Jose biden, vicepresidente de Estados Unidos, ha colocado ya su hijo Hunter en la junta directiva
de Burisma Holdings, el mayor productor
privado de gas de Ucrania.
Aunque la noticia ha hecho que La Casa Blanca haya declarado que no se trata de ningún conflicto de intereses, el hecho es significativo de cuales son las intenciones de los norteamericanos (por supuesto, no me refiero al pueblo trabajador, sino a sus grandes mafiosos) con el golpe de estado fascista en Ucrania.
Hunter Biden tendrá un significativo papel en la empresa energética ucraniana, de momento todavía de control estatal, y de paso llenará sus bolsillos con dinero público ucraniano a la vez que, por supuesto, abre el camino a otros mafiosos norteamericanos para hincar el diente al pastel ucraniano.
Al fin y al cabo, ¿qué otra cosa hace habitualmente el gobierno norteamericano y sus altos cargos que velar por las grandes corporaciones mafiosas de su país y por sus propios negocios privados? (e idéntica pregunta es válida para todo régimen político basado en la dictadura del capital). En realidad, es la acumulación de capital el único principio que importa, y para ello se justifica cualquier crimen: golpes de estado, guerras, asesinatos politicos, fomento de bandas neonazis, quemar edificios con cientos de personas dentro, bombardeos masivos sobre población civil, etc...
Cualquier crimen es "humanitario" o se justifica en nombre de la "libertad" si el beneficio para los pocos que controlan la riqueza mundial es bueno (y de paso colocan a sus hijos y coleguitas).
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