miércoles, 15 de junio de 2011

El Papa Ratzinger se postra ante la tumba del cardenal nazicroata Alojzije Stepinac

Que la Iglesia Católica y el nazismo tuvieron siempre muy buenas relaciones no es cosa, como parece, del pasado. El antiguo militante de las SS alemanas, Joseph Ratzinger, actual director-ejecutivo del Vaticano S.A., con el nombre Benedicto XVI, visitó el pasado domingo de la tumba del cardenal croata Alojzije Stepinac (1898-1960).

En la foto, Alojzije Stepinac, arzobispo de Zagreb,
recibiendo al  gobernante títere de los nazis
Ante Pavelic.
Stepinac fue un clérigo que durante la Segunda Guerra Mundial se puso voluntariamente al servicio del gobierno títere del Poglavnik - Führer, Caudillo - croata Ante Palevic y de las tropas hitlerianas cuando estas invadieron Croacia en 1941. Stepinac formó parte de las milicias ustaschis, un grupo político fascista fundado por el mismo Palevic en 1929. Colaboró, igualmente, con los ocupantes nazis que en 1941 habían invadido el territorio yugoslavo.

Durante esos dramáticos años, centenares de miles de serbios de religión ortodoxa fueron pasados a cuchillo, decapitados, cuarteados, enterrados vivos o torturados hasta la muerte por las milicias ustashis en el poder. La crueldad con la que el gobierno de Ante Palevic se ensañó con los serbios ortodoxos llegó a escandalizar a los propios militares nazis e italianos que ocupaban en aquellos momentos el territorio (mas o menos igual que sucedio con el Conde Ciano, enviado italiano en España durante la Guerra Civil, que acabo escandalizado por el salvajismo del ejercito franquista).

El entonces arzobispo Stepinac se convirtió en un estrecho colaborador de aquel régimen genocida, ocupando además el puesto de Vicario General de las milicias ustashis, desde donde alentó la conversión forzada de miles de serbios ortodoxos al catolicismo.

Hoy son abundantes los testimonios que ponen en evidencia aquella criminal colaboración que hizo posible, por ejemplo, que los monjes franciscanos que dirigían el campo de concentración de Jasenovac, acabaran con la vida de más de 100.000 serbios y judíos. Durante ese período las milicias ustashis situaban a los serbios de religión ortodoxa ante la opción de o "convertirse" al catolicismo o ser liquidados físicamente. Gracias a esa "piadosa" disyuntiva miles de serbios se vieron impelidos a
"abrazar" la religión católica.

El Arzobismo Stepinac escolta al dictador Pavelic (ambos
sanguinarios genocidas, el segundo beatificado por el Vaticano).
Los historiadores de esa época recuerdan como el arzobispo de Sarajevo Ivan Zaric y el monje franciscano Široki Brijeg comandaron los escuadrones Ustacha y saquearon sistemáticamente a los serbios enviando a las arcas del Vaticano unos US$ 80.000.000 que se cobraron con la muerte de unas 300.000 personas serbias. Los sacerdotes católicos desempeñaron un papel relevante tanto en la dirección de las tropas ustachis como en los campos de concentración. Sólo unos pocos sacerdotes colaboraron con los partisanos contra el régimen de Palevic y los ocupantes nazis.

Tras la derrota del régimen del poglavnik Palevic y de los ocupantes nazis por los guerrilleros de Tito, Stepinac fue detenido y acusado por las autoridades yugoslavas de colaboracionismo con las fuerzas de ocupación nazis, de su estrecha relación con las milicias ustashis, de la conversión forzosa de serbios ortodoxos al catolicismo a punta de pistola y de alta traición a la patria. Durante el juicio Stepinac mantuvo que las "conversiones religiosas" se realizaron de forma voluntaria y que él personalmente nunca había sido ustashi.

Alojzije Stepinac fue finalmente condenado a 16 años de prisión. Sin embargo, Stepinac fue elevado al cardenalato por Pio XII y beatificado por Juan Pablo II. El sanguinario dictador Ante Palevic, con el que Stepinac había colaborado estrechamente, corrió mejor suerte terrenal que el entonces arzobispo.

A través de las redes vaticanas, que le ayudaron a escapar, pudo eludir la justicia de su país y huir a la Argentina del general Perón, donde fue descubierto por los servicios secretos yugoslavos, que pretendieron, sin exito, detenerle. De allí escapó y encontró un refugio seguro en la España de Franco, donde permaneció hasta su muerte, acaecida en el año 1959.

En realidad, el encuentro entre Ratzinger y Stepinac, ante la tumba de este ultimo, beatificado por la iglesia, no es tan chirriante. Ambos militaron políticamente en el mismo tipo de organizaciones fascistas y compartieron idéntica ideología, participaron de los movimientos que convirtieron a Europa durante un tiempo en un gran campo de concentracion, y fueron complices del gran genocidio contra judios, comunistas y minorias sexuales y religiosas en los años 30 y principios de los 40.

En definitiva no ha sido mas que un encuentro entre camaradas (en una epoca en la que la ideologia a la que estos pertenecieron, el capitalismo radical, es decir el fascismo, está volviendo a estar de moda).

fte: Insurgente
Mas información sobre los crimenes de la Iglesia Catolica y el nazismo croata en: La Ustasha

2 comentarios:

Fabio dijo...

La fundación de Vaticano con el tratado de Mussolini y Pio 12 ya tiene idea como la iglesia católica de roma es una porquería

S dijo...

Perro no come perro y los fascistas se atraen entre sí, aunque uno de ellos esté criando malvas.

Renace en Croacia el movimiento Ustacha, con tanta fuerza como en los tiempos de Tudjman, por ceñirme a la historia mñas reciente. Youtube da fe de ello.

Hay algunos revisionistas que se empeñan en minimizar el relato de las atrocidades de los católicos (sobre todo, franciscanos)nazis en la SGM; y eso que horrorizaron a los mismísimos nazis alemanes.

Mucha gente debería saber con detalle qué fueron las "Rats' Lines".

El Papa Darth Sidious ha vuelto a cubrirse de "gloria"... infernal.

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