Ladima es un personaje entrañable de un libro de Camil Petrescu, "El lecho de Procusto", una de las obras maestras de la excelente literatura rumana de entreguerras. Esta traducido al español en la editorial Gadir. Es un personaje que crea muchas simpatias, por su realismo y sinceridad, por sus convicciones en un mundo ya corrompido por el dinero.
Se podria hablar mucho sobre el personaje y el libro en general, y por supuesto del autor, Camil Petrescu, pero eso sera en otra entrada. En resumen, destacaria que describe crudamente la sociedad rumana de entreguerras, con sus contrastes y su decandencia, con los dispendios irresponsables de los burgueses y privilegiados y el hambre y la insalubridad de la mayoria.
Se llama "Micul Paris" al mitificado Bucarest interbelico (1918-1939), en el cual por causa de la dependencia de la Rumania Mare de la influencia francesa, los edificios principales de la ciudad se elevaran imitando a los de la capital parisina. Pero este "Micul Paris" era solamente superficial, y era solo disfrutable para algunos. La situacion en la que vivian sus trabajadores, la mayoria de los habitantes, eran pateticas, mientras las minorias vivian elevados sobre los hombros de los debiles.
Hoy la propaganda de aquel periodo, en el que la entonces Rumania (Tara Romaneasca y Moldavia) se expanden anexionandose la Republica Socialista Moldava y mediante la union de Transilvania, intenta vendernos la imagen de un Bucarest similar parecido a Paris, como muestra de una epoca gloriosa del pais. Si, epoca gloriosa fue, pero solo para el interes de unos pocos, y sobre la pobreza de la mayoria. De hecho los testimonios literarios de la epoca describen una situacion del pais y de la ciudad nada amable (salvo para la burguesia).
Cuando en 1918 Transilvania se une a Rumania y se conquista lo que hoy es Republica Moldova, la capital seguira siendo Bucarest, a pesar de que para muchos no era la ciudad mas adecuada para ello. Igualmente, cuando años antes Alexandru Ion Cuza es elegido domnitor de los principados de Tara Romaneasca y Moldavia, 1859, comete el error de mantener la capital en el sur (seguramente por imposicion de los otomanos y los franceses), en vez de elegir Iasi (entonces capital del principado moldavo) o Focsani, ciudad intermedia entre ambos territorios, opcion que fue valorada en principio y luego desechada.
En fin, que 53 años despues de que el personaje ficticio Ladima escribiera el ficticio articulo en un periodico, Bucarest continua con algunos de los males que tenia entonces, a pesar de la impresionante transformacion que sufre en los años de gobierno comunista, que en general transforman Rumania de un pais casi feudal en un pais industrial y moderno. De hecho muchas de las caracteristicas de la nueva capital que aparecen en el texto de Petrescu fueron luego hechas realidad por el comunismo.
Hoy Bucarest sigue estando lejos de todo, principalmente por falta de infraestructuras, ya que las que hoy existen fueron construidas en un 90% antes de 1989. Esto expresa la indolencia y la pasividad de la clase politica que, como pais hipercentralizado que es hoy Rumania, se concentra casi totalmente en la capital, arrastrando con ella a todo el pais.
En fin, leamos lo que escribe Camil Petrescu sobre la Bucarest del Micul Paris con su personaje Gheorge Ladima, para desmitificar un poco la gloriosa capital de Romania Mare. Un retrato de la capital que parece muy actual:
¨Alma nueva, casa nueva. Es absolutamente necesario trasladar la capital. Nada puede ser ya como ha sido antes. El que quiera entender, que entienda.
Argumentos materiales los hay y en abundancia.
Por motivos de higiene. Bucarest es una ciudad de crudos inviernos y de veranos que descomponen de calor. El alcantarillado es primitivo y complicado porque sigue por calles tortuosas. Para llevar a cabo las obras necesarias habria que levantar las calles, lo que obstaculizaria a perpetuidad la circulacion. En los alrededores no hay mas que barrizales y polvo. No hay lugares de esparcimiento y recreo. Salvo la belleza del cielo, todo lo demas ensucia la imaginacion. El rio Dambovita es mezquino, como un conducto de aguas sucias. De junio a septiembre, esta ciudad huele a cubo de basura. El agua potable llega de lejos, y las centrales electricas habrian de tender cables en cientos de kilometros por montañas y colinas. Dentro de 30 años, la circulacion sera tan complicada que las calles actuales solo valdran para los peatones. Dentro de 50 años, los ciudadanos estaran a merced de escandalosas expoliacones mercantilizadas. Las trapacerias que todo ello acarrearia cubririan de deshonra el nombre de la ciudad durante medio siglo. Calea Victoriei, cuyas casas por dentro no son otra cosa que ruinas mohosas, humedas, sombrias y pestilentes y nidos de ratas tan grandes como gatos (harto estoy de verlas con mis propios ojos), costaria el presupuesto de un estado entero. Cada metro costaria cientos de miles de leus.
