El presidente del país, Klaus Iohannis, como suele suceder cuando llegan órdenes de Bruselas o Washington, obedeció de inmediato, solicitándolo en su nombre al Parlamento que, con la misma celeridad, hará las genuflexiones obligadas cuando el amo abre la boca. La Comisión de Defensa del Senado ha aprobado ya el proyecto.
El destacamento de contraespionaje dependerá de la División Multinacional del Sureste, y su función será detener cualquier intento de robo de información o de desvelar las misiones de la OTAN en la región.
Por cierto que este año la OTAN tendrá un número record de tropas de ocupación en territorio rumano. El próximo mes de julio 25.000 soldados de once países entrenarán juntos su capacidad de matar en el sur de Rumania, con el objetivo de hacerlo en realidad si los intereses de la clase capitalista europea o norteamericana lo ordena.
Todo esto tiene que ver con la decisión de la OTAN de aumentar su presión hacia los nuevos polos imperialistas que están poniendo en jaque el dominio unipolar vigente desde la caída de la Unión Soviética, principalmente Rusia, en el marco de la pérdida creciente de influencia y control de EEUU y la UE en las antiguas repúblicas socialistas y en Medio Oriente.
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