jueves, 30 de mayo de 2019

Dos tercios de los rumanos consideran que el Comunismo fue muy positivo para Rumanía

Una nueva encuesta realizada por INSCOP Research, por encargo de la Academia Rumana, muestra
Imagini pentru rumania socialista
lo difícil que es para las mafias mediáticas capitalistas borrar los buenos recuerdos que tienen los rumanos sobre la Rumania anterior al golpe de estado de 1989. Así, dos tercios de los rumanos siguen creyendo, casi treinta años después, que el comunismo fue muy positivo para el país (el 61%), mientras el 29% cree lo contrario.

Entre los que piensan que el comunismo fue positivo para Rumania, un 34% afirma que lsu opinión sobre la época comunista se puede dividir en dos: la que llega hasta los años 50-60 (que coincide con la República Popular Rumana), y la que se extiende desde entonces hasta el golpe de estado de diciembre del 80 (República Socialista Rumana). Según estos, el comunismo fue muy positivo en los primeros 20 años, siendo el punto de inflexión la mitad de los años 50 (es decir, lo que se suele considerar como el periodo stalnista), mientras que a partir de los 60 (periodo en el que en Rumania y todo el mundo se llevaria a cabo un progresivo proceso conocido como desestalinización) las cosas empezarían a empeorar.

Un 8% de los encuestados han preferido no responder.

Es curioso que la opinión de los rumanos sea tan clara a pesar del enorme bombardeo propagandístico anticomunista llevado a cabo por los medios de información capitalistas y a la guerra cultural (editoriales, manuales escolares, documentales y universidades): como en ocasiones anteriores, la mayoría sigue respondiendo a este tipo de encuestas que con el comunismo se vivía mejor o subrayando los logros sociales, culturales y económicos de los que se beneficiaron todos los ciudadanos. Algo no demasiado extraño teniendo en cuenta que la barbarie capitalista ha destruído, desde 1990, la mitad de los puestos de trabajo existentes en aquel momento, ha reducido la calidad de vida de los trabajadores (especialmente de los más expuestos, como los niños o los pensionistas), y ha convertido en país en un deudor de las organismos internacionales (FMI, Banco Mundial, etc.), mientras que en el momento del golpe de estado de diciembre de 1989 la deuda externa rumana de cero dolares.

En resumen, como se ha dicho más arriba, un 61% de los rumanos consideran que los cuarenta años de comunismo fueron positivos para el país, especificando, y esto tiene más importancia todavía, que las cosas eran mucho más positivas en el periodo que se corresponde con los años de la República Popular Rumana (1944-1965), mientras con la instauración de la República Socialista Rumana (1965-1989) la situación fue cambiando poco a poco (es decir, con el aperturismo hacia Occidente, la proclamación de la sociedad sin clases, el endeudamiento  de Rumania con el FMI -que después de demostrarse un error, se devolvió hasta el último dolar desde 1981 a 1989- , y el alejamiento progresivo del partido de los trabajadores).  Errores que, no obstante, no significaron que el sistema económico siguiera estando hasta el final al servicio de los que producían la riqueza, a pesar de la pérdida de poder político de la clase trabajadora.

El estudio ha sido realizado en los meses de abril y mayo de 2019.

domingo, 12 de mayo de 2019

!Libertad para Pavel Grigorchuk, comunista moldavo!

