Estuvo casada con el también escritor comunista rumano, Alexandru Jar, combatiente de las Brigadas Internacionales en España contra las tropas de Hitler, Mussolini y Franco, y que luego también formaría parte de los maquis franceses.
Olga era de familia muy pobre, y a los 12 años (en 1924) fue arrestada por primera vez en la Chisinau bajo control rumano, por participar en una huelga en la fábrica de colchones en la cual trabajaba. A pesar de su edad, fue encerrada y maltratada. Sería arrestada por lo menos diez veces por sus actividades clandestinas y a favor del movimiento obrero, hasta que se trasladara a Bucarest.
Placa en Paris en recuerdo a partisanos del Grupo Manochian: entre ellos Olga Balcic y el español Celestino Alfonso, teniente del Ejercito Republicano |
En 1938, y tras ser detenida varias veces de nuevo, la persecución de la policia rumana hizo que se trasladara junto a su marido a España, para formar parte de las tropas voluntarias de las Brigadas Internacionales, Sin embargo, el próximo final de la Guerra hace que Olga se mantenga en París como parte de los grupos de apoyo. Allí, se destacará por formar parte de los grupos de transporte de armas al otro lado de la frontera francesa, para apoyar al ejército republicano español. Más tarde, su marido, que sí combatió los ultimos meses de la guerra en España como soldado del Ejercito Popular, se convertirá en un líder importante de la Resistencia Francesa, creada por el Partido Comunista Francés, de la que también formaron parte tras la victoria fascista en España miles de combatientes republicanos españoles y miembros de las Brigadas Internacionales. Olga, también fue una activa militante de los grupos partisanos.
En 1939 nace en Francia su hija, a la que llamaran Dolores, en honor a La Pasionaria, la líder comunista española Dolores Ibarruri. Olga se convertirá en una de las más activos luchadores antifascistas de la Resistencia. Uno de los miembros de este movimiento comunista, Arsene Tchakarian, dice de ella que: “Su nombre en la clandestinidad era Pierretta, no sabiamos que se llamaba Olga, ni que era judia, ni que estaba casada con Alexandru Jar, importante responsable entonces del F.T.P.-M.O.I. (Francotiradores y Partisanos de la Mano de Obra inmigrante), ni siquiera que tenia una hija escondida en el pais. “Pierrette” tenia la responsabilidad principal de transportar armas, pero también de luchar a nuestro lado. Las mujeres que hacian el transporte de armas cumplian una mision mucho mas peligrosa que los luchaban con ellas en la mano, pues ellas no tenian como defenderse. Nuestros luchadores de la Resistencia atacaban las sedes de la Gestapo, sus comandancias, luchaban, disparaban, y despues tiraban las armas y huian. Las mujeres de confianza las recuperaban y las traian de nuevo. Era una de las mas peligrosas misiones".
Artículo de L´humanité en recuerdo de la heroina rumana |
Si hubiera sobrevivido, habría llegado a ser con seguridad uno de los personajes politicos mas importantes de la Francia postbelica o de la Rumania Socialista. En realidad, se había convertido en la imagen de la Resistencia Francesa. Hablaba cinco idiomas y sus principios políticos eran firmes.
Las acciones represivas de la Gestapo contra el movimiento comunista se intensificaron después de que Olga Bancic y sus camaradas consiguieran acabar con la vida del general de las SS, Julius Richtter, el jefe de la Comandancia alemana para los Campos de Trabajo. En 1943, y debido a una traición, todo el grupo de Manouchian es detenido.
El proceso del grupo Manouchian tuvo lugar el 19 febrero de 1944, siendo todos condenados a muerte. 23 partisanos, (entre ellos el español "Alfonso"), fueron ejecutados en la cárcel de Mont Valerien, en las afueras de París. Olga Bancic fue condenada a la decapitación en la guillotina, aunque finalmente es trasladada a Alemania, a Stuttgart, pues en Francia no era legal la ejecución de mujeres. El 10 de mayo de 1944, el mismo día de su nacimiento, con 32 años, es decapitada, sorprendiendo a todos a la hora de su ejecución con la misma actitud de dignidad y valentía que tuvo durante toda su vida, tras resistir los golpes y las brutales torturas sin decir nada de lo que sabia a los alemanes. Ni lloró ni pidió perdón a nadie. El único ruego que hizo al comandante de la cárcel donde murió fue que entregara una carta, que había escrito el dia anterior, a su hija, y que decia asi:
Olga con su hija Dolores |
Tu mama te escribe su ultima carta, pequeña mia! Mañana a las 6, en el 10 de mayo, dejaré de existir. Amor mio, no llores, porque tu mama no ha llorado tampoco. Muero con la consciencia firme y con todo el convencimiento de que mañana tendrás una vida y un futuro mas feliz del que tuvo tu madre. No debes sufrir. Ten orgullo de tu madre, pequeña mia, cariño. Tengo siempre frente a mis ojos tu imagen. Creo que verás pronto a tu padre, y tengo esperanza de que él tendrá un futuro diferente al mio. Dile que pensé siempre en él como en ti. Os amo con todas mis fuerzas. Los dos me sois muy queridos. Mi querida hija, tu padre, es para ti, tambien una madre. Te ama mucho. No vas a sentir mi ausencia. Mi querida hija, termino la carta con la esperanza de que vas a ser feliz toda la vida con tu padre, con todo el mundo. Te beso con todo mi corazón, mucho, mucho, mucho.
Adios mi amor.
Tu mama, Olga".
En Francia, en el muro del edificio de la 19, Rue au Maire, 3ème, París, existe una placa en recuerdo de los miembros del FTP/MOI, entre los que aparece el nombre de Olga Bancic. En Rumanía existió desde los años 50 una placa en la calle donde Olga y su marido vivieron en Bucarest, y que llevó su nombre hasta 1995. En la placa escribía lo siguiente:
"Olga Bancic, 10 de mayo 1912-10 de mayo 1944. Luchadora antifascista de Rumania decapitada por los nazis en Stuttgart. