El
miedo al comunismo es cada vez más evidente entre los parásitos y
criminales de guante blanco que viven a costa del pueblo rumano. Las
continuas encuestas que dan a conocer la opinión favorable
mayoritaria hacia el comunismo y el rechazo creciente hacia el
capitalismo criminal hacen que, a pesar de que de hecho en Rumania
los partidos comunistas ya estén prohibidos, porque cualquier
intento de presentarse a las elecciones "democráticas" ha sido rechazado una y otra vez por la justicia de la clase dominante, de
la minoria, los preocupados senadores hayan decidido plasmarlo en
forma de ley.
Así,
el Senado rumano ha enviado a la Cámara de Diputados una propuesta
legislativa para prohibir las organizaciones políticas comunistas,
tras su aprobación en la Cámara Alta el pasado 23 de marzo. Todo
ello después de que incluso la Comisión Jurídica del Parlamento
haya informado negativamente sobre el proyecto.
Esto es lo que entienden por "democracia" estos gorrones trajeados cuyo culo está unido a un todoterreno alemán, acostumbrados en los últimos treinta años a vivir sin dar palo al agua a costa del trabajo ajeno: hay que prohibir a los partidos potencialmente peligrosos para sus privilegios, aunque esto esté en contra de la ley (ley que, por otra parte, hacen los provilegiados).
„El fin de esta prohibición es la prevención de la restauración en Rumanía del régimen totalitario comunista que ha funcionado en nuestro país entre 1945 y 1989, siendo este el más criminal régimen político de la Europa Postbélica, con un número de víctimas según datos oficiales entre 500.000 y 2.000.000, cifra record si se relaciona con la población de Rumanía. Rumanía es, también, el único país en el que ha habido víctimas durante la derrota del comunismo: más de 1000 muertos y de 3.300 heridos", dice el texto explicativo de esta ley".
Los chupasangres del pueblo rumano se sienten tan faraónicamente aposentados sobre la espalda de los trabajadores que ya no les basta con exagerar con las víctimas del "comehombres" Stalin, multiplicando a las víctimas de forma omnipotente como si se tratara del milagro de los panes y los peces (que tampoco sucedió), sino que llevados por el ultranacionalismo fascista, tan propio de la cara sincera de la Hécate capitalista (la cara democrática no cuela por mucho que la maquillen) consideran que si hay que inventar algo contra el comunismo patrio tiene que estar por encima del resto. Así que, si el sistema que reparte la riqueza y busca la liberación de toda explotación es malo (un delincuente no puede más que pensar que así es), en Rumania fue, sin duda, peor.
Según la propuesta legislativa, la creación de una organización política comunista se castiga con cárcel de 5 a 10 años, y la adhesión a tal organización política se pagará con la pena de entre 3 y 6 años. Igualmente, cualquier apoyo a una semejante organización se castigará con entre 2 y 4 años.
En la exposición de motivos, se dice, además, en un ejercicio de esquizofrenia delirante propia de los grandes criminales psicópatas que intentan esconder sus delitos del tamaño del ladrillo señalando la mota del otro, pero describiéndola como del tamaño de una montaña, que el comunismo rumano fue "antidemocrático", "criminal", "totalitario", "dictatorial" y "terrorista" ¿No nos suena de algo? ¿No está describiendo en realidad a la dictadura capitalista, un régimen de gobierno en el que las decisiones las toman los oligarcas que controlan las corporaciones multinacionales, la vigilancia y el control a la ciudadania está llegando a niveles asfixiantes y los ejércitos bombardean, saquean y cambian gobiernos mediante el terror (eso sí, con la bendición de dios y de la ONU)? ¿No nos recuerda a la tiranía que sufren los rumanos en la que unos pocos se han apropiado de la riqueza nacional mientras el 90 % sobrevive en la cuerda floja de la miseria o ha tenido que abandonar el país para poder trabajar?
Esto es lo que entienden por "democracia" estos gorrones trajeados cuyo culo está unido a un todoterreno alemán, acostumbrados en los últimos treinta años a vivir sin dar palo al agua a costa del trabajo ajeno: hay que prohibir a los partidos potencialmente peligrosos para sus privilegios, aunque esto esté en contra de la ley (ley que, por otra parte, hacen los provilegiados).
„El fin de esta prohibición es la prevención de la restauración en Rumanía del régimen totalitario comunista que ha funcionado en nuestro país entre 1945 y 1989, siendo este el más criminal régimen político de la Europa Postbélica, con un número de víctimas según datos oficiales entre 500.000 y 2.000.000, cifra record si se relaciona con la población de Rumanía. Rumanía es, también, el único país en el que ha habido víctimas durante la derrota del comunismo: más de 1000 muertos y de 3.300 heridos", dice el texto explicativo de esta ley".