Pavel Grigorchuk, en la protesta contra la corrupción
del gobierno moldavo el pasado 21 de
Pavel Grigorchuk es un militante comunista y  activo militate contra los desmanes de la oligarquía capitalista en República Moldova, la antigua república soviética. Grigorchuk, comunista y antifascista, ha sido el blanco del régimen dirigido por mafiosos, como son el rico oligarca Vlad Plahotniuc, la principal fortuna del país, ya en varias ocasiones a lo largo de los últimos años.
A pesar de las restricciones impuestas por los tribunales a su actividad políticacomo miembro del Grupo Petrenko, ha continuado luchando por la liberación del país de la dominación de la mafia capitalista sin importarle las consecuencias.
Algunos miembros del conocido como Grupo Petrenko (Bloque Rojo) fueron condenados el pasado 28 de junio de 2017 por los jueces del tribunal de Riscani, en Chisinau, capital de Moldova, a entre 3 o 5 años de prisión,  por sus actividades antifascistas y la organización de protestas contra el gobierno.
Tras su recurso, la condena fue suspendida por el tribunal, aunque, sin embargo, fueron puestos en libertad condicional y obligados al pago de las multas.  Por otro lado, los condenados no tienen derecho a cambiar sus lugares de residencia o ubicación sin el consentimiento previo de las autoridades. 
Imagini pentru red block moldova petrenco group
No obstante, Pavel Grigorchuk ha seguido participando en las protestas contra la corrupción del régimen capitalista moldavo, y su gobierno pro-UE, que tienen lugar habitualmente frente a la sede guvernamental, y por eso ha sido detenido de nuevo. 
Por ello, diversas organizaciones políticas internacionales e intelectuales y líderes de diversas organizaciones sociales y políticas, han hecho público un llamamiento pidiendo su inmediata liberación y el final de la persecución de los activistas del Bloque Rojo, en el que también se explican los detalles de la detención de Grigorchuk:
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!Libertad para Pavel Grigorchuk!
Nosotros, los abajo firmantes, exigimos que el gobierno de República Moldova libere urgentemente al activista cívico Pavel Grigorchuk, tras su detención en Chisinau el pasado 21 de marzo. Grigorchuk fue arrestado mientras lideraba una protesta anticorrupción frente al Parlamento de Moldavia.
Imagini pentru red block moldova moldova is casa noastraTras la protesta, Grigorchuk se encontró con Sergey Syrbu, un destacado miembro del Partido Demócrata de Moldova (PDM), liderado por el oligarca Vlad Plahotniuc. Syrbu insultó y maldijo a Grigorchuk, quien respondió con una bofetada.  Inmediatamente, la policía se echó sobre él y le detuvo. Grigorchuk fue puesto en prisión preventiva durante 30 días y, según los informes, enfrenta hasta cinco años de prisión.
Además, según el abogado de Grigorchuk, el activista, que sufre de asma, está actualmente confinado en el sótano de la cárcel PU-13, Edificio 3 (SIZO), en graves condiciones de frío y humedad, que amenazan gravemente su salud. Este flagrante de represión política debe llegar a su fin.
El castigo prescrito por abofetear a alguien en público según la ley moldava es una multa de 200 lei,  aproximadamente 10 euros. Pero debido a que Grigorchuk es un oponente comprometido del régimen dominado por los oligarcas de Moldavia, está siendo objeto de evidente venganza política. En cooperación con los medios de comunicación, propiedad de Vlad Plahotniuc, el diputado Syrbu ha inventado una versión fantástica en la que, supuestamente, sufrió traumatismo craneal y una conmoción cerebral por la bofetada, teniendo que ser hospitalizado. Syrbu no ha permitido que ninguna de estas afirmaciones se verifique de forma independiente.
Grupo Petrenko
Esta no es la primera vez que las autoridades, bajo el control de de Plahotniuc, atacan a Grigorchuk. En 2014, ya fue arrestado en el llamado "Caso Antifa", donde él y otro activista fueron acusados ​​con pruebas falsas de intentar boicotear las elecciones del país. En septiembre de 2015, Grigorchuk y varios otros activistas fueron brutalmente golpeados y arrestados durante una protesta pacífica contra la oligarquía, encabezada por el ex parlamentario Grigory Petrenko, líder del partido de la oposición Our Home is Moldova (Bloque Rojo). 
El "Grupo Petrenko" fue encarcelado durante varios meses y solamente liberado después de una protesta internacional, aunque los acusados ​​aún enfrentan serias restricciones a su derecho a viajar y realizar actividades políticas. El acusado principal, Petrenko, se vio obligado a buscar asilo en Alemania. Su caso será pronto escuchado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Estas acciones contra Grigorchuk son, evidentemente,  la expresión de una persecución represiva por motivos políticos.
Por ello, demandamos:
  • Que Pavel Grigorchuk sea trasladado inmediatamente de PU-13, Edificio 3, y reciba la atención médica adecuada en un hospital;
  • Que Grigorchuk sea liberado de la detención preventiva;
  • Que se retiren todos los cargos contra Girgorchuk derivados del incidente del 21 de marzo
Firmantes (lista en formación):
Intelectuales y activistas políticos internacionales:
José María Sison, presidente de la Liga Internacional de Lucha de los Pueblos
Berta Joubert-Ceci, coordinadora Tribunal Internacional sobre Crímenes Coloniales de los Estados Unidos en Puerto Rico
Gloria Verdieu, Comité contra la brutalidad policial-San Diego y Coalición para liberar a Mumia y todos los presos políticos
Sergei Kirichuk, coordinador Borotba-Berlín
Alexey Albu, coordinador, Borotba-Donbass
Victor Shapinov, coordinador Borotba
Stanislav Retinsky, secretario del Comité Central, Partido Comunista de la República Popular de Donetsk
Greg Butterfield, periódico The Struggle-La Lucha (Estados Unidos)
Milos Raickovich, compositor y director de orquesta, profesor asistente adjunto, College of Staten Island, CUNY (EE. UU.)
Bistra Staykova (Bulgaria)
John Catalinotto, Nueva York (Estados Unidos)
Dr. Dimitrios S. Patelis, profesor asociado de filosofía, Universidad Técnica de Creta (Grecia)

