Logicamente, la decision provoco la indignacion entre los integrantes de esta etnia, al igual que en las organizaciones que defienden los derechos humanos. El muro de cemento tiene 150 metros de largo por 2 de alto, y fue levantado el mes de octubre pasado con un coste total de 13 mil euros.
Parece ser que Cyril Revak, alcalde de la localidad desde 1991 en este pueblo de 1800 habitantes, evita hablar de "muro", y da enormes rodeos para no usar la palabra. Pero justifica su levantamiento como proteccion a los habitantes de Ostrovany de los robos constantes por parte de miembros de la comunidad gitana. El muro, segun el alcalde, no impide a los "romi" llegar al pueblo, "y solo les impide entrar en los campos cultivados y robar las cosechas".
Sin embargo, los gitanos en Ostrovany son mayoria, ya que el total en el pueblo conviven 1800 habitantes, de los que 1200 son miembros de esta "minoria" gitana, en este caso mayoritaria aunque se la sigue tratando como minoritaria. Un porcentaje muy alto de estos no tienen trabajo.
Alexander Patkolo, presidente de la asociacion "Iniciativa Roma de Eslovaquia", ha pedido justicia, porque "el muro ha sido construido ilegalmente y discrimina a la minoria gitana de Ostrovany".
En Eslovaquia existen mas de 600 comunidades gitanas. La mayoria viven sin electricidad, agua corriente ni canalizacion. Este pais tiene una poblacion de 5,4 millones de habitantes, y oficialmente viven en el 89000 gitanos, segun el censo de 2001. Sin embargo, el numero real podria acercarse a 350000, segun la opinon de Arne Mann, etnologa de la Academia Eslovaca de Ciencias.
En el año 2008, el 82% de los eslovacos declararon en una encuesta al respecto que no querian tener como vecino a un gitano. En Eslovaquia, y en general en todos los paises del este europeo, la segregacion racial se ha acentuado tras el derrumbe de los sistemas socialistas, debido al abandono de las politicas de integracion desarrolladas por los gobiernos antes de 1989 y a la proteccion social que brindaban a toda la poblacion. Esto esta provocando la multiplicacion de actos de discriminacion y el surgimiento de grupos y tendencias racistas que desprecian y segregan a las minorias, especialmente la gitana.
La situación de los gitanos no ha hecho más que empeorar desde el fin de la Europa dividida. En los años noventa fueron las víctimas más vulnerables de las guerras de los Balcanes y ahora son la diana preferida de partidos xenófobos en el centro y el este del continente.
En Rumania los gitanos son el 10 por ciento de la población rumana., casi dos millones de personas que tienen incluso su propio partido político: el Partido Rumano del Pueblo de Roma, que asegura que esa minoría continúa viviendo en niveles de pobreza que no se diferencian demasiado de los que existían en la Edad Media; la ausencia de luz eléctrica y de agua corriente son habituales en muchos hogares gitanos. En Rumania los muros no estan construidos de cemento (de momento) pero se perciben como si entre gitanos y no gitanos hubiera un cristal invisible ( que las instituciones o fomentan o, por lo menos, no hacen nada por eliminar).
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