miércoles, 30 de septiembre de 2009

Historia de C.

He encontrado navegando por la red una entrada que versa sobre la historia de un rumano, inmigrante en el sur de España, que me parece muy interesante por la de conflictos que deja traslucir. En primer lugar, el conflicto de un trabajador que se ve obligado a dejar a su familia en su pais y que huye de una situacion economica pesima para encontrarse en su pais de destino viviendo para trabajar, es decir, para pasarse todo el dia esclavo del trabajo, con el fin de enviar el 75% de su salario a Rumania, para su familia. En definitiva, la paradoja de que alguien abandone su pais para vivir mejor aunque, como expone C., el no se ve a si mismo viviendo mejor, sino viviendo para trabajar, y con ganas de invertir los terminos.

Claro que cuando un español habla con un rumano como C. lo primero que piensa es que vendria a España para mejorar su vida y ser mas feliz, huyendo de una situacion creada por la dictadura comunista. Por eso sorprende que C. defienda el comunismo y que, tras sus palabras, nos muestre la realidad de que durante el comunismo rumano habia bastantes situaciones negativas, pero el trabajo, la sanidad, la escuela, etc... no faltaban. De hecho los millones de rumanos que huyeron del pais buscando poder sobrevivir lo hicieron tras la llegada del Capitalismo y la destruccion de la industria, la agricultura y la riqueza del pais, dejando a millones de personas en la calle, en paro, y obligandoles al exilio para que sus familias no murieran de hambre.

Para un occidental, acostumbrado a la "verdad" incuestionable de que el sistema comunista fue un fracaso, escuchar a alguien como C. defender a Ceausescu es una sorpresa mayuscula, aunque viviendo en Rumania se empiezan a ver las cosas de una manera mas compleja. Asi, como hemos dicho varias veces en este blog, en 2006 la mitad de los rumanos todavia añoraban el comunismo, y suponemos que con la crisis economica los porcentajes subiran.

La imagen de Ceausescu, chivo expiatorio sobre el que cayeron todos los ataques contra los males del comunismo rumano (al fin y al cabo cargarle todas las culpas a un muerto evita que a los que quedan vivos se les pidan tambien responsabilidades), es tambien contradictoria, tanto para los medios capitalistas como para los ciudadanos rumanos. Por un lado, recordemos que Ceausescu era el amigo de occidente en los años 80, cuando decidio alejarse del Comecom y tener relaciones comerciales y politicas con los paises occidentales. Cuando llego la llamada "Revolucion" de 1989 le convirtieron en el "carnicero de los carpatos", y en el unico culpable de la situacion de Rumania.

La percepcion de los rumanos con respecto a Ceausescu, sin embargo, es diferente. En la misma encuesta de 2006, los rumanos consideraban a Ceausescu el mejor conducator que habia tenido Rumania en su historia, seguido del actual Basescu, que es otro tipo bastante autoritario y con una concepcion personalista del estado. Como explica C. en esta historia, el ya trabajaba en la epoca comunista, y no faltaba el trabajo, al contrario que con la llegada del capitalismo que solo trajo miseria, desempleo y corrupcion a Rumania (y no me refiero solo a los primeros años de su llegada, sino tambien a 2009).

El autor del blog describe la desorientacion que le producen las palabras de C., y su conflicto entre los datos que los medios convirtieron en verdad indudable (como los 60.000 muertos por causa politica que, ni siquiera hoy, han sido confirmados, mientras el debate entre historiadores aun continua) y las confesiones de su amigo rumano. La realidad nunca es tan simple como nos la pintan, y la intencion de que nos tragemos un mundo en blanco y negro, polarizado entre verdades y mentiras, siempre acaba cayendose por su propio peso (solo basta un pequeño esfuerzo racional, que desgraciadamente no todo el mundo ejerce).

Evidentemente que el sistema comunista no fue perfecto, y como el capitalismo a veces privilegio las razones de estado ante los derechos humanos. Los sistemas tienden a perder de vista al ciudadano para actuar siguiendo el interes de los poderes que lo sostienen, las nomenklaturas del partido o las grandes corporaciones multinacionales, segun sea el caso. Nuestra actitud critica es imprescindible ante todos los acontecimientos, sobre todo en este mundo donde el poder de la manipulacion de la verdad a traves de los superpotentes medios de comunicacion es mas fuerte quen nunca (1984 de Orwell hoy se queda pequeño). Tenemos que ser criticos, derrumbar los mitos que han creado para que veamos el mundo a traves de ellos, y a la hora de aceptar verdades contundente quizas deberiamos bajarnos de nuestra peculiar vision del mundo, ser criticos con nosotros mismos (porque nuestras verdades tambien han podido ser impuestas) y preguntarles a los protagonistas del cambio que ganaron y que perdieron.

