viernes, 22 de noviembre de 2019

Memoria. Documental de RT contra el olvido interesado del protagonismo de la URSS en la victoria contra el fascismo en la Segunda Guerra Mundial

‘Remembrance’, ‘Memoria’ es un documental que pretende recordar al mundo el gran sacrificio que hicieron los trabajadores soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial para salvar al mundo de la bestía fascista,  y acusa a Europa de no tener en cuenta la importancia del legado soviético en la derrota de los nazis. Se trata, pues, de combatir la propaganda del capital que oculta interesadamente el triunfo de la clase obrera y campesina de la Unión Soviética y de toda Europa contra sus explotadores.

“La historia de cómo el Ejército Rojo salvó a Europa del nazismo se está borrando en los libros de historia occidentales y cada vez es más habitual retratar a los soldados rusos como opresores y ocupantes, en vez de mostrarlos como salvadores”.

Para respaldar la anterior se destaca el caso de Polonia, donde la Cámara Baja del Parlamento ha aprobado una ley para demoler las estatuas de la época soviética, lo que incluye los monumentos dedicados a los soldados del Ejército Rojo. La ley fue propuesta por el Instituto Polaco de Memoria Nacional y uno de sus profesores afirmó: “Puedo afirmar con seguridad que aquí el Ejército Rojo está considerado como un invasor que ocupó nuestras tierras”. En la misma línea, los guías polacos en el campo de concentración de Auschwitz no cuentan que los soldados rusos ayudaron a liberarlo, mientras manipulan la verdad afirmando que la Segunda Guerra Mundial no solo empezó por Hitler sino también por Iósif Stalin.

Aunque no todo el mundo en Polonia está contento con esta nueva ley. “El pueblo polaco obtuvo su independencia y libertad del fascismo alemán gracias a la ayuda del Ejército soviético. Nosotros, la generación posterior a la guerra, no habríamos nacido... si Hitler hubiera ganado a Stalin”, afirma en el documental Tadeusz Kowalczyk, coronel en la reserva polaco.
Imagini pentru ejercito rojo libera auschwitz
Soldados soviéticos en la liberación de Auschtwitz
“La gente olvida o no quiere recordar lo que Hitler tenía en mente para los eslavos. Se olvida sobre el Plan General del Este, según el cual solo iban a quedar tres millones de polacos vivos e iban a ser esclavizados por los nazis, mientras que los rusos iban a ser exterminados junto con los judíos”, explica Jerzy Tyc, director de la sociedad polaca KURSK, dedicada a la memoria histórica.

Peter Sixl, investigador de la sociedad Cruz Negra Austríaca, que se dedica a cuidar las tumbas de los soldados soviéticos, señala la dimensión humana de lo ocurrido hace 70 años. “Los soldados caídos, o aquellos que vivían en cautividad, también tenían madres y familias. No importa la nacionalidad o la religión, el sufrimiento de una madre siempre es igual”.

Estas cuestiones no se destacan en la mayoría de los libros de texto europeos. Del mismo modo que tampoco se suele mencionar el hecho de que en 1934 Polonia fuera el primer país europeo en firmar un pacto de no agresión con Hitler, el conocido como Pacto Pilsudski-Hitler.

Es más, también suele obviarse el hecho de que el Reino Unido y Francia firmaran el Acuerdo de Múnich con Hitler. Esta pacto permitió que Alemania, ayudada por Hungría y Polonia, se anexionara parte de Checoslovaquia en 1939, una agresión militar que puso en marcha la Segunda Guerra Mundial. 
Imagini pentru LA TOMA DE BERLIN
Tadeusz Kowalczyk afirma en el documental que “en 50 años los niños polacos pensarán que no fue el Ejército Rojo sino el estadounidense quien liberó Polonia”. Tal y como subrayan los autores, “pocos occidentales saben que, mientras las muertes de estadounidenses en Europa ascendieron a 300.000, la URSS sufrió unas 25 veces ese número. Es más, el Ejército Rojo acabó con cuatro veces más soldados alemanes que EE UU y sus aliados en el frente occidental”.

En el documental también se denuncia cómo han convertido la memoria de los campos de concentración y exterminio nazis y fascistas, aquellos que en realidad fueron sus cómplices del surgimiento y extensión de esta variante del capitalismo, en un parque de atracciones que solamente busca hacer negocio, hacer dinero, dejando en un lugar secundario su papel como recuerdo y aviso de las consecuencias de no luchar contra los privilegios y impunidad de la clase capitalista en su continuo esfuerzo de vivir y enriquecerse a costa de los trabajadores y de los recursos de otros pueblos.

En resumen, el objetivo del documental es combatir la falsificación de la historia que llevan a cabo los que, en definitiva, fueron y son los que recogieron el legado del fascismo tras el final de la guerra, pues, finalmente, este no fue más que un intento del gran capital de apretar las tuercas aún más a la clase trabajadora, aunque gracias a los soviéticos el tiro, nunca mejor dicho, les saliera por la culata en aquella ocasión.






Fuente: Espina Roja

lunes, 11 de noviembre de 2019

Bucarest desde el autobús (verano de 1977)

Las siguientes fotografías fueron tomadas a través del parabrisas de un autobús, en 1977, unos meses después del terremoto que sufrió la capital rumana aquel mes de marzo. En una de las fotografías se aprecia el hueco dejado por el bloque Danubio, en el centro de Bucarest, hundido totalmente en la catástrofe, o la fachada destruida del edificio Wilson.

