miércoles, 30 de diciembre de 2020

Constantin Ion Parhon, primer Jefe de Estado de la República Popular Rumana

Constantin Ion Parhon (nacido el 28 de octubre de 1874 en Câmpulung Muscel,  y fallecido el 9 de agosto de 1969 en Bucarest), fue, ademas de un prestigioso endocrinólogo rumano y neuropsiquiatra, uno de los iniciadores del movimiento de los trabajadores en Rumania y del Partido Comunista. Fue miembro de la Academia Rumana desde mayo de 1939 y defendio los ideales socialistas desde su juventud, perteneciendo al Partido Comunista Rumano desde su fundacion.

Tras la abdicación del rey Mihai I y la proclamación de la República el 30 de diciembre de 1947, fue elegido presidente del Presidium provisional de la Republica Popular de Rumania y, tras la adopción de la Constitución Popular el 13 de abril de 1948, fue confirmado en la función de Presidente del Presidium de la Gran Asamblea Nacional, es decir, fue el primer Jefe de estado de la República Popular Rumana.

Constantin Ion Parhon era hijo de un maestro emigrante de Transilvania, que se instalo en Bucarest. Constantin nació en una ciudad de la provincia de Arges, Campulung, y estudió medicina en la capital, aprobando su tesis sobre la hemiplegia en 1900. Su brillante carrera médica le creó una gran reputacion como endocrinólogo y como neuropsiquiatra, llegando a ser director de la Escuela de neuropsiquiatria de Iasi.

En 1930 es transferido a Bucarest como titular de la catedra de Endocrinologia de la Facultad de Medicina, posición que ocupará hasta 1940. Desde 1949 es Director del Instituto de Endocrinología y, paralelamente, director del Instituto de Geriatría, ocupando ambas funciones hasta 1957. 

Su exito profesional lo obtuvo a pesar de su militancia comunista clandestina, en la que fue activista desde su juventud (hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, los comunistas y anarquistas fueron perseguidos violentamente por los gobiernos y fuerzas del orden de los diferentes gobiernos rumanos).

Otros éxitos científicos y médicos de Parhon fueron, por ejemplo, su nombramiento como miembro titular de la Academia Romana el 22 de mayo de 1939, como miembro titular de la Academia de Medicina de Bucarest, de la Sociedad de Biologia, Psicologia, Psiquiatria y Endocrinologia. Además fue miembro igualmente de las Academias de Ciencias de la URSS, de la de la Republica Popular de Bulgaria, de la de la Republica Popular de Hungria y de la de la RDA, de las sociedades de endocrinologia de Paris, Moscú y Praga, y de la Sociedad Estonia de Neurologia, como también de otras muchas sociedades científicas parisinas (neurología, psiquiatría, psicología y de la sociedad de médicos hospitalarios).

Es fundador de la Revista de la Sociedad Rumana de Endocrinologia, "Acta Endocrinologica", en 1938, y fue miembro en el Consejo de redaccion de la revista "Hoja Neurobiologica" de la "Revista Francesa de Endocrinologia"

Recordemos que la endocrinología rumana era prestigiosa desde principios del siglo XX, y que el descubridor de la insulina fue un rumano (Nicolae Paulescu, aunque el premio Nobel se lo otorgaran finalmente a los canadienses Fr. Grant Banting y C.H.Herbert Best en 1923).

Constantin Ion Parhon estuvo atraído por las ideas socialistas ya desde su juventud, como él mismo reconoció, bebiendo de las obras de Carl Marx. El 1 de mayo de 1917 funda junto a Nicolae Lupu y Grigore Iunian, el Partido de los Trabajadores, en Iasi. El 25 de diciembre de 1918 esta formación se fusiona con el Partido Campesino (Partido Taranesc). En 1921 se fundo el Partido Comunista Rumano, y junto algunos colegas, se une al nuevo partido, representante del marxismo lenilismo en Rumania.

Su brillante actividad cientifica provocó que no pudiera destacarse como miembro activo del partido, aunque nunca dejo de estar afiliado y de colaborar en la clandestinidad. En la primavera de 1944, es el primero de los que firman un manifiesto de protesta de los intelectuales pidiendo la salida de Rumania de la coalicion fascista con Hilter, sostenida por el Mariscal Antonescu con la complicidad del rey Mihai.

Tras el golpe de timón del propio rey, el 23 de agosto de 1944, sostenido por el Partido Comunista, en el que el ejercito rumano deja de apoyar a las tropas nazis y se pone a las órdenes del Ejército Rojo (ya a las puertas de la frontera rumana), serÁ nombrado presidente del ARLUS (Asociacion Rumana para las Relaciones con la Union Sovietica) e igualmente, sera elegido diputado por Maramures en las elecciones del 19 de noviembre de 1946, una vez terminada la guerra. Desde este año y hasta 1961 será miembro diputado de la Gran Asamblea Nacional.

Desde el 6 marzo de 1945, el rey Mihai formó un nuevo gobierno con una alianza de partidos democraticos (Bloque de Partidos democraticos, entre los que se encontraban el Partido Comunista Rumano -entonces Partido de los Trabajadores-, Partido Social Democrata, Frente Campesino y Union Popular Magiar, y una parte del Partido Campesino -PNT-).

El nuevo primer ministro sera el comunista transilvano Petru Groza (del Frente Campesino, que después se uniría al Partido de los Trabadores Rumanos, como se llamaba entonces el PCR). En las elecciones del 19 de noviembre de 1946, la alianza gana de nuevo con contundencia las primeras elecciones verdaderemente democraticas de las historia rumana, y Petre Groza volverá a ser encargado de formar gobierno por el rey.

El 30 de diciembre de 1947, el rey Mihai I es invitado a abdicar y es proclamada la República Popular Rumana. La jefatura del estado sera ocupada en funciones por un Presidium provisional, en el que es elegido como presidente el endocrinologo comunista Constantin Ion Parhon, que se convierte asi en el primer presidente de la Republica Rumana. Le acompañarán 4 vicepresidentes: el escritor de fama internacional Mihail Sadoveanu, junto a Ştefan Voitec, Gheorghe Stere y Ion Niculi (30 de diciembre de 1947 - 13 de abril de 1948)

El 24 de febrero de 1948 fue disuelta la Asamblea de Diputados, poniéndose fin al gobierno de Petru Groza, convocándose nuevas elecciones para el siguiente 28 de marzo, con la intencion de formar la Gran Asamblea Nacional, foro unicameral de la nueva República Popular Rumana. El 6 de abril fue convocada por vez primera la Gran Asamblea Nacional, y el 13 de abril se promulgaría la Constitucion de la Republica Popular Rumana, siendo los trabajos previos supervisados por el secretario general del Partido de los Trabajadores Rumanos (PMR, nombre entonces del PCR), Gheorghe Gheoghiu-Dej. y por el presidente del Presidium provisional, Constantin Ion Parhon.

