La Asamblea Parlamentaria de la OTAN estuvo presidida por su Secretario General, Jens Stoltenberg, que estuvo acompañado por el presidente de Rumania, Klaus Iohannis, Jens Stoltenberg ha apreciado la participación de Rumania en misiones de la OTAN en Kosovo y Afganistán y la asignación de las autoridades rumanas del 2% del PIB al presupuesto de defensa: "Rumanía es importante en muchos aspectos: tanto por su contribución a las misiones en Afganistán y Kosovo, como por su participación en el escudo antimisiles, además de se uno de los pocos estados que va a gastar el 2% del PIB en defensa. Por lo tanto, Rumania quiere mantener a los cerca de mil millones de ciudadanos de los estados miembros de la OTAN seguros ".
Por supuesto, Ni Iohannis ni Stoltenberg dijeron ni mu sobre la situación de la clase trabajadora rumana, con salarios miserables (más del 50% de los trabajadores rumanoa gana menos de 200 euros al mes) o la desindustrialización brutal del país desde el golpe de estado capitalista del 89 (destrucción de la mitad de los puestos de trabajo, convirtiendo a Rumania en el país con un mayor número de exiliados económicos en relación a su población), ni la constante reducción del presupuesto educativo o sanitario, entre otros.
Stoltenberg ha declarado también que la OTAN no debe de retirarse de Afganistan, porque sin ellos "el país se convertiría en un caos" (¿más que ahora?), o en refugio de terroristas. Por supuestos, no dijo nada del gran interés de las fuerzas militares occidentales, al servicio de las grandes corporaciones y de sus negocios legales e ilegales, de los campos de opio del que es el primer productor de esta droga.
El derechista Klaus Iohannis afirmó que también cree necesario que la OTAN se refuerce (en todo caso, de lo contrario, también lo diría): "Rumania, como un aliado responsable, hará todo lo que esté en su poder para hacer esto (...). La OTAN no es una alianza fuerte sólo a través de medidas de defensa colectiva, sino a través de sus valores. Si estos valores están bien protegidos, esta es la contribución más valiosa a nuestra seguridad ".
Suponemos que por "valores" Iohannis entiende las matanzas rutinarias de los soldados de la OTAN en los paises bombardeados, ocupados y saqueados por las grandes empresas de las potencias militares que forman parte de la OTAN (entre las que no está, por otro lado, Rumania).
Iohannis acompaño a Stoltenberg a pasar revista a las tropas de la base aérea de la OTAN en Craiova, en el suroeste de país. En Craiova, Stoltenberg afirmó, ante soldados polacos, rumanos, españoles y portugueses que
“Estamos enviando un mensaje muy claro: la OTAN está aquí, la OTAN es fuerte y la OTAN está unida”, dijo Stoltenberg a soldados polacos, rumanos, españoles y portugueses reunidos, anunciando que en el akelarre de la OTAN también se ha decidido reforzar el flanco oriental con patrullas aéreas de Canadá e Italia.
En resumen, la Asamblea de la OTAN reunida en Bucarest decidió que la nueva fuerza militar desplegada en Rumania se monte alrededor de una brigada rumana formada por unos 4.000 soldados, apoyados por tropas por otros nueve países de la OTAN y, como complemento, hacer un despliegue separado de otros 900 soldados estadounidenses que ya han llegado a su destino con funciones especializadas.
El objetivo final es aumentar la presión sobre Rusia en el Mar Negro, eso sí, dice Stoltenberg, suponemos que sin mirarse a las manos manchadas de sangre mientras habla, "en nombre de la paz, no de la guerra".
Por supuesto, Ni Iohannis ni Stoltenberg dijeron ni mu sobre la situación de la clase trabajadora rumana, con salarios miserables (más del 50% de los trabajadores rumanoa gana menos de 200 euros al mes) o la desindustrialización brutal del país desde el golpe de estado capitalista del 89 (destrucción de la mitad de los puestos de trabajo, convirtiendo a Rumania en el país con un mayor número de exiliados económicos en relación a su población), ni la constante reducción del presupuesto educativo o sanitario, entre otros.
Stoltenberg ha declarado también que la OTAN no debe de retirarse de Afganistan, porque sin ellos "el país se convertiría en un caos" (¿más que ahora?), o en refugio de terroristas. Por supuestos, no dijo nada del gran interés de las fuerzas militares occidentales, al servicio de las grandes corporaciones y de sus negocios legales e ilegales, de los campos de opio del que es el primer productor de esta droga.
El derechista Klaus Iohannis afirmó que también cree necesario que la OTAN se refuerce (en todo caso, de lo contrario, también lo diría): "Rumania, como un aliado responsable, hará todo lo que esté en su poder para hacer esto (...). La OTAN no es una alianza fuerte sólo a través de medidas de defensa colectiva, sino a través de sus valores. Si estos valores están bien protegidos, esta es la contribución más valiosa a nuestra seguridad ".
Suponemos que por "valores" Iohannis entiende las matanzas rutinarias de los soldados de la OTAN en los paises bombardeados, ocupados y saqueados por las grandes empresas de las potencias militares que forman parte de la OTAN (entre las que no está, por otro lado, Rumania).
Iohannis acompaño a Stoltenberg a pasar revista a las tropas de la base aérea de la OTAN en Craiova, en el suroeste de país. En Craiova, Stoltenberg afirmó, ante soldados polacos, rumanos, españoles y portugueses que
“Estamos enviando un mensaje muy claro: la OTAN está aquí, la OTAN es fuerte y la OTAN está unida”, dijo Stoltenberg a soldados polacos, rumanos, españoles y portugueses reunidos, anunciando que en el akelarre de la OTAN también se ha decidido reforzar el flanco oriental con patrullas aéreas de Canadá e Italia.
En resumen, la Asamblea de la OTAN reunida en Bucarest decidió que la nueva fuerza militar desplegada en Rumania se monte alrededor de una brigada rumana formada por unos 4.000 soldados, apoyados por tropas por otros nueve países de la OTAN y, como complemento, hacer un despliegue separado de otros 900 soldados estadounidenses que ya han llegado a su destino con funciones especializadas.
El objetivo final es aumentar la presión sobre Rusia en el Mar Negro, eso sí, dice Stoltenberg, suponemos que sin mirarse a las manos manchadas de sangre mientras habla, "en nombre de la paz, no de la guerra".
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