Las fotografias son de Muzeul de Fotografie, y fueron publicadas inicialmente por Magyar Honvédelmi Szövetség – (organización comunista húngara que se ocupaba de organizar actividades deportivas y de recreo). Probablemente, se trata de una excursión organizada desde la Hungría socialista para visitar la capital del país vecino, y en ellas se puede apreciar la vitalidad de la sociedad socialista, en pleno crecimiento industrial y económico, totalmente recuperada de la catástrofe sufrida unos meses antes, que afectó a gran parte del centro de la ciudad.

La Casa Scantei, con la estatua de Lenin ante ella
El Teatro Nacional, a la derecha, y al fondo el Hotel Intercontinental. 
Plaza Sf. Gheorghe hacia Universitate. A la derecha, un anuncio publicitario: “Numerosas y variadas excursiones al extranjero” (¿No dice la propaganda anticomunista que no se podía viajar).
Piața Unirii, con las obras del metro de Bucarest, que sería inaugurado en 1979. 
Calea Victoriei, en el centro de la capital. Al fondo, el Hotel  Bulevard.
Bulevard. N. Bălcescu

viernes, 8 de noviembre de 2019

Nuevo gobierno en Rumania: comienzan las amenazas de recortes

Imagini pentru ludovic orban
El nuevo primer ministro
La derecha rumana se ha hecho con el gobierno después de atraerse el voto de algunos diputados socialdemócratas del partido del expremier Victor Ponta, que han roto la disciplina interna, a pesar de que el Partido Socialdemócrata, PSD, sigue teniendo la mayoría en el Parlamento.  Todo ha sucedido después de la enésima moción de censuara presentada contra el ejecutivo, hasta ahora dirigido por Viorica Dancila, la primera mujer en ocupar ese cargo en la historia de Rumania.

Nada más llegar y ocupar el puesto, el nuevo Primer Ministro, Ludovic Orban, curiosamente del mismo nombre el presidente húngaro, ha anunciado lo que espera a los ciudadanos de Rumania, especialmente a los trabajadores, repitiendo el mantra neoliberal de"no hay dinero para pensiones ni para sanidad", acusando, por supuesto, al viejo gobierno de la situación, a pesar de que se trate de una estrategia generalizada y dictada en todo el mundo occidental por el gran capital. En este caso, las grandes fortunas y corporaciones de Rumania están encantadas con el cambio de circunstancias en el país.

No obstante, ya explicó certeramente el premio Nobel portugués, José Saramago, que los políticos actuales, defensores con uñas y dientes de la democracia burguesa, no son más que "comisarios políticos de los intereses del gran capital" y, por ello, el nuevo gobierno, dirigido por el Partido Nacional Liberal, (que a pesar del nombre, forman parte del grupo conservador de la Unión Europea, no del liberal, aunque en realidad tanto dé uno que otro), se dispone raudo y decidido a aplicar sus órdenes.

El PSD, en teoría socialdemócrata, tampoco ha destacado por favorecer los intereses de los currantes frente a los que de ellos viven, pero al menos ha defendido una legislación laboral un poco más proteccionista de los derechos del trabajador, sin aceptar reformas laborales más liberalizadoras y, por otro lado, siguiendo una política de crecimiento del salario mínimo y de las pensiones, muy criticada por la derecha.

Paradójicamente, o no tanto, el PSD ha estado en el gobierno en los últimos años con el apoyo de los liberales de ALDE (que le han impuesto políticas tan reaccionarias y favorables a las grandes fortunas y empresas, como el impuesto único, impidiendo cualquier noción de renta progresiva).

Imagini pentru iohannis german
El valedor del nuevo gobierno conservador: el presidente
Klaus Iohannis
Todo ello, en el marco del enorme desastre que signficó para la clase obrerar rumana el golpe de estado de diciembre de 1989 y la aplicación de las terapias de choque neoliberales que llevaron a la destrucción de prácticamente la totalidad de la poderosa industria rumana de los años ochenta y de la mitad de los puestos de trabajo, lo que forzó a que más de tres millones de trabajadores se vieran forzados a huir del país por motivos económicos.

No obstante, el PSD (con sus diferentes fórmulas partidistas) ha ganado todas las elecciones legislativas en Rumania desde el golpe de estado de 1990, aunque no siempre hay podido formar gobierno debido a las alianzas postelectorales de la derecha, por lo que es probable que este nuevo gobierno solo dure hasta las próximas elecciones, que parece se celebrarán cuanto antes.

El próximo domingo se celebraran, por cierto, las elecciones presidenciales, en los que el presidente actual Klaus Iohannis, radical defensor del desmantelamiento de derechos sociales y de la flexibilización del mercado de trabajo, es el favorito en el primer turno, a pesar de las acusaciones que pesan sobre él de controlar la justicia y dirigir la supuesta lucha contra la corrupcción en base a sus intereses políticos (es decir, los de las grandes corporaciones económicas). Desde su llegada al a presidencia, ha dirigido una guerra continua contra el freno que, supuestamente, significa el Partido Socialdemócrata para continuar con el demantelamiento de derechos y de los servicios públicos (mediante el control de la justicia y de los medios de propaganda) y frente a sus, por otro lado, moderadas y, a todas luces, insuficientes, políticas sociales.

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