En la función de Presidente del Presidium de la Gran Asamblea, es decir, jefe de estado, va a ser confirmado Parhon, que ocupara la mas alta diginidad y responsabilidad del estado hasta el 12 de junio de 1952, cuando será sustituido por Petru Groza, que ostentaría la jefatura del estado hasta su muerte, en 1958.  

El Presidium de la Republica Popular Rumana (Parhon el segundo
 por la derecha)
Normalmente la historia tiende a olvidar estos primeros momentos de la República Popular Rumana, y salta directamente desde el dictador Antonescu hasta Gheorghiu-Dej. Este ejercería como Presidente del Consejo de Ministros hasta 1955, siendo sustituido por Chivu Stoica ese año para concentrarse únicamente en el cargo de Primer Secretario del Partido (entonces, como se ha dicho, Partido de los Trabajadores). Dej ocuparia la jefatura del Estado a partir de 1961, cuando el cargo pasó a ser denominado Presidente del Consejo de Estado, hasta su muerte en 1965.

Regresando a Ion Parhon, tras abandonar la jefatura del estado, continuó siendo diputado hasta 1961, en paralelo a su actividad médica y científica.

Constantin Ion Parhon murió el 9 de agosto de 1969, cuando tenia 95 años, siendo enterrado en el monumento Mausoleo dedicado a los líderes comunistas del Parque de la Libertad de Bucarest , hoy Parque Carol (tras el golpe de estado de 1989 sus restos fueron exhumados y trasladados a un cementerio de Bucarest).

Se trata de un hombre brillante en todos los ámbitos, tanto en su carrera médica como en la política, sin perder nunca su discreción y su subordinación a los intereses del Partido Comunista y de los trabajadores rumanos. Formó parte de la historia de los luchadores rumanos contra la injusticia social y la sociedad fasciocapitalista, tanto en los tiempos en los que el combate era clandestino, como cuando, tras el triunfo del Socialismo en Rumania, el país se abriría a una era de crecimiento y bienestar económico y social para los rumanos.

Finalmente, Parhon encarna como nadie el apoyo de los intelectuales rumanos al Socialismo, a pesar de la propaganda capitalista que intenta manipular la historia fomentando la idea de que el comunismo no tenia apoyo en Rumania y que fue impuesto por la Union Sovietica tras la Segunda Guerra Mundial. Al contrario, gran parte de la intelectualidad se puso del lado de los trabajadores, y no solo tras la derrota nazi y de sus aliados, sino tambien durante el periodo de la clandestinidad, a la lucha por los derechos sociales frente a la oligarquia y a la causa de los emancipación de la clase obrera de la epxlotación capitalista..

viernes, 18 de diciembre de 2020

Primera aparición de la bandera roja de la clase trabajadora en las calles de Bucarest: abril de 1885

Desde hacia unos años la influencia del socialismo científico había empezado a llegar a Rumania, en especial desde Rusia y Francia. Los estudiantes rumanos que volvian de Paris o los exiliados rusos extendieron la semilla del socialismo marxista por todo el país, trayendo con ellos las obras de Marx, Engels, en especial en las dos grandes ciudades rumanas: Iasi y Bucarest.

Miembros del Círculo Socialista de Bucarest, 1892
En el marco de este desarrollo creciente del socialismo en Rumania (ya el socialismo utópico tuvo su principal representante en Theodor Diamant, constructor del primer Falansterio en toda Europa siguiendo las ideas de Fourier, en 1835), las ideas de Marx y Engels empiezan a extenderse por el país, alimentadas por el espíritu revolucionario prendido por la Revolución de 1848, liderada por Nicolae Balcescu y Constantin A. Rosetti, Pronto, las ideas de Marx y de Engels empezaran a viajar por todo el país, de la mano de insignes teóricos del socialismo rumano como Dobrogeanu-Gherea, el Dr. Russel, Constantin Mille, Vasile Mortun (que luego sería el primer diputado socialista de la historia de Rumania, en 1888), Ioan Nadejde, Zanfir Arbore, C.C. Balcabasa, Theodor Sperantia o tantos otros, semilla que daría lugar al surgimiento de los primeros diarios socialistas, los primeros sindicatos y las primeras asociaciones cuya base sería la extensión y fomento de esta ideología entre la incipiente clase obrera rumana.

Así, en diciembre de 1884 se crea en Bucarest el primer "círculo socialista" (ya antes habían surgido otros en Iasi), situado en la sala Franzelaru, situada en Calea Rahovei, esquina Sfintii Apostol, con el nombre de "Drepturile Omului" (Derechos del Hombre), siendo sus miembros fundadores algunos de los citados anteriormente, como  C.Mille, C.C. Bacalbasa o Ioan Nadejde, además de otros socialistas que llevaban ya unos años extendiendo el marxismo científico por Rumania, especialmente en las dos principales capitales, Iasi y Bucarest.

Diario "Los derechos humanos", periodico de Círculo Socialista de
Bucarest
Pronto decidieron, tras el éxito obtenido, asistiendo a la sala intelectuales y trabajadores de la capital, crear un diario popular, demócrata y socialista, al que llamarían del mismo modo que al círculo.

En abril de 1885, apenas cinco meses despues de su nacimiento, y con motivo del fallecimiento de C.A.Rosetti, dirigente de la Revolución de 1848 en Rumania, el Círculo Socialista y todos sus miembros, junto a los articulistas del diario "Derechos del hombre", participa en el cortejo funerario con la bandera roja del socialismo enarbolada, en manos de C.C. Balcabasa.

A petición de la familia del fallecido, son los miembros del Círculo Socialista, primero de la historia de la capital rumana, los que llevaran en sus hombros al líder revolucionario hasta su tumba, acompañados de cientos de intelectuales y una multitud de trabajadores.

Se trata, pués, de la primera vez que la bandera roja de la clase obrera es utilizada en un acto público en Rumania.


Los datos del artículo están extraídos de: Petrescu, Titel C-tin.: Socialismo en Rumania (1835 - 6 de septiembre de 1940), București, 1940

jueves, 17 de diciembre de 2020

Alboradas rumanas, Rafael Alberti

Rafael Alberti, el universal poeta comunista español, visitó Rumanía y el resto de los paises socialistas en diferentes viajes a lo largo de su vida, tanto durante la Segunda Republica Española y la Guerra Civil, representante del colectivo de escritores antifascistas, como durante su exilio durante el franquismo.