Sueño con una capital como un corazon nuevo. En Olt, en Transilvania, digamos que a un tiro de piedra de Brasov, en Feldioara. Al abrigo de ventiscas, con veranos dulces como una estacion balnearia. Alli todo podria empezar de nuevo. Los restaurantes no tendrian las cocinas en cuadras con pinches enfermos de sarna, sino que serian autenticos laboratorios con azulejos y niquel. Y los comedores airados, pues las ventanas no darian a las cloacas. Habria sitio para jardines, parques y grandes mercados. Los alrededores serian colinas de villas o, hacia Brasov, llanuras pobladas de anfiteatros y estadios, un hipodromo de la belleza. Toda la zona de cercanias, unos 30 o 40 kilometros, la constituiria el cinturon verde y canoso en la cima de los montes Bucegi. Todo el año se trabajaria con alegria y canciones en esta ciudad de la salud.
Y, tal vez, no al vez, seguro, los arquitectos y los ediles de alli encontrarian la posibilidad de hacer bulevares, calles y plazas muy hermosas para que los pobres gozaran tambien de momentos en que olvidasen la fealdad de la vida. (Aqui en Bucarest, hay una gran diferencia entre los placeres que pueden procurarse los ricos y la asfixiante atmosfera en que viven los pobres, cuya vista no puede regalarse nunca con nada bello).
Dentro de diez años, en 1936, es de suponer que se triplique el numero y volumen de las casas de Bucarest, con construcciones modernas y espaciosas. Construyamos estas villas y mansiones directamente alli y, dentro de diez años, tendremos una ciudad de 300.000 habitantes, parecidas a las de Suiza y Alemania, que enriqueciera la belleza de este gran reino. Mussolini quiere proporcionar a sus italianos no solo un alma nueva sino tambien un fisico nuevo. No permite que se hable mas de la grandeza de la Roma antigua. Quiere una Italia y unos italianos nuevos. ¿Que tenemos nosotros que conservar de este Bucarest que nos impusieron los turcos porque les quedaba al alcance de la mano? Nuestros sepulcros estan en Arges, en Targoviste, en Suceava... ¿Por que dejar que los liberados nos culpen siempre de ser siervos de los balcanicos de Bucarest?
Tambien desde el punto de vista militar, se impone el traslado. Alli, en Feldioara, se alzaria entre la capital y un potencial enemigo la alta muralla de las montañas, ¿y la Administracion publica? No cabe la menor duda de que si. La capital se encontraria en el mismisimo centro del pais. El tunel comenzado en el portazgo de Buzau pondria a Braila y Galati muchisimo mas cerca de la capital de lo que hoy estan.
Pero no se puede hacer nada con hombres que no ven mas alla de sus narices". (pags 106-108, a pie de pagina)
Se podria hablar mucho sobre el personaje y el libro en general, y por supuesto del autor, Camil Petrescu, pero eso sera en otra entrada. En resumen, destacaria que describe crudamente la sociedad rumana de entreguerras, con sus contrastes y su decandencia, con los dispendios irresponsables de los burgueses y privilegiados y el hambre y la insalubridad de la mayoria.
Se llama "Micul Paris" al mitificado Bucarest interbelico (1918-1939), en el cual por causa de la dependencia de la Rumania Mare de la influencia francesa, los edificios principales de la ciudad se elevaran imitando a los de la capital parisina. Pero este "Micul Paris" era solamente superficial, y era solo disfrutable para algunos. La situacion en la que vivian sus trabajadores, la mayoria de los habitantes, eran pateticas, mientras las minorias vivian elevados sobre los hombros de los debiles.
Hoy la propaganda de aquel periodo, en el que la entonces Rumania (Tara Romaneasca y Moldavia) se expanden anexionandose la Republica Socialista Moldava y mediante la union de Transilvania, intenta vendernos la imagen de un Bucarest similar parecido a Paris, como muestra de una epoca gloriosa del pais. Si, epoca gloriosa fue, pero solo para el interes de unos pocos, y sobre la pobreza de la mayoria. De hecho los testimonios literarios de la epoca describen una situacion del pais y de la ciudad nada amable (salvo para la burguesia).
Cuando en 1918 Transilvania se une a Rumania y se conquista lo que hoy es Republica Moldova, la capital seguira siendo Bucarest, a pesar de que para muchos no era la ciudad mas adecuada para ello. Igualmente, cuando años antes Alexandru Ion Cuza es elegido domnitor de los principados de Tara Romaneasca y Moldavia, 1859, comete el error de mantener la capital en el sur (seguramente por imposicion de los otomanos y los franceses), en vez de elegir Iasi (entonces capital del principado moldavo) o Focsani, ciudad intermedia entre ambos territorios, opcion que fue valorada en principio y luego desechada.
En fin, que 53 años despues de que el personaje ficticio Ladima escribiera el ficticio articulo en un periodico, Bucarest continua con algunos de los males que tenia entonces, a pesar de la impresionante transformacion que sufre en los años de gobierno comunista, que en general transforman Rumania de un pais casi feudal en un pais industrial y moderno. De hecho muchas de las caracteristicas de la nueva capital que aparecen en el texto de Petrescu fueron luego hechas realidad por el comunismo.
