Sexo a cambio de unos vaqueros caros

El capitalismo no solo ha traido a los antiguos paises socialistas miseria, problemas de vivienda y acceso a la sanidad, y desempleo. Tambien ha provocado que miles de ciudadanos se conviertan en lucrativa mano de obra barata para las empresas de paises occidentales, y fuente de carne joven para el negocio de la prostitucion. Y, como denuncia la película polaca "Chicas de centro comercial", también ha provocado que el consumo y el acceso a un mundo de apariencias fomentado por la publicidad se convierta en la obsesión o el principal valor de los jovenes, aunque tambien de los no tan jovenes. Asi, el consumismo hace que los trabajadores, antes con empleo y vivienda asegurada, esten dispuestos a renunciar a derechos laborales a cambio de mas dinero (aunque al final acaben perdiendo también en salarios), o incluso a hacer lo que sea para acceder a un coche molon o a ropa que les haga sentirse integrados en el club de los mas guay.

“Tengo novio para que me compre cosas, qué más da si cambio de chico cada tres días”. “No soy una puta, me tiré a tres en una noche y ahora soy la más guay de la pandilla”, dice una protagonista de la pelicula.

Se trata de jóvenes chicas polacas que acuden a los centros comerciales en busca de un ‘sponsor’ o patrocinador, un hombre adinerado que les pague sus caprichos a cambio de favores sexuales, y cuya situación ha retratado la directora polaca Kasia Roslaniec en su ópera prima.

‘Mall Girls / Galerianki’ (‘Chicas de centro comercial’) es un retrato hiperrealista de la sociedad creada por el capitalismo, carente de valores morales y cuyo unico fin es la integración social a través del consumo, la satisfaccion personal a traves, unicamente, del acceso a productos caros y de moda.

Alicia es la protagonista de la película, tiene 14 años y su mayor preocupación es no tener móvil, por eso se deja convencer por una amiga e ir al centro comercial del barrio a buscar un ‘patrocinador’.

Roslaniec rodó primero un corto y, tras obtener varios premios, decidió hacer el largometraje. Después de seis meses de entrevistas y documentación nació ‘Mall Girls’. La película ha sido galardonada en numerosos festivales (Polonia, Seúl, Kazajstán…).

“Me documenté en foros de internet, creé perfiles falsos, hablé con chicas en los colegios y en centros comerciales, pero ninguna me lo confesó directamente, aunque muchas contaban con todo detalle cómo sus amigas sí lo hacían y concursaban por ver a cuántos tíos se tiraban en una noche a cambio de unos vaqueros o cenar en un restaurante caro“.

El estreno en Polonia tuvo lugar en verano del pasado año, y su proyección causó tal revuelo que el filme se elevó casi a una cuestión de Estado. Todo el mundo comenzó a hablar del fenómeno de las ‘chicas de centro comercial’, los profesores llevaban a sus alumnos a ver la película y los padres estaban escandalizados.

La directora ha recibido numerosas críticas de padres que la acusaban de enseñarles a sus hijas la forma fácil de ganarse las cosas. Durante una entrevista en una radio, una madre desesperada llamó a la directora para decirle que la película le ha mostrado a su hija el “camino hacia el mal”, a lo que Roslaniec contestó: “No, yo lo que he hecho es mostrarle a usted lo que puede estar haciendo su hija, por eso está tan desesperada”.

‘Mall Girls’ ha costado medio millón de euros y ya ha recaudado tres. Tras su paso por varios países, está quedando patente que el “si me compras un móvil te hago una mamada” no es un caso exclusivo de Polonia. Según la directora, la reacción de los espectadores en los festivales es siempre la misma: “Qué horror lo que está pasando en ese país”. Los jóvenes locales, añade la cineasta, responden: “Esto no solo ocurre en Polonia, aquí pasa lo mismo”.

