jueves, 19 de marzo de 2009

Segunda Parte: La mala circulacion, George Ladima

Fragmento de, El lecho de Procusto, Camil Petrescu, Gadir, Madrid, 2007, pag 237


¨LA MALA CIRCULACION


El guardia urbano levantaba y bajaba el brazo, en el centro de la calzada, parodiando delante de la Opera al director vestido de frac del interior. Los automoviles de profundos asientos , como tumbas, acondicionados e iluminados por dentro como un tocador de señoras, procedentes de un mundo irreal, se sucedian uno tras otro, pidiendo paso impacientes y con el aristocratico grito de la bocina. Anoche hubo una gran manifestacion artistic, lo decimos muy en serio, y la butaca sumergida en un baño de luz electrica, se ha pagado a mil leus, exactamente el precio de doscientos panes.

Y he aqui, alineadas como un parterre de flores y plantas, alas mujeres de hombros redondeados, marmoreos cuellos acariciados por collares y blancas manos aprisionadas con pulseras de oro y platino.

Señores, estamos, ¿que duda cabe?, en un pais rico.

Eso mismo pudo constatar anoche el chiquillo que, despues de vagar dos dias sin comer pro las calles de la capital, tras contemplar largo rato los escaparates de las tiendas de comestibles que casi llegan hasta la calzada misma y ante las propias narices de los que tienen hambre, resolvio robar un pan en un quiosco de las afueras.

No le tentaron los bogavantes ni las langostas de Ciobanu, ni el sandre de lomos tan grandes como una mano de Teisani, ni las granadas ni peras envueltas en algodon como aves enfermas. El solamente queria un pan y, en este pais, es mas dificil para algunos tener un pan que para otros hacer que les manden a casa un cesto de caviar, carisimos quesos podridos y pates preparados antes incluso de retorcerles el pescuezo al pato que los produce.

Ese chico no tenia mas que dieciseis años pero su inmadura mente pudo pensar, de forma estupida, que era mejor robar, con las paredes del estomago resecas y pegadas por el hambre, antes que esperar a recibir del Estado algun suministro. Error que ha pagado caro, pues fue metido en la carcel por el simbolo de nuestro orden social, el señor agente de policia.

Choza hedionda, con cuerpos consumidos de miseria, junto a palacios de incontables habitaciones, en los que cada uno de los objetos que hay, como arrojados por azar, encima de los divanes y las mesas representa un valor que podria cambiar el destino de una persona. Esta es nuestra simbolica capital.

Hay una mala distribucion en este pais, como en un cuerpo enfermo, una mala distribucion de la sangre. Algunos organos revientan congestionados mientras que otros languidecen, se atrofian y descomponen porque hasta ellos, a pesar de formar parte del mismo cuerpo, no llega ni una gota del liquido nutritivo.

Es indudable que si un aeroplano pudiera volar sobre nuestra capital y el piloto pudiese mirar, como en el cuento, a traves de los tejados, veria, a la vez, junto a la misera covacha donde la mujer con el cuerpo consumido por la tisis amamanta a su hijo, la lujosa alcoba con el cuerpo de una cortesana esteril palpitando de placer, inflamado por exquisiteces pagadas provenientes del despojo del erario publico.

Las almas de los niños se marchitan en medio de la pestilencia de la vida que les rodea desde que nacen. Se mete en la carcel a adolescentes de dieciseis años por robar un pan y a los veinte años los estudiantes cogen la cabeza entre las manos encima del libro, no solo porque no entienden nada sino tambien para calmar, con un movimiento de crispacion, los retortijones del hambre.

Que futuro nos depara esta deforme congestion del cuerpo social? ¿Que posibilidades podemos entrever en un pais que, en uno de los platillos de la balanza, tiene sueldos de cuatro millones al año y en el otro pensiones de quinientos leus al mes? ¿Que almas pueden crecer en semejante cenagal moral?

Tremulas gallinas de agua, flacidos moluscos y hermosos pero paraliticos nenufares, cuando nosotros lo que necesitamos son encinas y abetos y animales sanos empapados de aire fresco.

Hay que prestar atencion. Hay mucho dolor aqui y demasiado jolgorio desvergonzado. Organos demasiado bien nutridos y rebosantes de mantecas... y corazones demasiado agotados y desesperados.

Parece que en tales enfermedades incluso la medicina ha vuelto ahora a determinados procedimientos terapeuticos que, en los ultimos tiempos, solo requerian unas cuantas sanguijuelas pero que, en otra epoca, utilizaban tambien audaces operaciones.

G.D.Ladima."


Esta es la Bucarest de los canibales, la que liberaron los sovieticos años despues encontrandose un pueblo totalmente hambriento y desesperado. Sin embargo, y como escribio Marx hablando sobre la comuna, los canibales siempre acechan a las puertas de la ciudad, y pueden hacerse con el poder de nuevo mediante los cañonazos (como en Paris en 1871) o infiltrandose dentro de la revolucion, como sucedio en la URSS, tras Stalin, o en la Rumania de Ceausescu.

Los mismos que disfrutaban de la vida sobre las espaldas del pueblo entonces volvieron (algunos antes, otros despues) y reconstruyeron la estructura de dominacion que la Comuna no destruyo por falta de tiempo y que los sistemas comunistas dejaron pervivir en su corazon social hasta que provocaron su implosion.

Personalmente, leyendo el texto de Petrescu no encuentro tantas diferencias con la Rumania actual (quizas solo en cuanto a lo extremo de las condiciones). La Rumania de los canibales de entonces ha regresado. Y es que los canibales, como dice Marx, siempre acechan a las puertas, dispuestos a hacerse como sea de nuevo con el botin.

2 comentarios:

El profeta Azul dijo...

una preguntita, estoy viendome un vuelo a bucarest para octubre, para ir de bucarest a timosoara es mucho, tren, autobus como lo ves?

JL F dijo...

De Bucarest a Timisoara en tren son 8 horas, mas o menos. Depende de cuantos dias vengas por aqui, de la pasta de que dispongas, etc... Tambien hay vuelos, pero son mas caros.

Cuentame cuales son tus planes y vemos como podemos organizarlo mejor.

Mi messenger es jlkontra@yahoo.es

Salud

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