colonialismo francés, Charles de Gaulle, figura menor de la Segunda Guerra Mundial y la derrota del fascismo si la comparamos con la grandeza e importancia de Stalin, la Unión Soviética, el Ejército Rojo y los partisanos comunistas de todo el mundo.
Ana Pauker, Dej, Groza y otros líderes comunistas pasando junto a la estatua de Stalin, a las puertas del parque Herestrau |
Dos trabajadoras rumanas inmortalizándose frente a la estatua de Stalin |
Concentración de duelo de los trabajadores rumanos tras la muerte del líder soviético |
Estatua de Stalin en 1961, como aparece en un documental sobre Bucarest de British Pathe |
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