Alberti y Maria Teresa Léon en uno de sus viajes por la Europa
Socialista
En concreto, a Bucarest llegó acompañado por  su esposa, Maria Teresa León, en 1956, con motivo del Encuentro de Escritores Antifascistas celebrado en la capital rumana, al que también asistieron  otros grandes escritores en lengua castellana comprometidos con la clase trabajadora y el socialismo, como Pablo Neruda, Miguel Angel  Asturias o Nicolás Guillén,

Entonces entraría en contacto con la literatura de los brillantes escritores socialistas rumanos, como Tudor Arghezi o Mihai Beniuc, entre otros, y empezaría a traducir la obra del conocido como poeta nacional rumano, Mihai Eminescu, en colaboración con  María Teresa León.
donde

En 1961, como regalo a su amigo Pablo Picasso, también comprometido intelectual comunista, publicará "La primavera de los pueblos", una colección de poemas dedicados a los países socialistas del este europeo, entre ellos Rumanía.

En su poema "Alboradas rumanas", canta al pueblo socialista rumano, a su sufrimiento y a su triunfo final sobre los que le hicieron sufrir un largo sometimiento, a su fortalecimiento y sus tractores, a la edificación de su propio futuro.

Con el poema, Alberti celebra el florecimiento del pueblo rumano, en lucha por su emancipación y por su desarrollo soberano a través del Socialismo, lo que fue, y esa es la idea central de su obra, una verdadera y bella primavera rumana...

En 1961 nadie podía imaginar que décadas después, tras el golpe de estado de 1989, aquellas flores se secarían de nuevo para volver a dejar paso al desierto, y que tras la primavera, que parecía iba a ser eterna (y a cuyo final contribuyó especialmente el abandono progresivo de los principios marxista-leninistas por sus dirigentes), volvería a imponérsele al pueblo rumano un cruel, y parece que muy largo, gélido invierno.


ALBORADAS RUMANAS

I
Pueblo: Has llorado, has sufrido,
mordido el polvo y mordido
a los que te han dominado.

Hoy subes fortificado.

Tus flautas, ayer heridas,
hoy ya no lloran perdidas
por los prados.

Canta de nuevo el amor.
Y en tus campos el tractor
deja en sombra a los arados.

Hoy subes fortificado.

Todo de luz se engalana.
La primavera rumana
ha llegado.


II

Llegaron los labradores
!Qué jubilo de colores!
!Qué albas camisas de flores!

Me cantaron

En la tierra amanecía.
En paz el trigo subía.
Era la mar quien crecía.

Me cantaron.

Yo no reía, lloraba.
El campor era quien cantaba.
El mundo quien despertaba.

Me cantaron.

!Ay, qué soles me trajeron!
!Ay, qué estrellas me dejaron
cuando se fueron!

III

Aunque la bruma hoy te ponga
un fanal de espesa plata
y yo no pueda mirarte,
campo de Rumanía,
oigo en medio de la bruma
las flautas de tu alborada.

Oigo tus carros de avena,
tus ovejas y tus vacas;
de tus frutales, el grito
redondo de tus manzanas.
Oigo tus bosques, escucho
los secretos de sus ramas,
el son de tus leñadores
y sus hachas,
la voz del petróleo, el sueño
de su vida subterránea.

Oigo la voz de tu tierra,
camino de tus montañas.

IV

En la montaña el sol ardía.
Libre, la nieve descendía.
El petróleo al cielo subía.

Las ciudades encaramadas
eran banderas derramadas.
!Todo era albor, todo alboradas!

V

No era el infierno, no era
ya el fuego que consumía
antes la sangre del hombre.

Es el fuego que a la patria
va a darle nuevas raices.
El fuego
que labra las nuevas formas
de las máquinas
que han de partir las entrañas
de tu tierra
y te harán más grande un día
y te harán más rica un día,
rica y plena.

Más grande, más rica y plena.


El texto es de: Rafael Alberti - "Signos del día, La primavera de los pueblos" Editorial Seix Barral, S.A. Primera edición: 1978

domingo, 13 de diciembre de 2020

Ion Frimu y la huelga del 13 de diciembre de 1918 que pudo dar comienzo a la Revolución en Rumania

El 13 de diciembre de 1918 el ejército rumano, obedeciendo las órdenes del rey Ferdinand I de Rumania y su gobierno, disparó contra la multitud de huelguistas que exigían una jornada de trabajo de ocho horas, el aumento de los miserables salarios y el fin de la opresión contra los camaradas judíos. Fueron asesinados decenas de obreros. I.C. Frimu, el líder de los trabajadores tipógrafos, detenido y encerrado en las mazmorras del régimen, torturado y, finalmente, asesinado en prisión. Detrás de la salvaje represión estaban los ecos que llegaban desde Rusia, el triunfo revolucionario tras el cual los trabajadores habían tomado el poder en sus manos y demostrado la prescindibilidad de la burguesía, que se estaban extendiendo por toda Europa y, por supuesto, por Rumania (y la historia ha demostrado reiteradamente que un burgués asustado siempre acaba mostrando su naturaleza, de clase, fascista).
I.C. Frimu, líder socialista asesinado
en la manifestación

Ion Costache Frimu nació en octubre de 1871 e Bârzești. De profesión carpintero, el 31 de marzo de 1893, con solo 22 años, fundó, en Bucarest, el Partido Social Demócrata de los Trabajadores de Rumanía (PSDMR), principal partido de vanguardia de la clase trabajadora rumana hasta el nacimiento del Partido Comunista en 1921.

En diciembre de 1896 crea, junto con otros líderes, la Unión de Sindicatos y Gremios, acontecimiento esencial en la historia del movimiento obrero rumano, pues centraliza la fuerza y la organizaci'on proletaria. I.C. Frimu fue elegido en 1898 presidente de esta unión sindical. 

Colaboró en la creación y dirección de importantes revistas obreras, como "România muncitoare” (Rumanía de los Trabajadores), y de la Unión Socialista de Rumanía (en 1907). En marzo de 1905 pone las bases del Sindicato de Carpintería de Bucarest, siendo elegido como su presidente.

El 31 de enero de 1910 se refunda el Partido Social Democrata de Rumania (PSDR), del que Frimu sería el principal líder, junto a otros importantes comunistas rumanos como Mihail Gheorghiu-Bujor, Cristian Racovski, Dimitrie Marinescu y Constantin Vasilescu. En 1911, Frimu se reunió con Lenin en Rusia, y durante la Primera Guerra Mundial fue el delegado de la III Conferencia Internacionalista contra la Guerra, celebrada en septiembre de 1917 en Estocolmo.
Tras el final de la Guerra, la enorme pobreza y las dramáticas condiciones de los trabajadores rumanos hacen que la influencia de la Revolución de Octubre se extienda por Rumanía. Un artículo publicado por el comunista Cristian Racovski en „România Muncitoare” condena el imperialismo rumano, afirmando que „la conquista de Basarabia y de Transilvania debe ser vengada por nosotros" (las dos regiones habían sido anexionadas a Rumanía como consecuencia del apoyo rumano a las potencias occidentales, Basarabia o República Moldova, invadida por las tropas rumanas aprovechando la Guerra Civil Rusa, tras la Revolución, y Transilvania desgajada del Imperio Austrohúngaro). Tras las declaraciones, se desencadenaron muchas manifestaciones proletarias por todo el país, en las cuales, además de las reivindicaciones salariales y las exigencias de mejora de las condiciones de trabajo, se pedían cambios políticos, como el final de la monarquía y acabar con las políticas de la clase burguesa-latifundista
El 13 de diciembre de 1918, tuvo lugar en Bucarest una de las mayores manifestaciones proletarias en la historia de Rumanía, organizada por los líderes socialistas del país, como Cristian Racovski, los tipógrafos Iancu Luchwig y Sami Steinberg, el zapatero Marcus Iancu, el corrector Marcel Blumenfeld, y otros como Ilie Moscovici, Gheorghe Cristescu (primer lider del Partido Comunista Rumano tras su creacion en 1921) y, por supuesto, I.C. Frimu.  
Mitín en el entierro de Ion C. Frimu
Aquel día, los trabajadores de las tipografías de la capital abandonaron su puesto de trabajo, dirigiéndose hacia el Ministerio de Industria y Comercio, acompañando a la delegación que debía presentar sus reclamaciones. Con los tipógrafos se solidarizaron los trabajadores de fábricas y talleres de la ciudad. Los manifestantes gritaban en su protesta lemas como "!Abajo el ejército!", "!Contra la explotación, por la emancipación!", "!Fuera el Rey!", o "!Viva la República!".

El reciente triunfo de la Revolución Soviética en la vecina Rusia había provocado que la clase dominante comenzará a temblar de miedo por si la situación se repetía en Rumanía. No hay que olvidar que la Revolución había prendido también entre parte de las tropas rumanas, como señalaba el periódico austriaco Deutsche Volksblatt, cuando describía el ambiente de descontento existente entre las tropas tras el final de la guerra:

"Los ejércitos rumano y checo se caracterizan por la ausencia de disciplina, las ideas bolcheviques se están extendiendo, el ejemplo más evidente es que el movimiento de campesinos y trabajadores de Basarabia se ha vuelto contra el gobierno rumano" (citado por Alan Woods).

También se había creado un soviet en Sulina, en la desembocadura del Danubio, tras la sublevación de la marinería rumana.

Así que, en el momento en el que las columnas de trabajadores llegaron a la Plaza del Teatro Nacional de Bucarest, fueron detenidas por el IX Regimiento de Cazadores de Monte, por fuerzas policiales y la Gendarmeria. Sin esperar demasiado, y tras recibir las órdenes del temeroso gobierno, que intuia que el triunfo de la protesta podria extenderse por el pais y provocar una revolución, como había sucedido en la vecina Hungria, en la llamada Revolución de los Consejos, los represores abrieron fuego contra los obreros desarmados.

Más de 100 trabajadores fueron asesinados, y los heridos multiplicaban esta cifra. La matanza perpetrada por los criminales del gobierno rumano, miembros de la sanguinaria burguesia, hizo que importantes personajes de la vida cultural condenaran con crudeza a los criminales que ordenaron la matanza: Ion Slavici, Nicolae Tonitza, N.D. Cocea o Gala Galaction, entre otros.

Fueron arrestados cientos de manifestantes, miembros de los sindicatos y del Partido Socialista, siendo la mayoría torturados e incluso mutilados en los calabozos de la policia o en los cuarteles del ejercito. Uno de ellos fue Ion C. Frimu.

El político Ion Gh. Duca, miembro del gobierno, reconoció que la policía "arrestó a todos los líderes del movimiento y los maltrató tan crudamente que uno de los socialistas, Frimu, murió pocos dias después como consecuencia de las heridas".
Grabado de Nicolae Tonitza sobre la matanza del 
13 de diciembre de 1918

El Ministro de Interior, George G. Mârzescu, justificó la orden de disparar a matar afirmando que los huelguistas eran "agentes bolcheviques". Las acusaciones contra los detenidos fueron, principalmente, de un delito "contra la seguridad del estado", "complot contra el estado", "llamada a la rebelión" y "ofensas a S.M. el rey".

Maiorul V. D. Chiru, comisario real, subrayó en su informe sobre la huelga del 13 de diciembre que pretendía "desencadenar una revolución bolchevique en Rumania, siendo la protesta de los tipógrafos solo la excusa de los comunistas". Un manifiesto "descubierto" en el Club Socialista demostraba y describía, según las autoridades, el plan revolucionario:

"!La Revolución ya no puede ser detenida. Bata el sonido de una sirena, un grito !A las armas! Y cientos de miles de trabajadores van a tomar las calles, harán de las carrozas y los tranvías barricadas, se harán dueños de los cañones y las metralletas, de las pistolas y de las granadas, ocuparán los ministerios, las comisarias, las oficinas postales, los telégrafos, las estaciones, los cuarteles y, finalmente, conquistaran el poder del estado!"

I. C. Frimu, apaleado y torturado con especial dureza, por su prestigio e influencia sobre la clase obrera rumana fallecería en la cárcel de Vacaresti el 6 de febrero de 1919, por las consecuencias de las heridas provocadas por la represión y la tortura policial. Miles de trabajadores acudieron a su entierro, pidiendo en un grito unánime el castigo a sus asesinos.

Frimu ha pasado a la historia, especialmente tras el triunfo de la clase obrera rumana en la Segunda Guerra Mundial y la proclamación popular de la República Popular en 1948, como el líder que organizaría a los trabajadores rumanos y los dirigiría en la huelga que hizo temblar a la tiránica oligarquía rumana, que se lo hizo encima pensando que iba a estallar una Revolución en Rumanía que pondría fin a sus privilegios y devolvería a sus productores la riqueza que les había robado durante siglos.

Tras la proclamación por los trabajadores rumanos de la República Popular Rumana, en 1948, hasta el final de la República Socialista de Rumania, con el golpe de estado de diciembre de 1989 que restauraría la barbarie capitalista y los gobiernos reaccionarios de la oligarquía parásita, Ion Frimu fue considerado un héroe de la clase trabajadora, y su tumba conservada, desde su construcción en 1963,  en el Monumento de los héroes de la lucha por la libertad del pueblo y por la patria Socialista, ubicado en el Parque Carol (antes del golpe de diciembre 1989, Parque de la Libertad) de la capital. 

lunes, 9 de noviembre de 2020

Anatolie Cudinoff, ilustrador del socialismo rumano

Anatolie Cudinoff nació en 1910, en Chisinau, República de Moldavia, por aquel entonces parte Imperio

 ruso zarista desde hacía casi un siglo. Tras la Revolución de Octubre, y la intervención de 14 portencias fascistas contra el nuevo poder soviético, Rumania invadío la antigua república socialista y la incluyó en lo que se conoce como la Gran Rumania.  