Los chupasangres del pueblo rumano se sienten tan faraónicamente aposentados sobre la espalda de los trabajadores que ya no les basta con exagerar con las víctimas del "comehombres" Stalin, multiplicando a las víctimas de forma omnipotente como si se tratara del milagro de los panes y los peces (que tampoco sucedió), sino que llevados por el ultranacionalismo fascista, tan propio de la cara sincera de la Hécate capitalista (la cara democrática no cuela por mucho que la maquillen) consideran que si hay que inventar algo contra el comunismo patrio tiene que estar por encima del resto. Así que, si el sistema que reparte la riqueza y busca la liberación de toda explotación es malo (un delincuente no puede más que pensar que así es), en Rumania fue, sin duda, peor.
Según la propuesta legislativa, la creación de una organización política comunista se castiga con cárcel de 5 a 10 años, y la adhesión a tal organización política se pagará con la pena de entre 3 y 6 años. Igualmente, cualquier apoyo a una semejante organización se castigará con entre 2 y 4 años.
En la exposición de motivos, se dice, además, en un ejercicio de esquizofrenia delirante propia de los grandes criminales psicópatas que intentan esconder sus delitos del tamaño del ladrillo señalando la mota del otro, pero describiéndola como del tamaño de una montaña, que el comunismo rumano fue "antidemocrático", "criminal", "totalitario", "dictatorial" y "terrorista" ¿No nos suena de algo? ¿No está describiendo en realidad a la dictadura capitalista, un régimen de gobierno en el que las decisiones las toman los oligarcas que controlan las corporaciones multinacionales, la vigilancia y el control a la ciudadania está llegando a niveles asfixiantes y los ejércitos bombardean, saquean y cambian gobiernos mediante el terror (eso sí, con la bendición de dios y de la ONU)? ¿No nos recuerda a la tiranía que sufren los rumanos en la que unos pocos se han apropiado de la riqueza nacional mientras el 90 % sobrevive en la cuerda floja de la miseria o ha tenido que abandonar el país para poder trabajar?
La
peligrosa neurosis que sufren los que, con toda seguridad, saben en
cuantos crimenes se sustentan sus privilegios y lo mucho que dependen del
sometimiento ideológico de los trabajadores para seguir tocándose
las bolas y continuar aumentando su botín, se subraya aún más si
tenemos en cuenta que en Rumania no existen partidos comunistas
reseñables, aunque la población vea cada día con más claridad que
la única forma de acercarse a la verdadera democracia y a la
igualdad económica necesaria para ella es el comunismo.
Según parece, la Comisión Jurídica ha aconsejado echar atrás el proyecto porque en la Constitución Rumana capitalista, la impuesta mediante la violencia tras el golpe de estado de la Navidad de 1989, ya existe, de fapto, una prohibición a los partidos y organizaciones comunistas, siendo considerados como inconstitucionales los partidos que militen contra el pluralismo político (el mismo que los senadores defienden prohibiendo partidos políticos), los principios del estado de derecho o la soberanía del país, estando estas disposiciones desarrolladas en la Ley de Seguridad Nacional y el en Código Penal.
Segun el articulo 1-3 de la Constitucion, Rumania es un estado de derecho democrático y social en el cual la dignidad del hombre y las libertades y derechos de los ciudadanos, el libre desarrollo de la personalidad humana, la justicia y el pluralismo político representan valores supremos, y el espiritu de tradicion democrática del pueblo rumano y los ideales de la Revolucion de Diciembre de 1989 estan garantizados. Igualmente, segun el articulo 8 (pluralismo y partidos politicos), "el pluralismo en la sociedad rumana es una condición y una garantia de la democracia constitucional; los partidos politicos se constituyen y desarrollan su actividad en las condiciones que marca la ley. Estos contribuiran a la definicion y la expresion de la voluntad politica de los ciudadanos, respetando la soberania nacional, la integridad territorial, el orden del derecho y los principios democráticos (...)"
Según parece, la Comisión Jurídica ha aconsejado echar atrás el proyecto porque en la Constitución Rumana capitalista, la impuesta mediante la violencia tras el golpe de estado de la Navidad de 1989, ya existe, de fapto, una prohibición a los partidos y organizaciones comunistas, siendo considerados como inconstitucionales los partidos que militen contra el pluralismo político (el mismo que los senadores defienden prohibiendo partidos políticos), los principios del estado de derecho o la soberanía del país, estando estas disposiciones desarrolladas en la Ley de Seguridad Nacional y el en Código Penal.