Organizaciones:
Partido Comunista Unido de Rusia, Comité Central
Partido de la Unidad Socialista (Estados Unidos)
Comité de solidaridad con los presos (Estados Unidos)
Centro de Acción Internacional-Costa Oeste (EE. UU.)
Nuevo Partido Comunista de Gran Bretaña
Acción Revolucionaria Comunista (Grecia)
Workers International Vanguard League (Sudáfrica)
Asamblea del Poder Popular de Baltimore (EE. UU.)
Solidaridad con Novorossiya y Antifascistas en Ucrania (EE. UU.)
Centro Harriet Tubman para la Justicia Social-Los Ángeles (EE. UU.)

El comunicado ha sido publicado en The Struggle-La lucha, y los datos sobre los presos políticos del Grupo Petrenko de Red Star over Donbass.

jueves, 2 de mayo de 2019

Odessa !No olvidamos!

El 2 de mayo de 2014 grupos de fascistas organizados y protegidos por el gobierno ucraniano incendiaron la Casa de los Sindicatos de Odessa, asesinando a más de 50 militantes comunistas e hiriendo a otros 250 (según cifras oficiales).

La Unión Europea pidió una investigación de lo ocurrido, aunque mientras tanto seguía apoyando al gobierno fascista de Kiev y a los asesinos de Odessa, con su estrategia de fomento de las políticas de exterminio étnico contra los rusos de Ucrania, pero también contra otras minorías, de los gobiernos de Poroshenko. 

Sin embargo, cinco años después, Odessa sigue siendo una ciudad prorrusa, ante la desesperación de sus gobernadores, donde el pasado de gloria soviético no se olvida. Así que cada año, cientos de personas recuerdan a las víctimas del gobierno de Kiev y sus matones fascistas en la Casa de los Sindicatos, con la certeza de que los criminales acabarán pagando, más pronto que tarde, sus delitos.

En Ucrania se expresa, quziás mejor que en ningún otro lado, las consecuencias de las convulsiones económicas que está sufriendo la cadena capitalista (en una fase todavía más avanzada de su desarrollo como imperialismo), no necesitando ya la minoría dominante guardar las formas "democráticas", pasando a actuar con su verdadero rostro fascista sin miramientos. No se trata ya, entonces, de elegir entre fascistas liberales, como Le Pen, o liberales fascistas, como Macron, por poner el ejemplo francés: se trata de criminales (como no pueden ser de otra forma los representantes políticos de los grandes intereses del capital) totalmente desenmascarados que, en el contexto de crisis y de exacerbamiento de los conflictos interimperialista por el nuevo reparto de los recursos y el aumento de la tasa de beneficio, empiezan a mostrar con claridad el poco respeto que tienen por la vida humana y, mucho menos, por la de los trabajadores (a los que siempre consideraron en realidad esclavos, y cuya visión, insoportable para ellos, les recuerda que, quizás un día, si estos se organizan y deciden volver a tomar el poder, van a tener que ponerse a trabajar y a producir en lugar de seguir chupando del bote).

Desde aquí hacemos un llamamiento a recordar Odessa, además de a la organización necesaria de los trabajadores, para que ni la matanza de la ciudad ruso-ucraniana, ni ninguno de los innumerables crímenes cometidos por las ponzoñosas bestias de la oligarquía a lo largo de la historia, vuelvan a repetirse; hay que tener presente que para evitar que el capital siga tratando a los obreros como mercancía de usar y tirar la única solución es la organización y la conciencia de clase, el análisis marxista-leninista de la realidad y, por consiguiente, la lucha constante con objetivo de una victoriosa revolución pronta que arrebate el poder a la minoría parásita para ponerlo en manos de la mayoría trabajadora.

!Recordad Odessa! !No al fascismo! !No al capitalismo!

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