jueves, 17 de octubre de 2019

Capitalismo y desigualdad: conferencia de Pawel Bukowski sobre la desigualdad en el comunismo y en el capitalismo

El pasado 15 de octubre se celebró en el Instituto de Estudios de la Desigualdad, de la London School of Economics and Political Science (L.S), en Londres, una conferencia del investigador polaco Pawel Bukowski, sobre la evolución de la desigualdad en Polonia en el siglo XX.

Aunque las conclusiones son obvias, el capitalismo produce más desigualdad que el comunismo, la manipulación y la propaganda hacen que hoy vivamos en una época en la que bien podemos repetir las palabras del genial escritor comunista Bertolt Brecht: "Qué tiempos serán los que vivimos que hay que defender lo obvio".
La forma de U de la desigualdad en Polonia,
según Pawel Bukowski

En ella se analiza principalmente las diferencias en la evolución de la desigualdad entre el comunismo y el capitalismo, en el contexto de un crecimiento brutal que ha llevado a batir records en Polonia hoy día.  Una evolución que se repite prácticamente de la misma forma en todos los antiguos países socialistas.

Para abordar esta pregunta, se utilizan los datos de distribución a largo plazo del ingreso en Polonia combinando datos de impuestos, encuestas de consumo y datos macroeconómicos nacionales. Se documenta que, a pesar del carácter de institución capitalista del la L.S., una evolución en forma de U de la desigualdad desde finales del siglo XIX hasta el presente: 

En una primera fase, la desigualdad era alta antes de la Segunda Guerra Mundial;

Tras la llegada del Comunismo, en 1947 la desigualdad cayó abruptamente:

Finalmente, tras el retorno del capitalismo, la desigualdad experimentó un fuerte aumento, Así, entre 1989 y 2015 la participación en el ingreso total del 10% más rico llegó al 35% y la participación en el ingreso del 1% más rico, al 13%. El éxito de la transición polaca citado con frecuencia solo ha beneficiado, en una medida significativa, a los más ricos.

Imagini pentru polonia socialista
En resumen, la desigualdad fue alta en la primera mitad del siglo XX, debido a la fuerte concentración de ingresos de capital en la parte superior de la distribución. El gran descenso de la desigualdad en Polonia después de la Segunda Guerra Mundial se debió, en gran medida, a una combinación de caídas de de capital debido al conflicto bélico y de las políticas comunistas, por la eliminación de la propiedad privada y las medidas de reducción forzosa de la horquilla salarial. 

Tras la instauración del régimen capitalista en los años 90, la desigualdad volvió a crecer a gran velocidad, tanto por el aumento de los salarios, principalmente en los puestos más altos, como de los movimientos de capitales, debido a la privatización de los servicios estatales y a la liberalización del mercado laboral. Sin embargo, el fuerte crecimiento de la desigualdad después del 2000 fue impulsado únicamente por el aumento de la renta del capital, mientras que los salarios se estancaron o se redujeron, por la influencia de las nuevas políticas económicas de la globalización.

El estudio se produce en el contexto del creciente anticomunismo del gobierno y las instituciones polacas, que se puede explicar, precisamente, aunque el autor lo obvia, por la situación que se concluye en la investigación de la que tratamos: el aumento de la brecha entre la minoría de ricos y la mayoría de pobres hace que los medios de propaganda estén en manos exclusivas de los primeros y estos, para perpetuar el status quo de la desigualdad que les beneficia, lo usan para criminalizar y hacer olvidar el pasado.

martes, 15 de octubre de 2019

Friedrich Paulus, el mariscal derrotado en Stalingrado, acabó convencido de la superioridad del Socialismo

Friedrich Paulus (1890-1957), el general, nombrado a última hora por Hitler Mariscal, que comandara el ejército alemán en la batalla de Stalingrado, fue capturado el 31 de enero de 1943, culminándose la victoria del Ejército Rojo sobre las tropas alemanas y de sus aliados rumanos, checos y húngaros (y los españoles de la División Azul), lo que iniciaría el imparable avance soviético hacia Berlín. Al contrario de lo que mandaba la tradición, según la cual los Mariscales alemanes no se rendían jamás y, en caso de derrota, se suicidaban,  Paulus acabaría colaborando con las autoridades socialistas, viviendo en Moscú, y después en la República Democrática Alemana, y reconociendo la superioridad del Socialismo en todos los sentidos frente a la barbarie capitalista.

Paulus en los juicios de Nuremberg
En enero de 1943 la derrota del ejército nazi en la legendaria Batalla de Stalingrado era obvia y contundente. El histórico choque que cambió el curso de la Segunda Guerra Mundial había durado seis meses y medio (desde julio de 1942). La URSS perdió más de un millón de soldados, Alemania , unos 950.000. El 6.º Ejército bajo el mando del teniente general Friedrich Paulus termino siendo rodeado y a punto de la estocada final.

