La multinacional Chevron anunció el pasado viernes que renuncia a continuar sus proyectos de explotación de gas de esquisto mediante fracking en Rumania, después de las constantes protestas de los campesinos de la localidad donde se iba a poner en marcha la primera sonda, Pungesti, y el apoyo de activistas de todo el país.
Por supuesto, no solo las protestas han motivado a Chevron para su renuncia, pues si el negocio fuera fructífero hubiera recurrido a cualquier medio para continuarlas, tal y como ha hecho hasta ahora: el chantaje al gobierno o altos cargos, el pago de mercenarios (escudados en una empresa de seguridad) para vigilar y castigar a los campesionos de Pungesti en sus protestas y, por supuesto, el envio de grandes dotaciones de policia para defender la propiedad privada de la corporación frente a los habitantes de Pungesti que defendían su derecho a la salud frente a los demostrados efectos contaminantes de los acuiferos del fracking.
Probablemente, la razón determinante haya sido el bajo precio del petroleo, afirmando los técnicos de Chevron, tras anunciar que también renuncian a su actividad en Ucrania, Polonia y Lituania, que sus explotaciones de fracking en el este de Europa han sufrido una caída del 30% en sus beneficios en el último trimestre del 2014, en comparación con el del año anterior. En esto tiene una influencia evidente la reducción del 60% del precio del petroleo en el mercado internacional.
Por otro lado, la fractura hidráulica, o fracking, implica costes más altos por barril de petroleo obtenido (50.-100 dolares), frente al método tradicional (10-25 dolares en Oriente Medio), además de que los yacimientos de gas de esquisto se agotan más rápidamente que los convencionales.
No hay que olvidar que los intentos de producir petroleo o gas de esquisto a través del fracking surgieron como forma de dañar las economias de paises díscolos a los intereses del imperio norteamericano fortalecidas por sus grandes yacimientos petroliferos o gasíferos (Rusia, principalmente, pero también Venezuela), objetivo que se haya también detrás del abaratamiento del petroleo (que en este caso ha resultado un tiro por la culata para los inversores en la fracturación hidráulica.
Chevron !Fuera de Rumania! |
En todo caso, la influencia de la tenaz y muy ruidosa oposición que Chevron ha encontrado en Rumania, ha contado también a la hora de que los jerifaltes de la multinacional hayan decidido que no merece la pena continuar perdiendo dinero e imagen en su lucha contra los campesinos rumanos y los activistas que los apoyaban por todo el país. La primera sonda que el gobierno rumano permitió instalar a Chevron, evidentemente tras las comisiones repartidas por la corporación, tuvo que ser instalada pasando prácticamente por encima de los paisanos de Pungesti, que salieron al campo una y otra vez para detener la instalación de la explotación que iba a acabar con la agricultura local y a transformar los acuíferos en un veneno. La resistencia heroica de los habitantes del pueblo, ubicado en la provincia de Vaslui, alcanzó notoriedad internacional.
A pesar de que el gobierno, siempre al servicio del capital y del propio bolsillo de sus miembros, en lugar de defender el interés de su pueblo, enviaba cada vez mayor número de gendarmes para intentar acabar con la resistencia de los campesinos de Pangesti, a la par crecia el apoyo a las protestas por todo el pais y la presencia de organizaciones internacionales que se solidarizaban con la lucha contra el fracking y sus efectos demoledores sobre el entorno y el modo de vida del territorio afectado. De hecho, activistas de organizaciones como Greenpeace se encadenaron a las sondas en varias ocasiones.
Tampoco hay que olvidar a los que dicen que tras las campañas contra Chevron y sus proyectos de explotación de gas o petroleo por fractura hidráulica está, en el contexto del cada véz más hondo conflicto interimperialista, la Federación Rusa, frente a cuyas enormes reservas energéticas, y la dependencia que de ellas tienen los paises del este de Europa y la propia U.E., se había apostado por el método de extracción alternativa conocido por fracking y que, de momento, al menos en las cercanías con Rusia se ha demostrado un fracaso.
2 comentarios:
Pues me alegro por los campesinos rumanos.Y supongo que como dices es la poca rentabilidad que suponre esa extracción,si no ya hubieran buscado el sistema para realizarla,mediante corruptos y matones.
Lo que creo verdaderamente importante de esta indudable victoria popular es que se ha conseguido con la simple (aunque masiva) participación ciudadana, sin guía ni apoyo de grandes organizaciones políticas y sindicales. Si la gente, con su sola fuerza de voluntad y tenacidad logra algo así, ¿se imaginan Uds. lo que se podría lograr esa misma gente si contase con el apoyo y liderazgo de un partido de vanguardia verdaderamente revolucionario que se pusiera a la cabeza de las reivindicaciones populares y con líderes con verdaderas intenciones de cambiar las cosas?
Un cordial saludo.
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