En este caso preguntarles a los rumanos (o cualquier otro ciudadano de los antiguos paises socialistas), como preguntarle al C. de la historia, puede abrirnos los ojos y, posiblemente, empezar a ver nuestra "libertad" y la de ellos de un modo mucho mas realista. Quizas escuchando la version del pobre C. , que tuvo que huir de Rumania con la llegada del Capitalismo y el desempleo masivo, y el saqueo de los derechos sociales, empecemos a sentir que algo no cuadra en las cosas que nos cuentan. Quizas sabiendo que C. gano a cambio un poco de libertad de comprar en el supermercado cuatro marcas diferentes de zumo de naranja, o de votar a cuatro siglas que en el fondo significan lo mismo empecemos a mirar a nuestro alrededor y empecemos a cuestionartos que tipo de libertad disfrutamos nosotros.

Ah, por cierto, ante la pregunta de que si Ceausescu era un cabron, C. no responde que no, simplemente dice que el tenia trabajo y no fue obligado a escapar de Rumania para que su familia pudiera sobrevivir... Eso si, al fin y al cabo sigue repitiendo los esquemas establecidos cuando dice que "la cabrona era ella", tambien dando un ejemplo claro del tipico machismo rumano. Precisamente uno de los principales fallos del comunismo en general fue el no acabar con las concepciones sexistas del capitalismo, o con la sumision general del individuo ante el poder, tanto divino como humano, y olvidar que la participacion del ciudadano en la direccion de los asuntos del gobiernto, tanto a nivel de estado como en la fabrica o en el barrio es uno de los principios basicos del socialismo. .

Os dejo con la historia de C.


"C. es un pintor rumano de unos 40 años. Pintor de brocha gorda. Aunque quizá hubiera sido mejor decir que C. es rumano y además pintor, pues cuando uno ha tenido que emigrar para poder buscar el sustento, la profesión termina siendo lo de menos. La condición de “transterrado”, como designaba José Gaos a los españoles que, tras la derrota republicana en la guerra civil, tuvieron que refugiarse en América, eclipsa todo lo demás.

C. lleva varios años viviendo en la Costa del Sol, aunque podríamos apostar a que ni ha jugado al golf, ni ha hecho windsurf ni probablemente ha podido señalar con el índice uno de esos moluscos que aguardan, ignorantes de su funesto sino, a individuos con bolsillos más saneados detrás del cristal del acuario de una marisquería. Vive para trabajar, en espera, algún día, de poder invertir la relación, y para mandar cada mes el 70% de su sueldo a su país, donde sobrevive el resto de su familia, mujer e hijos.

Hermanos de lengua, su español no es muy malo y aunque hay que estar continuamente rellenando los huecos que deja en la conversación, es fácil entenderse con él. Por lo común, es reservado, sobre todo al principio, cuando no se toma ni el pedazo de confianza que tú le has cortado. Después, se suelta algo más y mientras estás viendo la televisión lo sientes pararse detrás, interesado por algún asunto del informativo. Cuando dan una noticia relacionada con un menor que quiere cambiar de sexo, sonríe y niega con la cabeza. Pero, después sigue con lo suyo. Sólo que a mí me gusta tirarle de la lengua y al cabo de los días ya estamos hablando de lo divino y lo humano.

La historia de C. no es muy diferente a la de otros muchos ciudadanos del Este que después del derrumbe del “telón de acero” recibieron en pleno rostro un buen porrazo de libertad. También el Hombre Nuevo fue cultivado allí donde el conde Drácula pegó los tres bocaos, y los resultados de la experiencia no fueron mucho mejores que los cosechados en la URSS y demás países satélites. Por eso me choca que C. defienda el comunismo o, más concretamente el tipo de vida que llevaba bajo la dictadura. ¿Pero Ceaucescu era un cabrón, no?, le espeto intentando hacer valer mi condición de impasible demócrata. Él no se ofende. Sólo pretende decirme que entonces ya trabajaba. Y que no faltaba trabajo. Había más fábricas. Y seguridad. En definitiva, se vivía mejor. Y además, añade, la cabrona era la mujer.

La conversación me produce un gran desasosiego. Me hubiera gustado decirle que más de 60.000 compatriotas suyos fueron aniquilados durante los más de veinte años de terror del matrimonio Ceaucescu, que el sistema económico estaba condenado al fracaso, que la libertad es un derecho sagrado.

Pero, mientras apuro mi café y lo observo extender el rulo a pleno sol, sé que lo mejor es callarse".

http://apocalipticoseintegrados.blogspot.com/2009/09/historia-de-c.html

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy rumana y me choca lo que escribió, y no porque su amigo, ya bastante viejo, vivió en una ignorancia total, sino que realmente me indigna lo del Basescu, que no es ni de lejos un presidente honorable y bueno para el país, como tampoco fue Ceausescu. Así que por favor no publique más idioteces de un inculto.
Gracias.
F.

JL F dijo...

Hola F. A ver si aprendes a expresarte mejor. Si no sabes, escribe en rumano que te entiendo perfectamente.

Salud y Revolucion.

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