Los tentáculos del imperio se extienden por Europa del Este. El presidente estadounidense, Barack Obama, puso fin hace unos dias a su gira europea con una visita a Polonia en la que cerró con el primer ministro polaco, Donald Tusk, un acuerdo para establecer un destacamento de la Fuerza Aérea estadounidense en ese país, con carácter rotativo y con aviones C-130 Hércules y F-16, a partir de 2013.
Despues de seguir avanzando en la instalación de lo que llaman eufemísticamente "escudo antimisiles" en Bulgaria, Rumania, Checoslovaquia y Polonia, en teoria contra un "posible" ataque de Iran contra Europa (como si Irán fuera una superpotencia interesada en enfrentarse a el resto del mundo), EE.UU. aumentar sus bases en la antigua Europa Socialista y trasladar algunas de las que hay en occidente.
Curiosamente Donald Tusk parecia sentirse muy orgulloso de la llegada de soldados extranjeros al pais, dando la vuelta al discurso tradicional, en el que cualquier presencia extranjera en el territorio se consideraba una injerencia inadmisible (de hecho ese es el discurso que los medios de propaganda mantienen sobre la presencia militar rusa en los paises del llamado "bloque soviético").
Polonia, como Rumania, ya aceptó recibir misiles SM-3 interceptores en su propio territorio, en el marco del proyecto de defensa antimisiles de Estados Unidos, lo que desató el lógico enojo de Rusia, que ve la iniciativa como una amenaza para su propia seguridad (en el marco de la lento pero agresivo avance de la OTAN hacia los antiguos paises integrantes de la Union de Repúblicas Soviéticas).
La instalación del "escudo" antimisiles supone, ademas, la llegada de nuevos soldados y técnicos militares norteamericanos a los territorios donde los misiles se ubiquen. Los gobiernos de estos paises del este estan "tan contentos" por los cada vez mas fuertes abrazos del pulpo imperial, puesto que, a pesar de que suponen una evidente limitacion de la soberania nacional y productiva, y un sometimiento a los intereses económicos del Imperio, ellos representan, como cualquier gobierno en un régimen capitalista, a las grandes empresas y fortunas, es decir, a los principales beneficiados del saqueo de los derechos y servicios públicos y de la explotacion privada de los recursos nacionales.
En realidad, tras los matones y sus armas de destrucción masiva, se esconde, ni mas ni menos, que la aplicación de toda una ideología económica y social: la dominación de una clase, la capitalista, y su vida parásita a costa de la explotación de la clase trabajadora.
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