Despues de años de tiranteces y relaciones frias, parece que Voronin y Smirnov (presidentes de Republica Moldava y Transnistria) estan dispuestos a negociar y llegar a un acercamiento. La clave de este giro en las relaciones mutuas parece ser el papel internacional cada vez mas reforzado de Rusia y su creciente influencia en los antiguos territorios sovieticos.
Tanto Republica Moldava como Transnistria dependen de Rusia para que sus intereses territoriales se logren. Los primeros, para evitar que los segundos se mantengan en una independencia total a pesar de su escaso reconocimiento internacional, los segundos porque saben que sin el apoyo de Rusia no podrian mantener su soberania.
En este sentido, la amenaza de una posible union con Rumania parece lejana (este fue el motivo de que los transnistrios declararan su independencia de Moldavia), y la negativa a fraguar un estado federal por parte de Chisinau parece que no es ya tan inflexible como antes.
Ambos paises saben que tanto para uno como para otros es hoy mas conveniente lograr un acuerdo y construir una unica entidad politica descentralizada, como propone Rusia. Como se dice en el articulo siguiente, aparecido en El Revolucionario, ambos estados han aceptado ya que, dadas las circunstancias, "todos los caminos conducen a Moscu".
"Conversaciones a tres bandas entre Rusia, Moldavia y Transdniestria
Importantes avances en las negociaciones http://www.elrevolucionario.org/rev.php?articulo1301
Domingo 22 de marzo de 2009, por ER. San Petersburgo
Rusia, reforzada tras conseguir la independencia de Osetia del Sur y Abjasia, ejerce su influencia imperial para encontrar una vía de salida al conflicto secesionista en Transdniestria.
El ministro de asuntos exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha valorado de forma muy positiva la voluntad de los «dos países» para alcanzar un acuerdo: «Se muestra la satisfacción del objetivo de las partes de conseguir una regulación por medios pacíficos... Las partes se han comprometido a continuar sus esfuerzos para la resolución del problema, intensificando su actividad en los grupos de trabajo, se han puesto de acuerdo sobre las condiciones para la reanudación del trabajo en el formato 5+2»
Todo comenzó en el año 1.989 cuando el gobierno moldavo previendo la caída de la URSS, instituyó el rumano como idioma oficial, declaró la soberanía del país, y manifestó su intención de iniciar negociaciones para lograr la unión con Rumania. Al mismo tiempo, la población rusa que habitaba al este del rió Dnister, no estaba dispuesta a aceptar los designios de Chisinau, y decidieron poner en marcha su propio proceso de independencia: en septiembre de 1.990 proclaman la República Socialista Soviética Moldava de Transdniestria. En marzo de 1.992, el gobierno de la recién independizada Moldavia, trata de controlar el territorio rebelde sin resultado alguno. La guerra se prolonga durante cinco meses, y con la ayuda del 14º Ejército ruso se salda a favor de Transdniestria. Desde aquel entonces la estrecha franja es de facto independiente. En 1.993 se crea el grupo 5+2: Rusia, Ucrania, OSCE, EE.UU. y la Unión Europea por un lado, Moldavia y Transdniestria por el otro, tratan de encontrar una salida pacífica al contencioso. Se decide el despliegue de una fuerza de paz multinacional, en realidad controlada por el 14º Ejercito ruso. En noviembre de 2.003, el entonces vicejefe de la administración presidencial rusa, Dimitri Kozak, presenta un memorándum. En él propone la refundación de Moldavia sobre la base de una federación con Transdniestria. El gobierno moldavo rechaza rotundamente cualquier salida federal. A su juicio equivaldría a reconocer la soberanía de Transdiniestria. Para el gobierno de Chisinau no es igual un escenario político donde el territorio rebelde aceptará reincorporarse a un Estado unitario Moldavo (incluso recibiendo una amplia autonomía interna como Gagauzia), a otro donde ese mismo Estado acepta fusionarse para formar una nueva unidad.
La pregunta central es, ¿qué ha cambiado ahora para que las autoridades moldavas estén dispuestas a aceptar el plan ruso que ya rechazaron en su día? El fracaso de Georgia en su intento desesperado de reconquistar Osetia y Abjasia ha demostrado la inviabilidad de la solución armada. Una intervención militar solo serviría de pretexto para facilitar el camino a los secesionistas. Sobre todo después de que su población votará en 2.006 mayoritariamente por la independencia y la futura incorporación a Rusia. Moldavia ha acabado por aceptar «que todos los caminos conducen a Moscú» . Cualquier solución unicamente será posible si Rusia sale reforzada geoestrategicamente. Las salidas para Moldavia son limitadas: o tener algún control sobre Transdniestria aunque sea bajo tutela rusa, o no tener ninguna influencia sobre el territorio por mucho que los mapas digan lo contrario. Para Transdniestria las cosas no pintan mejor. Se trata de un Estado paria no reconocido por nadie (a excepción de Osetia y Abjasia), y sin el apoyo ruso serían borrados inmediatamente del mapa. A ambas partes solo les queda aceptar la mediación imperial del gigante eslavo ".
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