La pelicula denuncia algo que sucede en todos los paises del mundo, con mayor o menor gravedad, de una forma o de otra, en los cuales la "distincion", que diria el sociologo Pierre Bourdieu, se convierte en una cuestion de supervivencia, y donde la vara de medir se establece dependiendo del dinero que se tenga (o al menos del que se parezca que se tiene). Asi, como denuncio el tambien sociologo Mike Featherstone, los bienes materiales se consumen mas como “comunicadores” que como utilidades, son una forma de identificación, de inclusión en las normas de aceptación social en una sociedad fragmentada.

Las cifras son evidentes: por ejemplo en Francia, hay un promedio de 300.000 mensajes publicitarios que bombardean a un ciudadano al día, hay instalados 400.000 paneles para fijar anuncios, 50.000 autobuses pasean sus mensajes, se emiten 6.000 espacios publicitarios por las cadenas de televisión y las salas de cine, y 3.200 medios gráficos incluyen publicidad en su impresión. Es totalmente imposible salir indemne de este bombardeo. Y como en Francia, sucede lo mismo en todos los paises capitalistas.

Los antiguos paises socialistas son, si cabe, mas sensibles al problema. Aqui, en un tiempo record, apenas unos años, se destruyo la sociedad socialista, su vision del mundo, donde lo colectivo primaba sobre lo individual, en la cual las necesidades eran las que provocaban la oferta, y no, como en el capitalismo, la oferta la que crea necesidades artificiales. De repente, los ciudadanos de los paises socialistas se encontraron sin derechos, sin trabajo, pobres, y, ademas, con necesidades impuestas que se veian impelidos a satisfacer.

Una situación en la que es facil que se renuncie a cualquier valor previo para poder conseguir los objetivos. Como hemos dicho antes, tanto renunciar a la lucha colectiva con la finalidad de conseguir dinero rapido, como optar por usar cualquier metodo para lograr los fines (delincuencia, prostitucion, sumision, etc..).

Una situacion, por otro lado, que no solo tiene lugar en los paises del este, sino que se ha filtrado en todas las sociedades capitalistas, y que convierte, como explica Sigmun Baumann, a los individuos en objetos, en cosas, y las relaciones entre ellos, tanto en la familia, el amor, el trabajo, o la amistad, en meros intercambios interesados, dominados por la ley del mercado.

Es curioso, por último, que lo que el capitalismo siempre ha denunciado de paises comunistas, somo Cuba, donde, segun los medios, existe prostitucion de todo tipo a cambio de unos "vaqueros caros", no sea mas que el producto de las exigencias de la misma sociedad capitalista. En este caso, y recordando las campañas publicitarias centradas, por ejemplo, en las jineteras cubanas (que por cierto parece que se ha dejado un poco de lado ya), es la publicidad de la "compra de productos innecesarios", como unos vaqueros caros o un coche de lujo, o un viaje a Bali, la que provoca la prostitución, o, lo que es lo mismo, la compraventa de principios y, por lo tanto, algo típico del capitalismo o, al menos, de la influencia del capitalismo en la vida cotidiana y personal.

Sin embargo, parece que no se denuncia tanto como la prostitución se ha convertido en uno de los productos mas exportados desde los paises excomunistas como consecuencia de la instauración del capitalismo, y, por supuesto, como en los paises receptores los hombres compran servicios sexuales sin ningun interes ni preocupación en las condiciones que han llevado a las mujeres a ofrecerlos.

La pelicula es tambien una muestra de otra realidad sociologica, la conversion del "Mall", del centro comercial, en lugar de convivencia, expresion a la vez de control de las masas y de identificacion de vida con consumo. Una consecuencia de la necesidad surgida con el capitalismo de administrar a la población (Michel Foucault) de mantenerla organizada en unidades controlables, y de dirigirlas, desde sus deseos mas intimos, hacia la mercantilizacion y el consumo (es decir, al beneficio de las multinacionales como fin, sin ninguna preocupación por los medios).