En estas condiciones, Adolf Hitler promovió a Paulus a uno de los rangos más altos en el Reich, Mariscal de campo. En su último radiograma, el Führer hizo una sugerencia bastante inequívoca: "ningún mariscal de campo alemán jamás ha sido capturado". Hitler esperaba que Paulus, si era definitivamente derrotado, se suicidara. Pero el Mariscal de campo eligió la vida y se rindió el 31 de enero de 1943.

Para Moscú la rendición de Paulus era importante no sólo en términos de prestigio. Después de la invasión de Alemania a la URSS, el gobierno soviético, junto con los comunistas alemanes, que habían emigrado a la URSS en la década de 1930, (después de que los nazis llegaran al poder), crearon una organización antifascista compuesta por prisioneros de guerra (como también hicieron con los rumanos y otras nacionalidades).

Después de la batalla de Stalingrado, que menoscabó gravemente la fe de los alemanes en alcanzar la 
Imagini pentru paulus en dresde
Paulus en una conferencia en Berlín
victoria, 91.000 soldados de la Wehrmacht fueron hechos prisioneros - una ocasión bastante prometedora para asentar esa organización. En julio de 1943, la URSS formó el Comité Nacional para una Alemania Libre, luego la Unión de Oficiales Alemanes bajo la supervisión del general capturado Walther Kurt von Seydlitz-Kurzbach. Pero para una exitosa propaganda anti-nazi, Kurzbach no era suficiente. El gobierno soviético necesitaba un alemán realmente famoso, alguien como Friedrich Paulus.

Cuando se enteró de la creación de la Unión anti-fascista de los soldados alemanes, Paulus en un primer momento "la condenó duramente y de forma escrita recomendó a todos los prisioneros de guerra alemanes que no se unieron a ella", según el historiador Mijaíl Búrtsev.

Sin embargo, pronto Paulus cambió su punto de vista. En su dacha de Dubrovo, cerca de Moscú, fue comprobando cómo funcionaba el Socialismo soviético, además de asistir al avance de la inevitable derrota del Reich ante el imparable avance del Ejército Rojo y el frente común de todos los trabajadores de Europa en diferentes formaciones de resistencia. 

Los Aliados se vieron forzados,  tras la victoria soviética en Stalingrado, a abrir el segundo frente que Stalin les había pedido insistentemente, sin éxito hasta entonces, para debilitar el avance alemán hacia el interior de Rusia. El objetivo de Estados Unidos y del capitalismo internacional era que los alemanes acabaran con el socialismo soviético, por lo que aplazaban la necesaria invasión de Europa hasta comprobar si Hitler era capaz de quitarles su principal problema de encima (que no era precisamente el fascismo, pariente cercano del capitalismo). Además, la noticia de la ejecución en Alemania del amigo del general Paulus, el Mariscal de Campo Erwin von Wirzleben, por su participación en la conspiración contra Hitler del 20 de julio de 1944, también influyó en su cambio de mentalidad.


El 8 de agosto de 1944, año y medio después de haber sido hecho prisionero, el mariscal de campo Paulus habló en Radio Alemania Libre y se dirigió a los soldados de la Wehrmacht: "Para Alemania la guerra se ha perdido, esta es la posición en la que el país se encuentra como resultado del liderazgo de Adolf Hitler, y Alemania debe renunciar a Hitler".

Este fue el primer discurso antihitleriano de Paulus, pero no el último. Se unió a las filas de la Unión de Oficiales Alemanes y realizó muchos llamamientos al pueblo alemán. Como cuenta el historiador Vladímir Markovkin, Paulus incluso pidió una audiencia personal con Stalin, pero éste se negó a concedérsela a un prisionero alemán.
Imagini pentru la espada de stalingrado

Uno de los discursos más antifascistas del Mariscal de campo fue su testimonio durante los juicios de Nuremberg del 11 al 12 de febrero de 1946. Como alguien que participó en el desarrollo de la Operación Barbarroja, fue un testigo importante en la acusación de los generales Wilhelm Keitel y Alfred Jodi (ambos fueron finalmente ejecutados).

Después de Nuremberg, Paulus regresó  a la URSS, donde vivía en una dacha cerca de Moscú. El trabajo con el gobierno soviético continuó. Paulus incluso trabajó como consultor en la película de Vladimir Petrov, La batalla de Stalingrado (1949). Finalmente, cuando dejó la URSS, no quiso regresar a la Alemania capitalista, que consideraba heredera de la que había dejado para dirigir las tropas alemanas de la Operación Barbarroja, sino que se instaló en Dresde, República Democrática Alemana, la Alemania antifascista, trabajando como jefe civil del Instituto de Investigación Histórica Militar de la RDA. Murió allí de una enfermedad en 1957.
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