Segun el articulo 1-3 de la Constitucion, Rumania es un estado de derecho democrático y social en el cual la dignidad del hombre y las libertades y derechos de los ciudadanos, el libre desarrollo de la personalidad humana, la justicia y el pluralismo político representan valores supremos, y el espiritu de tradicion democrática del pueblo rumano y los ideales de la Revolucion de Diciembre de 1989 estan garantizados. Igualmente, segun el articulo 8 (pluralismo y partidos politicos), "el pluralismo en la sociedad rumana es una condición y una garantia de la democracia constitucional; los partidos politicos se constituyen y desarrollan su actividad en las condiciones que marca la ley. Estos contribuiran a la definicion y la expresion de la voluntad politica de los ciudadanos, respetando la soberania nacional, la integridad territorial, el orden del derecho y los principios democráticos (...)"
Por otro lado, "conforme
a lo que prevee el art.3 de la Ley 51/1991 de Seguridad Nacional,
"constituye una amenaza a la seguridad nacional de Rumania ...
iniciacion, organizacion, ejecucion o apoyo en cualquier modo a
acciones totalitarias o extremistas de origen comunista, fascista,
legionaria o de cualquier otra naturaleza racista, antisemita,
revisionista, separatista que ponga en peligro la unidad e integridad
territorial de Rumania como la incitacion a hechos que pongan en
peligro el orden del estado de derecho" (...)
Es
evidente la pretensión de la legislación elaborada en 1991 es la de
garantizar el nuevo orden económico y político basado en la
preminencia del gran empresario frente al trabajador, mas
concretamente, del capital frente al hombre, de evitar por todos los
medios lo que ahora los senadores pretenden evitar con castigos y
sanciones: que los trabajadores luchen de forma organizada por sus
derechos y por el control de lo que su trabajo produce y, por lo
tanto, por un sistema realmente democrático en el que una minoria no
pueda vivir con privilegios crecientes a costa de la explotación y
la miseria de la mayoría.
Que hayan pasado los años y que cada vez más jóvenes rumanos escapen de la manipulación propagandística a la que han sometido a la sociedad los medios de comunicación, en manos precisamente de los principales mafiosos que se beneficiaron del golpe de estado en los años 90, hace que senadores, diputados y grandes empresarios tengan pesadillas nocturnas y sufran escalofrios continuos imaginando la mera posibilidad de tener que trabajar honradamente para poder vivir igual al resto de los hombres.
Que hayan pasado los años y que cada vez más jóvenes rumanos escapen de la manipulación propagandística a la que han sometido a la sociedad los medios de comunicación, en manos precisamente de los principales mafiosos que se beneficiaron del golpe de estado en los años 90, hace que senadores, diputados y grandes empresarios tengan pesadillas nocturnas y sufran escalofrios continuos imaginando la mera posibilidad de tener que trabajar honradamente para poder vivir igual al resto de los hombres.
Por
ello pretenden modificar las ya de por sí antidemocráticas
disposiciones de la Constitución y otras leyes rumanas, intentando
asustar a los cada vez más convencidos trabajadores
rumanos de que la famosa "Revolución" no fue más que un
golpe contra su clase, una herramienta para que los fascistas que
dominaron Rumania hasta la SGM volvieran a recuperar las riquezas que
les fueron expropiadas por la clase obrera tras la verdadera
Revolución Popular de 1944, que dio lugar a la proclamacion de la
Rumanía Popular Rumana.
Unos
fascistas que, por otro lado, no hay que olvidarlo, también formaban
parte, lamentablemente, del Partido Comunista Rumano cuando este
estaba en el poder, en especial tras el abandono de la lucha de
clases y la instauración de una sociedad interclasista desde los
años 60 y que, sin embargo, estaban entonces encorsetados en las
leyes socialistas sin poder atesorar privilegios sin límite, como
sucede hoy. Por ello, aquella misma élite "comunista" (aunque no tenían costumbre, por supuesto, de leer ni a Marx ni a Lenin) fue la que
organizó y ejecutó el golpe criminal contra su propio pueblo.
En
definitiva, los mismos senadores que hoy proponen la ley para
prohibir que los trabajadores se organicen en pos de su emancipación y
liberación de la manada de depredadores que les someten y parasitan, eran, en el colmo de la psicosis perturbada propia de un
régimen realmente criminal, (el que más víctimas ha creado en
Rumania y en el mundo en la historia, el capitalismo), miembros
del partido que hoy pretenden prohibir, al igual que lo eran la mayoría de grande empresarios,
políticos y, en general, millonarios que viven hoy con fastos,
excesos, derroches, desprecios y descaros, a costa y en base al
sufrimiento de su pueblo, y que hoy tiemblan y se lo hacen encima con la sola mención de la palabra comunismo y la simple posibilidad de que en el futuro nadie pueda vivir de exprimir el trabajo de otros ni de saquear los recursos de otros pueblos.