Conforme a los datos publicados por el Ministerio de Trabajo a principios de este año, difundidos por el diario ZF, el 44% de los asalariados rumanos sobreviven con menos de 1000 lei brutos al mes, es decir, unos 185 euros netos (se trata de 2 millones de trabajadores).
Por otro lado, el 28% lo hacen con salarios de entre 185 a 310 euros brutos, 1000 a 1700 lei netos (en este caso hablamos de 1,3 millones de personas).
Por encima, un 19% recibe por su trabajo entre 1700 y 3 000, unos 310 y 600 euros netos, mientras que en el siguiente tramo, hasta 4.000 lei brutos, solo entran un 4% (entre ambos tramos, 1,1 millones de asalariados, la mayor parte más cerca del valor más pequeño que del más alto).
Finalmente, solo un 5% (unos 250.000) gana más de esta última cantidad, es decir, de unos 800 euros netos.
El número de trabajadores alcanza actualmente los 4,75 millones de personas, cuyo salario medio, que no la mediana, mucho más baja, es de 1700 lei netos al mes, es decir, 310 euros brutos.
Por último, la situación, como se ha dicho en el último párrafo, es aún peor, puesto que por debajo del salario medio se encuentran el 72% de los rumanos, lo que muestra que la mediana (es decir, el salario más habitual) es bastante más baja. En otras palabras, que más del 72 % de los trabajadores de la Rumanía capitalista ganan un salario por debajo del salario medio oficial.
No hay que olvidar, para terminar, que la destrucción de la industria productiva nacional en estos 26 años de terapia de choque neoliberal hace que los productos de primera necesidad tengan, en su mayor parte, que importarse, lo que hace que alcancen un precio cercano o superior a los que tienen en Europa Occidental.
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