Cudinoff, como muchos otros artistas e intelectuales, se mudó a Bucarest para hacer mas conocida su obra en Europa. Tras la Segunda Guerra Mundial, continuó en este país, siendo de entonces sus principales ilustraciones de estilo socialista, es decir, en las que el trabajador aparece como protagonista.

Hemos seleccionado algunas de sus obras más representativas hasta su muerte en Bucarest en 1978. Muchas de ellas quieren representar, dentro del estilo del Realismo Socialista, el cambio de una Rumania casi medieval a una industrial de mano del poder de los trabajadores; otro de sus temas favoritos es el Delta del Danubio, que es el paisaje de muchas de sus obras en las que ilustra el trabajo de sus habitantes y su lucha contra el fascismo y la dictadura burguesa.

Soldador del astillero de Galati, en el Danubio

Partisanos comunistas en Sulina, en el Danubio (detalle)

La nueva industria rumana

Obras públicas en Bucarest
Construcción de la presa de Bicaz, en Bistrita 


Paisaje del Delta del Danubio, 1958
Pescadores del Delta del Danubio

La piedad 
Amanecer en Arges, Rumania

Lonja de pescado en Sulina, Delta del Danubio

Construcción en Calea Victoria, Bucarest



Autorretrato


Rumania se industrializa
Partisanos comunistas del Danubio

 

domingo, 27 de septiembre de 2020

Las sucias manos del capitalista (ilustración rumana de los años 50)



En la leyenda de la caricatura publicada en los años 50 en el diario del entonces llamado Partido de los Trabajadores Rumanos (P.M.R.),  después Partido de Comunista de Rumania (P.CR.), el „Diario Scânteia“,  decía así: „Munca chiaburească: Am muncit toată viaţa cu mâinile astea“ ("el trabajo de los burgueses: trabajamos toda la vida con estas manos").

En cada dedo de la mano de la realista representación de un miembro de la burguesa parásita, aparece escrita una de las características en que se basa ese "trabajo sucio" a través del que se enriquecen los capitalistas.

De izquierda a derecha son las siguientes: ROBO, SOBREPRECIO, EXPLOTACIÓN, EVASIÓN FISCAL, MENTIRA, USURA, ESPECULACIÓN, FALSOS RUMORES, SABOTAJE, SAQUEO.

Como vemos las principales armas usadas por los mafiosos capitalistas para vivir a costa de la riqueza creada por los trabajadores han cambiado poco a lo largo de la historia.

El ilustrador del diario comunista, del que ignoramos el nombre, pues la ilustración no está firmada, representa muy acertadamente, con las sucias manos del capitalista, la forma de ganar dinero de los miembros de la burguesía, manos con las que está dispuesto a cometer cualquier crimen que sea necesario para defender sus privilegios y continuar viviendo sobre la espalda y el trabajo de los trabajadores y de los pueblos.

sábado, 26 de septiembre de 2020

El 76% de los trabajadores rumanos sobrevive con apenas 500 euros netos al mes, y el 30% con menos de 300.

Poco más de cuatro millones y medio de rumanos constan como asalariados según los datos de la Inspección de Trabajo de Rumania, usando datos anteriores a la pandemia, resultando un poco más de la mitad de los que había en el momento del golpe de estado de diciembre de 1989 contra los trabajadores rumanos. Un 29 % de ellos sobrevive con el salario mínimo de economía (1346 lei mensuales netos, apenas 270 euro). Mientras tanto, un pequeño porcentaje ganan sueldos colosales.

Treinta años de destrucción de derechos y riqueza ha provocado también que la distribución de los salarios actual en Rumania esté muy lejos de la distribución equitativa de ingresos de la epoca socialista, donde el jefe de estado en Rumania, por ejemplo, no podía meterse en el bolsillo más de ocho veces el sueldo más bajo. Por ejemplo, Ceausescu ganaba 15.000 lei de la época, unos 800 euros al cambio de entonces, siendo este el salario más alto del pais. En aquellos años, hay que recordar que no existía apenas diferencia entre neto y bruto, porque los trabajadores no pagaban impuestos por su salario, y tampoco eran habituales los impuestos indirectos.

El sueldo mínimo en 1986 era de 1500 lei (al cambio actual, 100 euros), aunque hay que recordar que los rumanos, como la mayoría de los trabajadores de una democracia socialista, disponían de sanidad, educación, vacaciones o servicios culturales o cívicos gratuitos o con costes simbólicos. Actualmente, la mayoría de los empleados rumanos (el 76%) no llegan apenas a los 500 euros mensuales netos, mientras la minoría afortunada se acerca o supera los 50.000. Y, más importante, con esos 500 euros tienen que pagarse la vivienda, la comida, la educación, el ocio, las vaciones y las actividades culturales (es decir, lo que durante el Socialismo eran derechos básicos y en gran parte garantizados y ofrecidos por el estado).

Es decir, en la actualidad la tiranía del capital hace que, mientras la mayoria de los obreros vive en condiciones dificiles de imaginar, en una situación en la que gran parte de los productos de primera necesidad son importados por la destrucción intencionada de la producción nacional durante estas tres últimas décadas, algunos pocos disfrutan de privilegios económicos desorbitados.
Los datos de la Inspección de Trabajo muestran que a principios de este año 2020 más de 800.000 rumanos se veían obligados por el capitalismo a sobrevivir con apenas el salario mínimo profesional (en Rumania actualmente alrededor de 1300 lei netos, es decir poco más de 270 euros netos). Además, y como se puede verificar el el gráfico adjunto, el porcentaje más alto de los trabajadores rumanos, es decir, aproximadamente el 47% (algo más de dos millones de asalariados), reciben por su trabajo mensual entre 1.346 y 2.632 lei netos (entre 275 y 537 euros netos).

Es decir, más de la mitad de los rumanos reciben por su trabajo por cuenta ajena menos de 500 euros netos al mes (la mediana se encuentra, por supuesto, hacia abajo de la horquilla, no hacia arriba). De la mitad restante (la privilegiada), un 16% gana entre 2633 y 5.850 lei netos (entre 538 y 1 1.193 €), apenas un 3% se meten en el bolsillo entre 5.851 y 17.000 netos (1.194-3.581 € netos), mientras que solo un 0,13% supera esta cantidad y llega hasta los 117.000 lei netos (unos 25.877 € mensuales netos).

