La isla de las serpientes

En la campaña electoral ucraniana, cuyo resultado electoral ha sido impugnado por Timosenko, la perdedora, salio a colacion el conflicto que tuvo enfrentados durante varios años a Rumania y Ucrania, en disputa por un pequeño islote en en Mar Negro.

Timosenko anuncio que reabriria el conflicto con Rumania con respecto a esta isla a pesar de que la Corte de La Haya resolvio en 2009 con una sentencia incontestable. Claro que la todavia primer ministro ucraniana tiene bastante poco respeto por las decisiones institucionales, tanto las judiciales como las electorales (de ahi que haya denunciado fraude en un proceso electoral controlado por su propio gobierno).

La Isla de las Serpientes está situada en el mar Negro, frente a las costas de Rumanía y Ucrania. La isla es parte del raion (distrito) de Kiliya, en el Oblast de Odessa, Ucrania. La placa continental que rodea la isla ha sido objeto de un largo litigio ya ganado por Rumanía ante la Corte Internacional de Justicia, aunque haya sido usado por Timosenko en la campaña electoral ucraniana.

En la mitología griega, Leuce (en griego Λευκή, ‘blanca’) era una ninfa hija de Océano que fue violada por Hades, el dios de los muertos. Tras su muerte natural, y para eternizarla, Hades la convirtió en un álamo blanco que se alzaba en los Campos Elíseos. También se dice que Perséfone, la diosa del Inframundo y esposa de Hades fue la responsable de su transformación. De hecho, el álamo está consagrado a Perséfone. De este árbol tomó Heracles la corona con que ciñó su cabeza al volver del más allá. Leuce o Leuca es también el nombre que daban los griegos a la Isla de las Serpientes.

La Isla de la Serpiente (en ucraniano Острів Зміїний- en rumano Insula şerpilor) perteneció al Imperio Otomano, despues al Imperio Ruso y finalmente a Rumanía, hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando en 1948 pasó a formar parte de la URSS, que construyó alli una base militar. Tras la independencia de la Republica Sovietica de Ucrania en 1991, paso a formar parte de Ucrania. En la isla no hay practicamente nada, aunque cuenta con entre 70 y 150 habitantes, militares y científicos la mayoría. Sin embargo en el 2001 se descubrieron importantes reservas de petróleo y gas en el subsuelo marino, lo que ha llevado a la radicalización de las posturas de ambos países

A cambio de su entrada en la OTAN en el año 2004, Rumanía renunció a exigir la devolución de la isla, pero sí exigía que se repartiesen las aguas territoriales y la zona económica exclusiva de la isla. Llevó el caso ante la Corte Internacional de Justicia. En definitiva, la isla sigue siendo ucraniana, pero no asi la plataforma continental y, por lo tanto, el derecho a su explotacion.

El problema no es la posesion de la isla en sí misma, sino por sus aguas territoriales. Para los rumanos, no se trata de una isla, sino de una roca deshabitada por lo que, segun la legislación internacional, Ucrania no tiene derecho a la plataforma marina de su alrededor. Para Kiev, en cambio, es una auténtica isla, económicamente activa y habitada por un centenar de personas, entre ellas: militares, guardianes del faro, científicos y sus familias. De hecho fue utilizada por Kiev como destino turistico para demostrar su vida economica.

La plataforma continental que rodea la isla, de 12.000 kilómetros cuadrados, contiene importantes reservas de hidrocarburos, incluidos 100.000 millones de metros cúbicos de gas natural y 10 millones de toneladas de crudo, algo que se supo en 2001 (cuando empezaron los problemas entre ambos). El litigio entre los dos países se intensificó en los últimos años, mientras Rumanía y Ucrania trataban de reducir su dependencia energética de Rusia.

En febrero del 2009, el Tribunal Internacional de La Haya falló a favor de Rumanía, y sentencio que no se trata de una isla, sino de una roca, y por lo tanto a Rumanía le correspondería el derecho de explotacion de una parte importante del territorio de alrededor, con sus riquezas minerales.

Sin embargo, toda la pelea fue bastante inutil, ya que los gobiernos liberales postcomunistas entregaron el derecho de explotacion a una empresa canadiense por 20 años, con derecho a renovacion, asi que hasta el año 2030 la riqueza de la Isla de las Serpientes, la Leuca griega, sera explotada delante de sus narices por una multinacional extranjera. Algo, por otra parte, a lo que los rumanos estan ya muy acostumbrados en estos ultimos 20 años.