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Jaures Alfiorov nació el 15 de marzo de 1930 en Vitebsk, en el territorio de la actual Bielorrusia. Sus padres, comunistas convencidos, dieron al hijo mayor el nombre de Marx (murió a la edad de 20 años en la batalla de Kursk en la II Guerra Mundial) y al menor el nombre de Jaures, en honor del fundador del Partido Socialista Francés. El padre dirigió diversas fábricas militares, trasladando a la familia de una ciudad a otra. Al terminar la secundaria con medalla de oro en Minsk, Jaures Alfiorov prosiguió sus estudios en el Instituto Electrotécnico de Leningrado (hoy San Petersburgo). “Con él es imposible aburrirse”, recordaban sus amigos. -Sobre todo le gustaba cantar. Es verdad que no tenía facultades para ello, pero cantaba siempre a toda voz y cada canción hasta el fin”.
El futuro académico se casó la primera vez cuando era muy joven, pero a los 30 años se divorció. A finales de la década del 60 conoció a Tamara, su segunda esposa, filóloga de profesión. Se casaron pasado medio años después de haberse conocido. “Yo tuve que trasladarse de Moscú a Piter (Petersburgo), lo que antes me parecía cosa imposible. No pude resistir ante Jora”, recordaba Tamara. El hijo de Jaures Alfiorov, Iván; no quiso dedicarse a la ciencia y se dio a los negocios. Lo que el padre no aprueba.
Jaures Alfiorov dio parte de su Premio Nóbel al desarrollo del un centro científico-docente de San Petersburgo, donde fundó una especie de “invernadero para jóvenes de talento”. El ulterior destino de nuestro país no pertenece a los oligarcas sino a algunos de mis alumnos”, dice con seguridad el académico.
Alfiorov simultanea su actividad científica que le trajo multitud de galardones internacionales, con trabajo social. Es diputado al Parlamento de Rusia, adonde fue elegido por la lista del Partido Comunista. Asimismo es el vicepresidente de la Academia de Ciencia de Rusia.
Se atiene en la vida al principio de un protagonista de una novela del buen escritor ruso Kaverin: “Luchar y buscar, hallar y no capitular”. Hoy día, al crear su sistema de búsqueda de jóvenes talentosos en la ciencia lucha, según él, “contra la tontería del funcionariado que se reproduce sin cesar”. Al laureado con el Premio Nóbel le pertenece el siguiente aforismo: “Somos un país de optimistas, porque todos los pesimistas se han marchado”.
Como hemos visto, es un producto de la investigacion cientifica de la epoca sovietica, donde la sociedad ponia la investigacion en los avances sociales como un fin principal. Hoy la ciencia se pretende como un subordinada del beneficio economico.
Hoy es diputado del Partido Comunista Ruso, y esta convencido de que el futuro será socialista.
TOMADO DE LA VOZ DE RUSIA DEL 12/05 2009
http://pcvcarabobo.blogspot.com/2010/03/diptado-y-nobel-comunista-ruso-alfiorov.html
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