viernes, 5 de febrero de 2016

Un símbolo de la rapiña capitalista sustituye a la estatua de Lenin en Bucarest


El ayuntamiento de Bucarest ha gastado 2 millones de euros de dinero público para ubicar en el pedestal donde hasta poco después del golpe de estado de 1989 se alzaba la estatua de Lenin del escultor rumano Boris Caragea, y lo ha hecho eligiendo el proyecto del artista posmoderno Mihai Buculei, que, en el marco del arte al servicio del gusto de la burguesía, propio de las tiranía capitalista, ha realizado su obra "Alas", con las que quiere hacer un homenaje al triunfo del capitalismo sobre el comunismo.

Para ello ha elegido la mar de bien, pues sobre el pedestal donde antaño estuvo Lenin, como símbolo del triunfo de la clase trabajadora sobre sus parásitos, se construyen tres alas metálicas de, indudablemente, un ave de rapiña, que representa con insultante y certera sinceridad la forma en la que crece y se reproduce el capitalismo.

El nuevo monumento, a punto de inaugurarse, representa bien a la ideología anticomunista propagada y publicitada con enorme esfuerzo por la minoría que se adueño del poder en diciembre de 1990 y que, desde entonces, ha utilizado las instituciones del estado para saquear, para beneficio propio o de amigos, como también y principalmente de los amos de las potencias coloniales de occidente y oriente, la riqueza producida por los trabajadores rumanos.

El intento de sustituir a Lenin es muy ilustrativo. No solo porque, curiosamente, los ideológos han acertado de pleno al representar el cambio que ha supuesto la sustitución de la estatua del líder comunista, guía de la clase obrera mundial,  por las alas del ave de rapiña capitalsita, sino también por la calidad y belleza de la obra: "Las Alas" es una más de las obras del arte posmoderno en las que la técnica, el esfuerzo y la belleza se someten a la tiranía de la simpleza, la superficialidad y la fealdad, todo en aras de la futilidad y vacuidad que define tanto a la mercancia como al hombre en los regímenes sometidos a la tiranía de la clase capitalista.

 La estatua de Lenin, que se intenta hacer olvidar con tres alas agujereadas que representan, dicen, la lucha contra el comunismo,  se inauguró el jueves 21 de abril de 1960, un dia antes del 90 aniversario del nacimiento de Lenin, la plaza frente al edificio que era sede del periodico Scanteia, periódico del Partido Comunista de Rumania, estaba llena de trabajadores. El acontecimiento estaba presidido por los lideres del partido.

Estatua de Lenin frente a la Casa Scanteia
La estatua era obra del escultor Boris Caragea (1906-1982), uno de los principales exponentes del Realismo Socialista, el arte del pueblo, al servicio de la clase trabajadora, rumano. La estatua se alzaría en el lugar para el que fué creada hasta poco después del golpe de estado de diciembre de 1989, cuando las autoridades decidieron retirarla, a través de una agria tragicomedia, muy del gusto de los guionistas de los servicios de inteligencia de las potencias capitalistas, en la que un grupo de supuestos trabajadores la derribaran en nombre de la libertad de unos pocos el 4 de marzo de 1990.
El monumento "Las Alas"" ha sido criticado también por su excesivo coste, y por su fealdad,  que contrasta con la impresionante monumentalidad del edificio que hoy han denominado Casa de la Prensa Libre (paradójico nombre cuando es conocido que los medios de propaganda del capitalismo, diversos pero al servicio de los mismos intereses, solo repiten lo que beneficia a los que los financian, es decir, los que atesoran el capital robando el producto del trabajo de otros). 

Sin embargo, y por supuesto, también han surgido las lógicas críticas al feo monumento anticomunista por lo que realmente quiere representar. Así, el joven ilustrador Laurentiu Ridichie, del que hemos compartido algunas obras en otras entradas de este blog, ha realizado una ilustración donde se representan, con atinado acierto, las intenciones reales que pretende expresar, más allá de adornos y maquillajes, el nuevo monumento que pretende sustituir a Lenin: el robo a los trabajadores, el saqueo de la riqueza nacional, la tiranía del capital frente al trabajo, es decir, la rapiña capitalista:

Ilustración de Laurentiu Ridichie: las alas del capitalismo rapiñando a los trabajadores

1 comentario:

Josejuán 1960, desde Euskadi. dijo...

Hola vallekano, a mí me parecen los restos de las torres gemelas.

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