En resumen, y hablando en euros, el 76% de los rumanos gana por su trabajo para el empresario menos de 537 euros netos al mes, mientras un 0,13% recibe entre 3.500 y 25 euros. Es decir, la proporción equitativa de la Rumania Socialista de 1 a 8 ha sido transformada por el capital en una diferencia entre asalariados de 1 a 90, sin contar, por supuesto, los beneficios, por supuesto mucho más altos e inmerecidos, de los grandes capitalistas.





martes, 22 de septiembre de 2020

Revista Digital Nueva Revolución: Entrevista a J.L.Forneo, administrador de Un vallekano en Rumania

El camarada Oriol Sabata ha entrevistado al administrador de este blog para la revista digital Nueva Revolución. En ella repasamos un poco la historia de la Rumania socialista y, sobre todo, la situación de la clase trabajadora rumana desde el golpe de estado de diciembre de 1989.

Podéis leerla entrando en el link de la revista Nueva Revolución, así podréis ojear un poco  también otros artículos y publicaciones muy interesantes, o directamente a continuación, en esta entrada:


******

Entrevista a J.L Forneo: «En Rumanía hay nostalgia por el socialismo porque se sufre la terapia de choque neoliberal.»


José Luís, en una entrevista afirmas que actualmente en Rumanía existe una brutal y continua propaganda desde los medios de comunicación para criminalizar la etapa comunista. Esta ofensiva mediática, a pesar de ser global, se recrudece de manera especial en aquellos países ex-socialistas que habían formado parte del Bloque del Este. ¿A qué crees que es debido?

La razón principal es que todavía existe una gran base de nostalgia de la época socialista, algo lógico porque se está viviendo en carne propia la terapia de choque neoliberal impuesta desde el golpe de Estado de diciembre de 1989, lo que ha provocado un desastre económico para la clase trabajadora que, a grandes rasgos, se puede resumir en algunos datos como por ejemplo que de casi 9 millones de puestos de trabajo existentes en 1990 quince años después quedaban apenas cinco, o que Rumanía sea el país con mayor porcentaje de población huida del país por motivos económicos (un 20% de los rumanos se han visto obligados a emigrar desde 1990) , o que el 73% de los rumanos ganen menos de 500 euros brutos al mes, con los que tienen que sobrevivir con las condiciones de una escasa producción local y gran importación de productos manufacturados de las potencias de la Unión Europea (es decir, con precios bastante altos).

En definitiva, con estas condiciones, es lógico que sea necesaria una propaganda anticomunista brutal para evitar que las masas que apenas pueden llegar a final de mes no echen la vista atrás. Por otro lado, es esencial el papel de la socialdemocracia, el PSD (Partidul Social Democrat) rumano, que ha sido hasta ahora el partido más votado en cada una de las elecciones parlamentarias. Su papel es esencial como amortiguador del descontento, ofreciendo migajas de reforma social para los más desfavorecidos, pero frenando al mismo tiempo cualquier cambio real. De hecho, la propaganda mediática suele identificar a este partido con el Partido Comunista Rumano, como si se tratara de su heredero, con el fin de que todo el descontento actual con el régimen capitalista sea amortiguado por este partido.

Durante el período comunista, Rumanía experimentó un notable desarrollo económico y social. ¿Cuáles fueron las medidas que se tomaron que hicieron posible este progreso?

Es una pregunta complicada y muy amplia. Podría decirte que se cumplieron los cuatro puntos definitorios de la política social y económica de un sistema comunista, como describe L. Degtiar en La estructura de la sociedad socialista: mejorar las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores, hacer cada vez más plena los principios de justicia social, fomentar la paz entre las naciones y terminar con el imperialismo y fortalecer la amistad entre los diferentes pueblos del país (la tabla adjunta es del citado libro y muestra el crecimiento de la renta nacional de los paises socialistas en contraste con los capitalistas entre 1961-1985)

El primer punto se cumplió con creces, puesto que de un país casi feudal, la Rumanía de 1940, en el que las condiciones de los campesinos eran medievales, la industria era muy pequeña y en manos de potencias extranjeras, y apenas existía la posibilidad de sanidad o educación para los rumanos, se alcanzó en poco tiempo el pleno empleo, se desarrolló la producción nacional, convirtiéndose Rumanía en los años 80 en un país prácticamente autosuficiente, potencia exportadora de productos industriales, y con la posibilidad de cada rumano de acceder, gratis o a un precio irrisible, a la educación superior, a la sanidad de calidad, al ocio y a la cultura. Igualmente, se dice que la Casa del Pueblo, la obra dejada inacabada en 1990 y hoy sede del Senado y del Parlamento rumanos, entre otras instituciones, además de ser el edificio más visitado de Rumanía, fue construido con herramientas y materiales exclusivamente rumanos.

Rumanía se convirtió, además, como parte de su política exterior, en líder del movimiento de los países en desarrollo, como ejemplo de solidaridad entre las naciones, y aplicó políticas para acabar con las desigualdades económicas y sociales entre los pueblos y etnias locales. Por ejemplo, la República Popular Rumana fue una de las pioneras, como en realidad todos los países socialistas, en intentar resolver de una vez por todas la discriminación a los gitanos, algo que después de 1990 se ha convertido de nuevo en un problema creciente de segregación y exclusión, con la complacencia de las autoridades públicas. Por último, la República Popular Rumana se esforzó en otorgar autonomía regional a las diferentes etnias o naciones, como es el caso de la Región Autónoma Húngara, en Transilvania, de nuevo un conflicto permanente y creciente desde la reinstauración del capitalismo. 

En definitiva, toda la política del Partido Comunista Rumano, del sistema político de Rumanía, se dedicó a acabar con toda explotación y a seguir las consignas de “cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo”. Los trabajadores no solo eran considerados fuerza productiva, como en los regímenes capitalistas, sino que se tenía como objetivo el reparto de la riqueza. Lógicamente, no fue un camino fácil y tampoco se consiguió al 100%. Lo cierto es que en las tablas del crecimiento industrial y de la renta nacional de los años 60 a 90 se puede comprobar como la riqueza en los países socialistas se incrementó a un ritmo más acelerado que en los capitalistas, aunque lógicamente no había grandes fortunas porque el beneficio tenía un carácter social y se repartía entre los que eran productores y, finalmente, destinatarios de la producción, y además tras el golpe de 1989 la pobreza se incrementó gravemente, como se ve en los datos del mismísimo Banco Mundial, para nada sospechoso de apetencias socialistas.

Es cierto que al final la advertencia de Stalin sobre el pernicioso distanciamiento entre el pueblo y el partido, con su famosa referencia a Anteo, acabó creando una brecha que provocó que las embestidas del capitalismo en los años ochenta acabaran derrumbando todo el edificio socialista. Un edificio que, treinta años después, sigue siendo un objetivo lejano tras la aplicación de las terapias de choque neoliberales en todo el mundo socialista. Algo que también pasó en Rumanía, cuando el golpe de Estado de 1989 fue ejecutado desde la élite política, con la ayuda exterior, y sin que los trabajadores tuvieran apenas capacidad de resistir el ataque.

