Anulado el cambio de nombre del Partido Alianza Socialista en Partido Comunista Rumano

El pasado mes de julio el Partido Alianza Socialista realizó un Congreso para cambiar su nombre en Partido Comunista Rumano. A pesar de las dudas ya existentes de que el registro de partidos políticos aceptara el cambio de nombre, el Congreso se realizó.

En aquellos momentos el Comité de Reorganización del Partido Comunista Rumano, antiguo NPCR, liderado por Petre Ignatencu, expreso sus dudas al respecto, ya que las normas de registro de partidos politicos en Rumania prohibe adoptar un nombre que haya existido previamente en la historia del pais, a no ser que se demuestren los vínculos con ese partido en el pasado.

El Partido Alianza Socialista realizó el cambio de nombre pero rechazando su vinculación con el histórico Partido Comunista Rumano, y de hecho organizó su congreso como el Primer Congreso del Partido Comunista Rumano (con la coletilla "en el siglo XXI). Mientras tanto, el Comité de Reorganización del PCR intenta reiniciar la actividad del comunismo histórico, cuyo partido, por cierto, jamas fue disuelto por el único órgano que podía hacerlo, el Comité Central (a cuyos miembros detuvieron para evitar, precisamente, que o disolvieran o decidieran continuar con la actividad política del partido).

La decisión del Tribunal del registro de partido políticos deja sin efecto la decisión del Partido Alianza Socialista, que seguirá llamándose igual, y deja el camino libre para el Comité de Reorganización del PCR para que continué el proceso de reactivación de la actividad politica del histórico partido comunista rumano). Los miembros del Comité han estado dispuestos en todo momento a hacer el camino juntos y reconstituir el PCR con el apoyo de otros partidos, como el PAS, siempre y cuando hubiera algunos retoques en el programa, entre ellos la asunción de la vinculación con el partido existente en 1989 y la mención del marxismo-leninismo en los estatutos.

El principal problema del Comité de Reconstitución del PCR es la ley electoral rumana, elaborada precisamente con la finalidad de concentrar el poder en las manos de los partidos mayoritarios. Según la ley, todo partido politico necesita presentar 20.000 firmas cada vez que desee presentarse a unas elecciones, lo que exige una infraestructura que pocos partidos, a no ser los grandes, tienen.

Sin embargo, el Comité continua intentando reconstruir el Partido Comunista Rumano, prohibido tras la contrarrevolucion de diciembre de 1989, pero nunca disuelto legalmente (con lo que supone esto en cuanto a la posible reivindicación de su patrimonio histórico). Aunque el Tribunal de Derechos Humanos de la U.E. exigió que la prohibición del comunismo se levantara, los intentos de reconstrucción siempre tuvieron la oposición de las instituciones del estado, con legislacion elaborada al efecto o incluso con sospechosas muertes, como las del joven ingeniero Virgil Zbaganu en 1992.

Lo cierto es que las circunstancias socioeconómicas que está sufriendo el pueblo de Rumanía 20 años despues del golpe de estado de 1989 estan demostrando lo necesario que hubiera sido y lo urgente que es la existencia de un partido comunista para organizar a la sometida clase obrera rumana.