domingo, 25 de diciembre de 2016

Los camaradas (Moscofilms)

“I Compagni” (Los camaradas, Mario Monicelli, 1963) es la crónica de una huelga que tiene lugar en
Turín (Italia), a fines del siglo XIX, en una fábrica textil. Dura un mes y tiene por objetivo el acortamiento de la jornada de trabajo. La película, que es una comproducción entre Italia, Francia y Yugoslavia, comienza con la exposición de las causas de la huelga: jornadas de catorce horas de trabajo con media de almuerzo, de lunes a sábado, que aparte de ser inhumanas, favorecían los accidentes. Hay una progresión del enfrentamiento entre obreros y patrones, que se inicia con intentos de estos por irse antes de hora, y llega hasta la tentativa de toma de la fábrica, terminando con el regreso de los obreros a sus puestos de trabajo, vencidos, por no haber conseguido sus reivindicaciones, y con dos compañeros muertos, pero habiéndose iniciado en la práctica de las luchas y los reclamos sindicales. Es el inicio del camino que Mao definiría como el de la “derrota tras derrota hasta la victoria final”.

Monicelli nos muestra la lucha de los trabajadores italianos por unas condiciones de trabajo dignas en medio de un ambiente de analfabetismo y pobreza, las dificultades que conllevaba en la época la organización de una huelga, la lucha contra los piquetes desesperados por encontrar un empleo aunque sea temporal, la miseria en la que viven los inmigrantes dispuestos a enfrentarse a sus compañeros e ir al trabajo para poder comer. Un cúmulo de contradicciones que obstaculizan la unidad de acción del proletariado, pero que pueden irse superando con educación y voluntad.

Marcelo Mastroianni, el hambriento y militante maestro, acostumbrado a las luchas sociales contra los poderosos, consigue unir a los indecisos lugareños y llevarlos a la huelga, y entre sus arengas y sus escarceos con la policía aún tiene tiempo de meterse en la cama de la María Magdalena local, una prostituta de lujo y de buen corazón encarnada por Annie Girardot. En el reparte aparece también una casi irreconocible Raffaella Carrá y a un impresionante elenco de secundarios de esos que el cine italiano parecía poder fabricar en serie.

Los camaradas es una de las películas más dramáticas de Monicelli, aunque la comedia, claro, no podía faltar, pero en esta ocasión pidiéndonos más una sonrisa cómplice que una carcajada. Apoyándose en la preciosa fotografía en blanco y negro de Giuseppe Rotunno, Monicelli rueda de manera portentosa las siempre complejas escenas de masas, cuida la planificación de las escenas interiores hasta el mínimo detalle.

“I Compagni” combina el cine social y político con la comedia. La comedia se encuentra presente sobre todo el la primera parte. Se va diluyendo a partir de la primera muerte de un obrero: la de Pautasso (Folco Lulli), atropellado por el tren. Y a partir de ahí, solo regresa brevemente, con la relación entre el Profesor Sinigaglia (Marcello Matroianni) y la prostituta Niobe (Annie Girardot). Es como si a partir del momento en que la realidad se vuelve trágica, con muertos y gente que lucha por sus derechos al borde de la resistencia, él humor ya no fuera posible. La realidad de la explotación es demasiado dura como para dejarse llevar por la risa.

En definitiva, la película se rodó también en una situación (1963) en la que la explotación de las fábricas italianas continua tras la supuesta derrota del fascismo en la SGM, en un momento en el que el Frente Democrático Popular (FDS), formado por socialistas y comunistas, había conseguido un triunfo histórico en las elecciones, y un año antes del golpe de estado del 14 de junio de 1964, cuando el general De Lorenzo dio la orden de ocupar Roma con blindados mientras que las fuerzas de la OTAN realizaban en la región maniobras militares, obligando a dimitir a los ministros del FDS.

Poco después, en 1969, los trabajadores italianos crearían las Brigadas Rojas, como respuesta a la continuada represión de la clase capitalista sobre la clase obrera y a la pervivencia, enmascarado tras la democracia burguesa, del fascismo en Italia, sostenido ahora por el imperialismo norteamericano.

La película, como no podía ser de otra manera, fue censurada en España por el franquismo. Se puede ver en MOSCOFILMS o en el video que compartimos a continuación:


2 comentarios:

Quibian Gaytan dijo...

Excelente película. Muy esclarecedoras sus palabras de presentación. Usted y ella me han hecho rememorar tiempos que creía olvidados. La he visto en cine de Panamá, muy jovenzuelo entonces y recién ingresado en el Sindicato de la Construcción y similares. Ella me ha decidido hacerme socialista, pero me ha sucedido un jocoso percance: Al buscar la sede del Partido Socialista, me he confundido y entré, por equivocación, al Local del Partido Comunista (llamado "Partido del Pueblo")y me he afiliado en él. Lo que me ha válido el "regaño" del viejo obrero socialista que me ha encaminado a su Partido. Testarudo yo, sin sentido autocrítico, le contesté: "Bueno me he hecho comunista y ya no me echo para atrás". Y lo sigo siendo hasta ahora, aunque no en ese mismo partido. Gracias, camarada JL, por haberme permitido recuperar un momento de mí vida.

JL F dijo...

Camarada Quibian. Emotiva anécdota. Estoy seguro de que, sea como fuere, hubieras acabado militando en un partido con principios m-l y antirevisionista, como hoy. En todo caso, la historia del surgimiento del mov. obrero en Italia tiene sus paralelos en la mayoria de los paises del mundo, España, EE.UU. Panamá o Chile, da igual. El capital intenta sacar el máximo beneficio del trabajo del proletario, llevándole hacia la esclavitud y el bestialismo, y solo la unidad y la lucha pueden meter miedo al patrón y mejorar las condiciones de vida y trabajo del obrero.

Saludos Rojos

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