La fiesta del Dragobete es una celebracion tradicional de Rumania, que se cree inmemorial aunque sus primeros registros escritos datan del siglo XIX. Hoy se pretende hacer de el un equivalente rumano al casposo y comercial dia de San Valentin, aunque tiene mas que ver con la eclosion de la primavera, el fin del invierno, la nieve derritiendose, que con los grandes centros comerciales y el amor-intercambio capitalista.
Es celebrado en Rumania en el 24 de febrero de cada año. Dragobete es el hijo de Baba Dochia, una anciana que se identifica con el invierno. Cuando Dragobete nace, las nieves alimentan a los rios, y comienza el ciclo de la fecundidad en la tierra y, como no, entre los seres humanos.
El dia 24 se llama tambien "el dia en que los pajaros se enamoran", y de hecho , la gente mayor cuidaba en ese día de todos sus pájaros, pero también de los pájaros del cielo. En ese día no se sacrificaba ningún animal, porque eso hubiera estropeado la celebracion de la vida y los emparejamientos.
Tradicionalmente se celebraban festejos y bailes, como la Hora Dragobetele, donde los mozos y las mozas del pueblo elijen la pareja que les va a acompañar toda la vida (o al menos durante el año). Ademas, quien participaba en esta fiesta era protegido de todas las enfermedades de la temporada, particularmente la fiebre, y también contribuía al bienestar del hogar.
En ocasiones, vestidos en trajes de fiesta, los jóvenes y las jóvenes se daban cita frente a la iglesia del pueblo, y partían hacia bosques y llanuras, para coger flores de primavera. En el sur de Rumania las chicas regresaban al pueblo corriendo, seguidas de los chicos que se habían enamorado de ellas. Si el chico era lo bastante rápido para llegar a la chica amada, y él le gustaba también a ella, se besaban delante de todo el mundo. Ese beso significaba el compromiso de los dos por un año, o incluso más, ya que Dragobetele era una ocasión para la comunidad de enterarse de las siguientes bodas.
Las mujeres casadas solían tocar a un hombre de otro pueblo para ser cariñosas con su marido durante todo el año, en un claro rito de ahuyentar la logica pulsion del deseo hacia otros, por encima del ordenamiento familiar y social (supongo que en el caso del hombre no hacia falta tal rito porque este tenia mas libertad sexual que las mas reprimidas miembros del género femenino).
Las señoritas virgenes recogían las últimas huellas de nieve, llamada zăpada zânelor ("la nieve de las hadas"), y el agua que resultaba de esa nieve era usada a lo largo del año para el embellecimiento y para fórmulas mágicas de amor (otra importante relacion con los ritos paganos denominados por las iglesias como brujeria).
En definitiva, una fiesta relacionada con el cambio de estacion, con el fin del invierno y el comienzo de una nueva epoca reproductiva. La primavera la sangre altera y el pueblo deja su recluimiento provocado por las nieves para salir a la vida de nuevo y, a la vez que nacen las flores, dejarse arrastrar por el ciclo de la vida, ritualizando (controlando, ordenando) el deseo.
Una fiesta de origen pagano parasitada, como es habitual, por la iglesia y el status quo, que la intentan identificar hoy, como si de otro San Valentin se tratara, con el amor, concepto de claro origen burgues, o como diria Michel Foucault, de una finalidad claramente administrativa, cuando lo que se celebra es la pasion, el deseo, la vida.
1 comentario:
Me encantó la nota. He leído varios articulos sobre el Dragobete y el tuyo, siendo sencillo y sincero al parecer, fue el mejor.
No tengo descendencia rumana ni mucho menos, pero su cultura es algo que ha llamado mi atención desde hace tiempo.
Quisiera que hubiera un Dragobete en mi país o al menos, en las mentes de las personas. El amor sufre muchos maltratos hoy en día, ya no hay rastros de él.
Seguiré leyendo tu blog, gracias por los aportes que das sobre ese maravilloso país llamado Rumania.
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