Perros Callejeros

El mapa del terror: zonas de Bucarest con presencia
de perros agresivos

No me refiero con el título a la saga de peliculas de los años 70 que veiamos comiendo pipas en los cines de verano, sobre las aventuras de los jovenes desarraigados de la periferia de Barcelona, "el Torete" o "el Vaquilla". Se trata de uno de los problemas mas evidentes que cualquier visitante puede apreciar en una visita rápida por Bucarest (aunque hay tambien otras ciudades donde el problema se sufre de manera menos masiva).

En Bucarest hay uno 50.000 perros vagabundos rondando por las calles, de los que algo más del 10 % se consideran peligrosos debido a su tamaño y agresividad. De hecho, las visitas a los hospitales por sus mordeduras son bastante frecuentes, sin que las autoridades no parezcan tener interés alguno en resolver el problema de una forma u otra.

Recientemente el asunto salio de nuevo a las portadas porque una mujer murio en uno de estos ataques de perros, pero pocos dias despues el asunto volvio a olvidarse en los medios y, supongo, que en los organismos de salud publica. Se han ensayado muchos metodos, incluso se inicio hace años una campaña para recoger los perros, llevarlos a las perreras y, si nadie los adoptaba, proceder a su sacrificio (lo que se suele hacer en el resto de paises europeos).

Recuerdo que hace años tambien pasaba algo así en Madrid, aunque sin llegar a los extremos de las jaurias que pululan por las calles bucarestinas, y que si vas en bicicleta pueden suponer un gran problema.  Los perros se fueron recogiendo y se fue obligando a las personas "amantes" de los canes a que se hicieran cargo de ellos que, de lo contrario, serian llevados a las perreras y, en ultimo extremo, sacrificados.

Aquí, sin embargo, cualquier intento de hacer algo es paralizado por las protestas de los que dicen amar mucho a los animales pero despues dejan que estos mueran de hambre en las calles, o por la desgana de las instituciones, en las que a sus altos cargos les afecta bastante poco el problema, dado que los responsables de decidir salen de casa en su 4x4 de lujo y se bajan de él en la puerta del despacho.

Por supuesto que las zonas con mas densidad de perros callejeros son los barrios mas pobres, en los que los servicios publicos ni siquiera entran a menudo, y la basura y la suciedad se acumula en cada esquia. De hecho el Sector 5 (zona de Ferentari) es la mas afectada, aunque en realidad se pueden ver grupos de perros en todos los rincones de la capital rumana, incluido en la puerta del Palacio de Cotroceni (la sede del Presidente de la Republica), del Palacio del Gobierno, o del Ayuntamiento de la ciudad.

Ni campañas de sacrificio (cuando se intento se unio a los amantes de los animales la francesa Brigiti Bardot, que por cierto no sufria el problema en su ciudad y no se implico jamas en la defensa de los cada vez mas abundantes pobres y desempleados rumanos), ni intentos de esterilizacion, que se hacen a un ritmo tan lento que la reproduccion de los animales es mucho mas veloz, ni defensores de los perros que los recojan en sus casas (muchos de ellos prefieren comprarse uno con pedigrí), ningun metodo termina con el problema. Un problema, por otro lado, al que se ha combatido en el resto de Europa y se ha eliminado ¿Por qué en Bucarest no?

Foto tipica de la capital

Las principales causas de la persistencia del problema son: el tipico desinteres de las instituciones, y la irreponsabilidad de los supuestos defensores de los perros que, por otro lado, no hacen nada para darles un hogar (quieren perros libres, muertos de hambre y frio en invierno, pero en la calle).

Lo mas sorprendente del asunto es que en la defensa de los perros callejeros se unen miles de rumanos, que alzan sus voces para defender el derecho a los animales a deambular libremente por Bucarest. Curiosamente, cuando se trata de defender el trabajo de los millones de desempleados (muchos de ellos -3 millones- emigrados), de proteger del saqueo a la riqueza nacional, o de luchar contra los recortes del gobierno, ese espiritu combativo se queda en casa, viendo pasar la vida en la tele (y quizas protestando en el salon). Parece un poco aberrante que mientras cada vez mas pensionistas tienen que llenar su cesta de la compra rebuscando en los contenedores, todavia se siga defendiendo mucho mas el derecho de los perros callejeros a competir con ellos por la comida.

No se trata de comenzar a matar perros a lo loco, por el mero placer de matar, sino de buscar soluciones y, actuar con urgencia para sacar los perros abandonados de las calles, y solamente sacrificarlos, como sucede en la mayoria de las ciudades europeas, en el caso de que nadie, ni siquiera sus grandes defensores y amantes, se hagan cargo de ellos para tenerlos, como corresponde a un animal domestico, en sus casas, bien alimentados y sin que pasen frio en las calles.

En realidad el problema de fondo es la ausencia total de responsabilidad pública de las instituciones. Si aqui te tropiezas en la calle porque en la acera hay un agujero no señalizado, o te cae una teja en la cabeza, o te muerde un perro, da igual que reclames, pues al final tu mismo te tienes que buscar la vida. En otros lugares donde el derecho de los ciudadanos es mas respetado, si un perro te muerde, el dueño es el responsable y en caso de que no haya propietario, es el ayuntamiento el que corre con los gastos por su incompetencia al permitir que un animal sin amo ande por las calles. Es un problema, en fin, de conciencia de servicio público, y mientras las instituciones no asuman que son servidores de los ciudadanos y responsables ante ellos de sus errores e incompetencias, y si estos no se lo hacen entender, las cosas no van a cambiar mucho, me temo.