El Partido Socialdemócrata (PSD) ha arrasado en las elecciones parlamentarias celebradas ayer en Rumania, en lo que no es más que un enorme rechazo popular a las políticas de austeridad diseñadas por Bruselas para el país, que sigue siendo considerado una colonia por las potencias económicas desde el golpe de 1989. El fracaso del actual primer ministro, Dacian Ciolos, impuesto por la U.E. para dirigir un gobierno de tecnócratas "apolíticos" (como si la tecnocracia no fuera, de hecho, una ideología de derechas al servicio de las grandes empresas claramente política) hace apenas un año, ha sido contundente.
Como se puede apreciar en el mapa adjunto, Rumania se ha teñido de rojo, el color que representa al PSD, incluso en la tradicionalmente reaccionaria Transilvania. En esta región, solo ha ganado la derecha en tres provincias: Sibiu, Alba y Cluj (en amarillo). El partido húngaro UDMR ha ganado con contundencia en las provincias de mayoría húngara: Harghita, Covasna, Mures y Satu Mare (en verde).
Los resultados finales han sido los siguientes:
Cámara de Diputados
Partido Socialdemócrata (PSD) - 45,31%
Partido Nacional Liberal (PNL) - 19,95%
Unión Salvad Rumania (USR) - 8,92%
Unión Demócratica de los Húngaros de Rumania - 6,43%
Alianza Liberales y Demócratas - 5,62%
Partido Movimiento Popular - 5,29%
Senado
PSD - 45, 50%
PNL - 20,32%
USR - 8,97%
UDMR - 6,49%
ALDE - 6,01
PMP - 5,59%
Hay que destacar también la pírrica participación de los rumanos en estas elecciones que apenas ha superado el 39%, lo que muestra el hastío de los trabajadores de este país ante la farsa democrática burguesa, que llevan sufriendo ya, para bien de las mafias locales y multinacionales que se han hecho con el poder y el control de la riqueza, ya casi tres décadas.
El reparto de los escaños tendrá lugar en las siguientes horas, aunque se estima que el PSD estará cerca de la mayoría absoluta, sobre todo porque cuenta con el apoyo de ALDE, la derecha moderada rumana y, probablemente, del partido nacionalista húngaro, UDMR.
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El capitalismo nos destruye (foto en Plaza Universitate de Bucarest) |
Aunque los factores que explican este resultado son, obviamente, múltiples, podemos señalar algunos puntos que explican la rotunda victoria de los socialdemócratas (que, de hecho, son un partido proeuropeo y al servicio del capital, no muy diferentes de la derecha más reaccionaria representada por el PNL y el actual presidente Klaus Iohannis).
-Rechazo a la austeridad impuesta por Europa, que representan el PNL y los partidos de su entorno (USR, PMP), y el hartazgo de la continua obediencia del partido de Iohannis, el presidente del país, a las órdenes diseñadas desde Bruselas.
-Repulsa al control de la justicia por parte de la derecha rumana, a través del presidente del país, convertidos los jueces en instrumento para la lucha entre mafias partidistas (aunque en realidad sea de perogrullo que toda justicia es la de la clase social que la ejerce y, por lo tanto, siempre es una justicia política).
-La continua excusa de que todos los males del capitalismo salvaje rumano son causa del pasado comunista, a pesar de que las encuestas una y otra vez demuestran que los trabajadores de este país reconocen la superioridad de aquel sistema en especial en contraste con el desastre creciente sufrido por su clase desde la instauración violenta del capitalismo en 1989, hace que muchos rumanos, hartos de tanta tontería mediática, voten a aquellos que la derecha y la propaganda se empeñan en identificar, de forma grotesca, con el antiguo PCR (aunque bien es verdad que la mayoría de los líderes y altos cargos políticos actuales eran ya parte de la élite política antes de 1989 o miembros de su familia o grupos de intereses, y no solamente dentro del Partido Socialdemócrata, sino que también dentro de los partidos de la derecha más reaccionaria).
El fracaso de las intenciones del presidente Iohannis y del premier Dan Ciolos de continuar los mandatos de Bruselas y de la austeridad (recortes sociales, educativos, sanitarios, laborales, etc...) ha sido más que evidente, En todo caso, otra lección de las elecciones de ayer es la importancia que tiene la existencia de un partido socialdemócrata en una "democracia" burguesa (sin eufemismos, tiranía del capital), para canalizar el lógico descontento de la clase trabajadora con la clase parásitaria que de ella vive y evitar que esta se organice en partidos de y para su clase con el objetivo de tomar el poder.