Anticomunismo en Republica Checa

El fanatismo anticomunista recorre Europa. En la Republica Checa, y tras la ilegalización de las juventudes del partido, ahora el Senado está estudiando la ilegalización de la ques la tercera fuerza política del país, el Partido Comunista de Bohemia y Moravia.

La propuesta ilegalizadora se sustenta en que existe un peligro real, ya que el Partido Comunista, el tercero en fuerza en el Parlamento, sigue siendo fiel a la "revolución antidemocrática" y exigen que el partido se prohíba o abandone su llamado marxista a las armas, que según ellos va contra los postulados de la Constitución checa de que los partidos políticos deben renunciar a la violencia.

Lo que los fascistas prodemocratas llaman "revolucion democratica" es dar el control del poder al pueblo, a los ciudadanos, eso que tanto asusta a los que quieren mantener la situación atada y bien atada, para que sus privilegios no se pongan en riesgo.

Según las leyes checas, la corte tiene el poder de hacer ilícito un partido, pero sólo tras una iniciativa del gobierno o del presidente. De modo que los senadores están depositando sus esperanzas en el primer ministro Jan Fischer, economista y ex miembro de la Oficina de Estadísticas durante la era comunista, quien describió su membresía de nueve años en el Partido Comunista como uno de sus ``mayores errores''.

Es decir uno de los típicos oportunistas que tras su conversión intenta hacer que se olvide su pasado conviertiendose en un fanático intolerante del capitalismo.

El furor anticomunista del senador que encabeza la campaña, Jaromir Stetina, de 66 años, podría parecer extraño: su abuela fue fundadora del Partido Comunista Checoslovaco. Pero Stetina, ex corresponsal de guerra, afirmó que el Partido Comunista en su estado actual es una peligrosa reliquia del pasado (peligrosa sobre todo para quienes, como el, anteponen sus intereses particulares a los colectivos, y fomentan el beneficio de las elites en vez de la redistribución de la riqueza).

``Creemos que el Partido Comunista debe ser suspendido hasta que renuncien a la descripción de comunista y denuncien a Marx y a Lenin, quienes consideraban la violencia un medio legítimo de asumir el poder'', dijo Stetina. ``Ni siquiera los millones de cadáveres que que provocaron las políticas de Lenin han convencido al Partido Comunista Checo de que abandone susenseñanzas''.

Es curioso que Stetina no denuncie igualmente a los partidos capitalistas que defienden un sistema que ha provocado mil veces mas victimas que el comunismo en el pasado y continuan provocandolas en el presente, y que aplauden la violencia como forma de control de los recursos de otros, y la explotación como medio para que algunos vivan como parasitos del trabajo de los demas.

El partido comunista checo se identifica con unas cerezas porque la hoz y el martillo están proscritos en Chequia. Otra muestra de la caza de brujas que las elites estan desarrollando contra el enemigo al que tienen tanto miedo. Leyes similares hay en Hungria, Rumania o Polonia, donde tambien se han propuesto o se esta en ello leyes que prohiben la simbologia comunista.

El Partido Comunista de Bohemia y Moravia tiene el estatus de observador en el Partido de la Izquierda Europea y aporta 5 parlamentarios en el Grupo de la Izquierda Europea - Izquierda Verde Nórdica en el Parlamento Europeo. Por ello se trata un ataque no solo a los comunistas checos, un desprecio a la pluralidad democrática que, por otro lado, tanto defienden los fascistas liberales enmascarados de defensores de la libertad. Se trata tambien de una agresión a la izquierda europea, en este caso a la institucional, pero no hay que olvidar que en muchos paises de Europa la verdadera izquierda esta fuera de los parlamentos y, por lo tanto, mas desprotegida.

Aunque ya sabemos que la ilegalización de partidos politicos molestos, de izquierda, no es algo tan extraño en otros paises, como en la misma España, donde por las mismas razones que los fascistas checos se han prohibido opciones politicas: es decir, la no condena de una parte de la violencia, solo la que molesta al poder, y la no renuncia a lograr cambios revolucionarios por medio de las armas, como defendieron los ideologos del comunismo.

Lo que los parlamentos capitalistas, apoyados por algunos partidos que se dicen de izquierda, no condena es la violencia que se ejerce sobre los obreros, los pueblos, los recursos de estos, y, en definitiva, los derechos humanos, por parte de las empresas, de los ejercitos, de los medios y de los organos de justicia al servicio dels status quo.

Esa violencia para ellos no lo es, porque el fascismo integra la violencia en su normalidad cotidiana y acaba por invisibilizarla (o incluso por denominarla "democracia"), aunque los comunistas siempre supieron, como expreso brillantemente el poeta comunista Bertolt Brecht, que hay muchas maneras de matar, y solo unas pocas estan prohibidas en el capitalismo (principalmente las que ponen en peligro la seguridad de los dominantes).

Hay muchas maneras de matar.
Se le puede clavar a alguien un puñal en la barriga,
quitarle el pan,
no curarlo de una enfermedad,
recluirlo en un tugurio,
hacerlo trabajar hasta que reviente,
empujarlo al suicidio,
llevarlo a la guerra, etc.

Sólo unas pocas están prohíbidas en nuestro Estado

Bertolt Brecht