Hoy Bucarest sigue estando lejos de todo, principalmente por falta de infraestructuras, ya que las que hoy existen fueron construidas en un 90% antes de 1989. Esto expresa la indolencia y la pasividad de la clase politica que, como pais hipercentralizado que es hoy Rumania, se concentra casi totalmente en la capital, arrastrando con ella a todo el pais.
En fin, leamos lo que escribe Camil Petrescu sobre la Bucarest del Micul Paris con su personaje Gheorge Ladima, para desmitificar un poco la gloriosa capital de Romania Mare. Un retrato de la capital que parece muy actual:
¨Alma nueva, casa nueva. Es absolutamente necesario trasladar la capital. Nada puede ser ya como ha sido antes. El que quiera entender, que entienda.
Argumentos materiales los hay y en abundancia.
Por motivos de higiene. Bucarest es una ciudad de crudos inviernos y de veranos que descomponen de calor. El alcantarillado es primitivo y complicado porque sigue por calles tortuosas. Para llevar a cabo las obras necesarias habria que levantar las calles, lo que obstaculizaria a perpetuidad la circulacion. En los alrededores no hay mas que barrizales y polvo. No hay lugares de esparcimiento y recreo. Salvo la belleza del cielo, todo lo demas ensucia la imaginacion. El rio Dambovita es mezquino, como un conducto de aguas sucias. De junio a septiembre, esta ciudad huele a cubo de basura. El agua potable llega de lejos, y las centrales electricas habrian de tender cables en cientos de kilometros por montañas y colinas. Dentro de 30 años, la circulacion sera tan complicada que las calles actuales solo valdran para los peatones. Dentro de 50 años, los ciudadanos estaran a merced de escandalosas expoliacones mercantilizadas. Las trapacerias que todo ello acarrearia cubririan de deshonra el nombre de la ciudad durante medio siglo. Calea Victoriei, cuyas casas por dentro no son otra cosa que ruinas mohosas, humedas, sombrias y pestilentes y nidos de ratas tan grandes como gatos (harto estoy de verlas con mis propios ojos), costaria el presupuesto de un estado entero. Cada metro costaria cientos de miles de leus.
Sueño con una capital como un corazon nuevo. En Olt, en Transilvania, digamos que a un tiro de piedra de Brasov, en Feldioara. Al abrigo de ventiscas, con veranos dulces como una estacion balnearia. Alli todo podria empezar de nuevo. Los restaurantes no tendrian las cocinas en cuadras con pinches enfermos de sarna, sino que serian autenticos laboratorios con azulejos y niquel. Y los comedores airados, pues las ventanas no darian a las cloacas. Habria sitio para jardines, parques y grandes mercados. Los alrededores serian colinas de villas o, hacia Brasov, llanuras pobladas de anfiteatros y estadios, un hipodromo de la belleza. Toda la zona de cercanias, unos 30 o 40 kilometros, la constituiria el cinturon verde y canoso en la cima de los montes Bucegi. Todo el año se trabajaria con alegria y canciones en esta ciudad de la salud.
Y, tal vez, no al vez, seguro, los arquitectos y los ediles de alli encontrarian la posibilidad de hacer bulevares, calles y plazas muy hermosas para que los pobres gozaran tambien de momentos en que olvidasen la fealdad de la vida. (Aqui en Bucarest, hay una gran diferencia entre los placeres que pueden procurarse los ricos y la asfixiante atmosfera en que viven los pobres, cuya vista no puede regalarse nunca con nada bello).
Dentro de diez años, en 1936, es de suponer que se triplique el numero y volumen de las casas de Bucarest, con construcciones modernas y espaciosas. Construyamos estas villas y mansiones directamente alli y, dentro de diez años, tendremos una ciudad de 300.000 habitantes, parecidas a las de Suiza y Alemania, que enriqueciera la belleza de este gran reino. Mussolini quiere proporcionar a sus italianos no solo un alma nueva sino tambien un fisico nuevo. No permite que se hable mas de la grandeza de la Roma antigua. Quiere una Italia y unos italianos nuevos. ¿Que tenemos nosotros que conservar de este Bucarest que nos impusieron los turcos porque les quedaba al alcance de la mano? Nuestros sepulcros estan en Arges, en Targoviste, en Suceava... ¿Por que dejar que los liberados nos culpen siempre de ser siervos de los balcanicos de Bucarest?
Tambien desde el punto de vista militar, se impone el traslado. Alli, en Feldioara, se alzaria entre la capital y un potencial enemigo la alta muralla de las montañas, ¿y la Administracion publica? No cabe la menor duda de que si. La capital se encontraria en el mismisimo centro del pais. El tunel comenzado en el portazgo de Buzau pondria a Braila y Galati muchisimo mas cerca de la capital de lo que hoy estan.
Pero no se puede hacer nada con hombres que no ven mas alla de sus narices". (pags 106-108, a pie de pagina)
1 comentario:
que checke. Mi hermana es de Rumania.
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