¿Cuál es el balance que haces tras más de tres décadas de restauración capitalista en Rumanía? ¿Qué impacto ha tenido la vuelta del liberalismo en los derechos y las condiciones de vida de la clase trabajadora del país?

Aunque la propaganda repita una y otra vez que los rumanos viven mejor, lo que se puede aplicar ciertamente a una minoría, en realidad hoy los rumanos disfrutan de menos derechos básicos que en la época socialista. En especial, aunque tengan el tan mediatizado derecho a viajar fuera del país (como turistas pero, sobre todo, como mano de obra barata), el acceso a la vivienda, antes garantizado, hoy es cada vez más difícil para los jóvenes, suponiendo en general la compra o el alquiler de un apartamento gran parte de sus bajos salarios. En la época socialista la cultura y el deporte, por ejemplo, estaban presentes, como derecho, en todas las etapas de la vida de una persona, favoreciendo las instituciones su acceso y disfrute.

Por supuesto, la clase trabajadora rumana también sufre las mismas consecuencias que el resto de los trabajadores del mundo desde la caída de la Unión Soviética: el proceso de recortes continuo de los derechos conquistados, salariales, laborales o relativos a la salud o a la educación. Por supuesto, hoy día la jornada de ocho horas es un mito para la mayoría de los rumanos, y las horas extras, no pagadas, son el pan nuestro de cada día. El desempleo, que antes de 1990 era tema de conversación entre los rumanos para intentar entender qué era tal cosa extraña, debido a que en Rumanía no existía, hoy está presente en la vida cotidiana de la sociedad y ha obligado a millones de rumanos a huir del país por motivos económicos (por supuesto, la propaganda dice que ha sido una elección libre).

En 2007 Rumanía entró en la Unión Europea. A menudo desde los círculos políticos y mediáticos capitalistas se lanza la idea de que la UE es sinónimo de modernidad, democracia y libertad. Sin embargo, el ingreso de Rumanía estaba condicionado a la imposición de un conjunto de reformas de carácter neoliberal. ¿Cómo ha afectado esto a la clase trabajadora?

Todos sabemos cuales son los principios fundamentales de la Unión Europea, que no es más que una unión al servicio del mercado y, por lo tanto, de la explotación de sus trabajadores. La modernidad consiste en poder comprar, si tienes dinero suficiente, productos variados y que, en gran parte de los casos, no sirve para nada útil. La democracia se reduce a votar cada cierto tiempo y, por supuesto, sin que se ponga en riesgo al sacrosanto mercado. Y la libertad es la de hacer lo que te venga en gana siempre que no pongas en peligro el sistema. La propaganda repite una y otra vez que los rumanos eran vigilados por la policía durante la época comunista, pero obvia apenas decir que hoy el espionaje telefónico y mediante las redes sociales a los ciudadanos es continuo y masivo. Recientemente la Unión Europea tuvo un rifirrafe por este motivo con Facebook o lo tuvo con la CIA, pero no porque esté empeñada en dejar de espiar a los ciudadanos, sino porque le molesta que sean otros los que lo hacen (más o menos lo que sucede también con las acusaciones hacia Huawei). Una noticia del año pasado, sobre la que la propaganda corrió un tupido velo, fue que millones de rumanos eran victimas de escuchas telefónicas por el propio servicio secreto (actual) rumano, el SRI espió en 10 años a más de seis millones de rumanos mediante escuchas telefónicas, noticia ofrecida por el propio gobierno. Por supuesto, en este caso, la noticia fue empujada hacia el olvido y jamás se harán películas al respecto.

De hecho, la integración en la UE sirvió, principalmente, para que Rumanía perdiera totalmente su soberanía, pues las políticas aplicadas y aprobadas por los órganos “representativos” del pueblo rumano se ajustan, a pies juntillas, con los dictados de Bruselas, y en el caso de que en algún caso, por error o intencionalmente, se alejen unos milímetros de la línea marcada, la UE da un golpe sobre la mesa. Todo esto no hace más que perjudicar a los rumanos, pues todos los tímidos intentos de mejorar las políticas sociales, en vez de continuar con los recortes obligados, son cortados radicalmente por Europa, con la inestimable ayuda de los medios de propaganda rumanos (periódicos y televisiones).

La principal ventaja obtenida por los rumanos por la integración fue su facilidad para viajar y, por lo tanto, también para que se intengren como mano de obra barata en el mercado europeo, quedando el mercado interno rumano para que las multinacionales extranjeras puedan ahorrar costes trasladándose aquí desde su país de origen (muchos call-center, talleres textiles especializados en pequeñas partes de productos alemanes o españoles – Inditex tiene cierta presencia también aquí -, o fabricación de piezas de los vehículos de las grandes automovilísticas de Europa). Por ejemplo, Rumanía es, según datos de Eurostat, el país de la UE con mayor porcentaje de trabajadores pobres (un 15,3%), el 57% de los jubilados rumanos sobrevivía, según los datos de 2019, con menos de 220 euros mensuales y, en general, se puede decir que la realidad es que, tras 13 años de integración en la UE, los rumanos viven hoy peor. Las estadísticas muestran que Rumanía ha entrado en una etapa de subdesarrollo estructural después de la adhesión (aunque lo cierto es que en los 10 años previos, tras el golpe de Estado de 1989, ya se había destruido la industria nacional y la mitad de los puestos de trabajo para allanar el camino). Si se quiere leer más sobre los datos, se puede consultar mi blog, Un vallekano en Rumanía.

En tu último artículo denuncias que tras tres décadas de capitalismo Rumanía se ha convertido en el paraíso europeo del tráfico de mujeres. ¿Era esta la libertad que tanto pregonaba el capital?

La libertad ahora es la de venderse al mejor postor. Siendo el país más pobre de Europa (salarios, pensiones, trabajo), es normal que la gente solo pueda pensar en sobrevivir y, la minoría privilegiada o los que tienen una posición intermedia, se dediquen prácticamente a seguir ganando más dinero sin ningún escrúpulo. La ideología impuesta es la de la ley del más fuerte. Por eso no hay apenas movilización social, entre otras cosas por la falta de sindicatos de clase, que se han destruido literalmente desde el golpe de Estado, existiendo hoy día tan solo algún que otro sindicato gremial. Es habitual, por cierto, que en las empresas se diga a los empleados directamente que no se permite sindicarse, sin que nadie se esfuerce en hacer nada para denunciarlo y, por supuesto, con el conocimiento y complicidad de las autoridades.

