A finales del
pasado año 2017 el número de trabajadores asalariados en Rumanía era de 5.54 millones, incluyendo a
los que trabajan jornada completa y parcial. El 27% de ellos, es decir, 1,5
millones, ganaba a cambio de su trabajo menos de 225 euros al mes (unos 1040
lei netos, que es el salario mínimo oficial en Rumania).
Los datos anteriores se
traducen en que ese millón y medio de trabajadores sobrevive con menos de 10
euros al día (apenas un euro por hora trabajada). También significa que gran parte de los trabajadores rumanos reciben
por su trabajo el salario mínimo oficial o menos, aunque trabajen 8 horas al
día (estos últimos son, como se ve en la tabla adjunta, 1.005.000 de los 1.5 millones que forman el tramo más bajo de la estructura salarial).
Además de los
anteriores, también existen otros 2,46 millones de trabajadores con jornada
completa, y 76.000 con jornada parcial, que ganan entre 226 y 500 euros. Es decir, el
46% de los asalariados rumanos gana al mes entre 226 y 500 euros y, en
consecuencia, sumando los dos tramos anteriores, el 73% de los currantes rumanos percibe por crear riqueza a sus
patronos menos de 500 euros mensuales (menos de 3 € por hora de trabajo, si consideramos que se trabajan 40 horas semanales, 160 al mes). Es lo
que se podrían llamar, y así lo analiza el artículo de dónde se extraen estos datos, la “clase baja o pobre”, si no fuera porque los niveles
de pobreza de Rumania en comparación con el resto de Europa hacen que sea
difícil considerar a más del 5% de la población como no perteneciente a esta
clase de "los pobres", como se verá en el resto del estudio de la estructura salarial.
Un escalón por
encima de los dos inferiores encontramos a los que ingresas por su nómina entre 501 y 1.000 euros al
mes netos, en el que se ubican 1,18 millones de trabajadores a jornada completa
(el 24% del total de los que trabajan 8 horas al día) y 27.000 con programa parcial (el 5% del total con este tipo de
jornada). Por lo tanto, el 22% de los trabajadores son pagados por su trabajo
con entre 501-1000 euros netos.
Podría pensarse, tal y cómo analiza el artículo de analizeeconomice.ro, que este porcentaje representa
lo que se viene a llamar la “clase media” rumana, aunque si se tiene en cuenta
el “poder de consumo” de los rumanos y se hace una paridad con la media europea, se podría
considerar que para pertenecer a
esta un trabajador rumano habría de meterse en el bolsillo entre 1001 y 2000
euros al mes (y, a nuestro parecer, se quedan cortos con esta cifra, teniendo en cuenta que, tras la destrucción de más de la mitad de la producción de alimentos y otras necesidades básicas en Rumania desde el golpe de estado capitalista del 89 hace que el 75% de los productos básicos se importen y, por lo tanto, tengan un precio elevado).
La conclusión que podemos obtener de estos datos es que, aunque algunos trabajadores rumanos crean formar parte de la clase media o tener
un nivel de vida "europeo", como corresponde a la imagen que venden los medios de propaganda y la publicidad, por ganar entre 500 y 1000 euros al mes, la realidad es muy diferente. En realidad, se trata de lo que podríamos llamar “aristocracia obrera” rumana, a los que no le gusta autodenominarse
“trabajadores”, sino “empleados” y que suelen trabajar en multinacionales que,
aunque les explotan miserablemente, en comparación con lo que pagan en las
metrópolis, son vistas por estos generalmente jóvenes como una especie de
benefactores que les permiten no vivir en la pobreza absoluta, en realidad son
unos “pobretones” de la peor clase, es decir, de aquellos que se creen “clase
media” y, de paso, a pesar de su semiesclavitud, personas libres.
Por último, el
vértice de la pirámide lo ocupan 287.000 trabajadores con jornada completa, y
6.000 con jornada parcial, que ganan más
de 1000 euros mensuales, lo que significa el 5% del total (incluyendo ambos
subgrupos). De entre ellos, que incluso en las alturas hay clases y clases,
solo un 1% (44.000) recibe más de 2.500.
Serían lo que podríamos incluir en Rumania en el concepto de “clase rica”,
aunque siempre teniendo en cuenta la relatividad del concepto si comparamos a Rumania con su entorno europeo. En realidad se puede concluir que los empleados rumanos no se hacen ricos por su trabajo, ni siquiera los "privilegiados" que ocupan el 5% más alto de la pirámide salarial y que en estas cuatro décadas de tiranía del capital los empresarios se han puesto las botas con la riqueza creada por los trabajadores.
La distribución de los tramos salariales según los datos oficiales de finales de 2017 son los que aparecen resumidos en el siguiente gráfico, donde se ha intentado mantener las proporciones visuales para hacerse una idea de la desigualdad en la distribución y, a la vez, de los escasos salarios recibidos por la mayor parte de los trabajadores rumanos aunque el PIB no haya parado de crecer en los últimos años.
Finalmente, el
resultado de las cifras anteriores nos muestra el hecho de que tres cuartos de
los trabajadores rumanos reciban por su trabajo, indiferentemente de su tipo de
jornada, menos de 25 euros por día (apenas 3 euros por hora, como
mucho), lo que no da ni para un bocadillo en un país del oeste europeo; y todo esto
después de un supuesto crecimiento económico continuo desde 2011 a 2017 y un
aumento de la productividad de un 60% con respecto a la media de la U.E (es
decir, se ha producido un 60% más de riqueza con respecto a la
media europea). Es decir, lo anterior no significa otra cosa de que Rumania, y sobre
todo los trabajadores rumanos, tienen un gran problema con la distribución de la
riqueza; los empresarios, locales o extranjeros, estos últimos atraídos por la barato mano de obra y la facilidad con la que obtener fáciles beneficios debido a la ausencia casi total de conflictividad laboral, son los que se meten los enormes excedentes en el bolsillo, mientras dejan que los trabajadores sigan hundidos en la miseria y creyéndose, algunos de ellos, mientras que los capitalistas se parten de risa), "clase media".