Las alarmas han saltado en los gobiernos y en la población de los paises del este de Europa: el esencial suministro de gas ruso está empezando a disminuir, tras el agravamiento del conflicto entre Estados Unidos y sus lacayos con Rusia en torno al conflicto ucraniano.
En Rumanía, el ministro para la energía, Razvan Nicolescu, ha declarado que se ha recibido un 5% menos del gas ruso previsto, sin que Moscú ni Gazprom hayan dado motivación alguna. Como consecuencia, el gobierno ha convocado una reunión de urgencia con representantes de las grandes empresas energéticas de Rumanía, Transgaz, Petrom y Romgaz.
En el mismo sentido, Polonia y Eslovaquia han anunciado que se ha reducido su suministro de gas ruso en un 24% y 10% respectivamente, en relación a las cantidades estipuladas por contrato. En todo caso, ¿Qué esperaban los mafiosos de la U.E., lamebotas de los intereses de las grandes multinacionales capitalistas de EEUU y los estados europeos? Lo natural es que cuando a uno le tiran un pedrusco, el afectado se defienda. .
Como se sabe, este viernes han entrado en vigor una nueva serie de sanciones de la Unión Europea contra Rusia, que imponen más restricciones a las compañía petrolíferas y militares rusas. En especial, la U.E. ha limitado el acceso a los mercados europeos a Rosneft, Transneft y a la rama relacionada con la explotación del petroleo y derivados del gigante ruso Gazprom (Gazprom Neft). Además, Bruselas ha prohibido a las compañías europeas ofrecer a sus socios rusos servicios de prospección y extracción de petroleo a gran profundidad en la zona ártica, como también en el marco de otros proyectos relacionados con el gas de esquisto, según el documento publicado por el Monitor Oficial de la Unión Europea.
En definitiva, los rumanos se temen de que la limitación del suministro de gas ruso, del que dependen todos los paises del este de Europa, sea la respuesta a esta nueva agresión contra Rusia, puesto que esto significa, inevitablemente, el aumento del precio del gas para los usuarios e, irremediablemente, la seguridad de un invierno más frio que nunca.
Evidentemente, los jueguecitos de las grandes multinacionales para controlar los recursos, abocados por el desarrollo inevitable del capitalismo y el choque irremediable de los intereses de unos y otros, no va a perjudicar principalmente a las grandes multinacionales y millonarios propietarios de la U.E. o de Rusia, ni a Hollandé, Barroso o Merkel o, ni mucho menos, a Putin; los grandes perjudicados de este conflicto interimperialista serán, como siempre, los trabajadores que, conociendo el mísero nivel de los salarios de, por ejemplo, Rumania (media de 250 euros), y las dificultades que tiene la clase trabajadora para sobrevivir bajo este régimen de barbarie neoliberal, van a vérselas aún más canutas para llegar a fin de mes si tienen que pagar todavía más por el gas que calienta sus hógares en el gélido invierno rumano.
En Rumanía, el ministro para la energía, Razvan Nicolescu, ha declarado que se ha recibido un 5% menos del gas ruso previsto, sin que Moscú ni Gazprom hayan dado motivación alguna. Como consecuencia, el gobierno ha convocado una reunión de urgencia con representantes de las grandes empresas energéticas de Rumanía, Transgaz, Petrom y Romgaz.
En el mismo sentido, Polonia y Eslovaquia han anunciado que se ha reducido su suministro de gas ruso en un 24% y 10% respectivamente, en relación a las cantidades estipuladas por contrato. En todo caso, ¿Qué esperaban los mafiosos de la U.E., lamebotas de los intereses de las grandes multinacionales capitalistas de EEUU y los estados europeos? Lo natural es que cuando a uno le tiran un pedrusco, el afectado se defienda. .
Como se sabe, este viernes han entrado en vigor una nueva serie de sanciones de la Unión Europea contra Rusia, que imponen más restricciones a las compañía petrolíferas y militares rusas. En especial, la U.E. ha limitado el acceso a los mercados europeos a Rosneft, Transneft y a la rama relacionada con la explotación del petroleo y derivados del gigante ruso Gazprom (Gazprom Neft). Además, Bruselas ha prohibido a las compañías europeas ofrecer a sus socios rusos servicios de prospección y extracción de petroleo a gran profundidad en la zona ártica, como también en el marco de otros proyectos relacionados con el gas de esquisto, según el documento publicado por el Monitor Oficial de la Unión Europea.
En definitiva, los rumanos se temen de que la limitación del suministro de gas ruso, del que dependen todos los paises del este de Europa, sea la respuesta a esta nueva agresión contra Rusia, puesto que esto significa, inevitablemente, el aumento del precio del gas para los usuarios e, irremediablemente, la seguridad de un invierno más frio que nunca.
Evidentemente, los jueguecitos de las grandes multinacionales para controlar los recursos, abocados por el desarrollo inevitable del capitalismo y el choque irremediable de los intereses de unos y otros, no va a perjudicar principalmente a las grandes multinacionales y millonarios propietarios de la U.E. o de Rusia, ni a Hollandé, Barroso o Merkel o, ni mucho menos, a Putin; los grandes perjudicados de este conflicto interimperialista serán, como siempre, los trabajadores que, conociendo el mísero nivel de los salarios de, por ejemplo, Rumania (media de 250 euros), y las dificultades que tiene la clase trabajadora para sobrevivir bajo este régimen de barbarie neoliberal, van a vérselas aún más canutas para llegar a fin de mes si tienen que pagar todavía más por el gas que calienta sus hógares en el gélido invierno rumano.
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