Todo lo anterior también sucede por la ideología individualista que poco a poco, por el bombardeo mediático específico, pero también por la publicidad o las películas, se introduce en la mentalidad de los atomizados rumanos. De hecho, las únicas movilizaciones han sido contra las políticas de izquierda, contra los pocos intentos del PSD de frenar un poco el ataque contra el pueblo (es decir, las típicas migajas socialdemócratas), en manifestaciones voceadas sin ningún tapujo desde las portadas de los diarios y con la participación de directores de grandes corporaciones.

Así que libertad se identifica, con desvergüenza, con el hecho de poder comprar un Ferrari o viajar a otro país aunque sea a trabajar como mano de obra barata para empresas locales. Todo lo que sea participación política colectiva, organización sindical o protesta social se criminaliza. De hecho, las cosas van mucho más allá, puesto que después de 30 años de propaganda anti-socialista, se ha provocado una atomización brutal que hace que cualquier idea de solidaridad o colaboración parezca un pecado. Entre otras cosas, las cooperativas, tan habituales durante la época socialista, hoy día no existen prácticamente en el país.

En cuanto a la información que se cita en la pregunta, la explotación de mujeres en Rumanía, después de tres décadas de destrucción de las conquistas del socialismo en el país, basta con compartir los demoledores datos de que hoy día Rumanía ocupa el puesto 11 en el mundo en términos de prostitución de mujeres: 80 por cada 10.000 habitantes, es decir, alrededor de 158.000, siendo el primer suministrador de prostitución en la UE y, en casos específicos, siendo el 35% de las prostitutas que ejercen en Alemania procedentes de Rumanía (el 22% en Italia y entre el 35-50% en España). En resumen, tres décadas de capitalismo han convertido a Rumanía en el paraíso europeo del tráfico de mujeres.

En 2014, un estudio del Instituto Rumano de Evaluación y Estrategia (IRES) arrojaba que un 69 por ciento de los rumanos considera que se vivía mejor con el comunismo. ¿Existe nostalgia por el período comunista?

Hay mas encuestas y más recientes. En diciembre del año pasado, 2019, una encuesta del Centro Urbano y Regional de Sociología (CURS, en rumano)confirmaba que un 80% de los rumanos cree que la ejecución de Ceausescu fue un crimen y que el 60% de los jóvenes piensa que con comunismo se viviría mejor. El 30 de mayo de 2019 otro estudio en este caso del INSCOP Research, por encargo de la Academia Rumana, concluyó que dos tercios de los rumanos, el 61%, consideraban que el comunismo fue más positivo que negativo para Rumanía. Otra de 2016 que preguntaba qué opinaban los rumanos sobre el Partido Comunista Rumano en comparación con los partidos del régimen capitalista volvió a dar un resultado a favor del socialismo, respondiendo  un 52% que preferían sin duda al Partido Comunista, y solo un 18% contestó lo contrario.

Hay una anécdota que te cuentan los taxistas a la primera de cambio, cuando se habla del tema, que, en resumen, se puede traducir algo así como que “si miras alrededor durante el trayecto no verás más que cosas construidas por Ceausescu”. Y es que durante estos 30 años la actividad principal ha sido destruir toda la riqueza y todos los derechos conquistados por los rumanos en los años de socialismo. En los últimos 30 años pocas cosas en servicio del pueblo se han construido en Rumanía y eso, incluso los más anticomunistas, acaban reconociéndolo en muchas discusiones.

No solo se echa de menos al socialismo por motivos ideológicos, por supuesto, sino principalmente por causas prácticas. Después de 30 años de recortes y destrucción, la gente recuerda con nostalgia una época en la que el trabajo era seguro, no había apenas pobreza, se tenía acceso a la salud, a la educación o a la sanidad sin ningún problema ni gasto, y existía una sensación de estabilidad y bienestar que, si bien muchos no podían apreciar del todo entonces, después del desastre sufrido por el país durante tres décadas no pueden más que echar de menos.

No obstante, todo el mundo, cuando le cuentas esto, termina preguntándose sobre las razones de que no voten a un partido comunista en las elecciones. Es cierto, pero ya sabemos como funciona y se sostiene el capital: solo se vota a lo que se conoce, y las opciones políticas son las que salen en los grandes medios de propaganda del capital, es decir, propiedad de aquellos que se esfuerzan día a día por hacer olvidar la memoria de la época socialista. Por otro lado, y como he dicho antes, el Partido Socialdemócrata es un amortiguador muy eficaz para absorber toda la rabia de los trabajadores y los patriotas rumanos, pues muchos, todavía, siguen creyendo la propaganda oficial de que este partido es el heredero de los comunistas, a pesar de que el 95% de sus políticas gubernamentales sean neoliberales.

¿Cuál es la actual correlación de fuerzas en el terreno político rumano? ¿Existe un partido capaz de organizar a la clase trabajadora con el objetivo de una verdadera transformación social?

Como he dicho en alguna pregunta anterior, el descontento social y el recuerdo del comunismo (que en cada encuesta realizada aparece como un sistema deseado y al que a la mayoría le gustaría volver) están muy atenuados por la propaganda continua y la atomización social. Todo lo que antes era colectivo ahora es brutalmente individual, así que el sálvese quien pueda se ha instaurado como mantra de comportamiento. Existen pequeños grupúsculos muy desorganizados y sin una organización clara, de duración fugaz y con poca actividad en las calles, por no decir ninguna.

Por otro lado, el artículo 3 de la Ley de Seguridad Nacional de Rumanía (Ley 51-1991), dice que “constituye una amenaza a la seguridad nacional de Rumania la iniciación, organización, ejecución o apoyo en cualquier modo a acciones totalitarias o extremistas de origen comunista, fascista, legionaria o de cualquier otra naturaleza racista, antisemita, revisionista, separatista que ponga en peligro la unidad e integridad territorial de Rumania como la incitación a hechos que pongan en peligro el orden del estado de derecho”. Esta ley, que en efecto prohíbe cualquier intento de organizar o constituir un partido comunista legal, fue creada exprofeso para cortar de raíz el problema de los intentos, tras el golpe de Estado de diciembre de 1989 y la reinstauración del capitalismo, de reconstituir el Partido Comunista, que amenazaba en lps primeros años con poner en jaque el triunfo de los golpistas. De hecho se llegó a asesinar al líder de los comunistas rumanos, empeñado en presentar al partido a las elecciones, Virgil Zbaganu (por cierto tiene un interesante libro que ha sido editado en formato blog en castellano, El siglo XXI será comunista o no será).

En resumen, se ha prohibido ya en varias ocasiones el intento de registrar un partido político que llevara en su nombre la palabra “comunista” o defendiera un sistema realmente democrático, es decir, socialista. De hecho durante años ha existido un pequeño grupo llamado Plataforma de reconstrucción del PCR y ha intentado varias veces participar en las elecciones y nunca lo han conseguido.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...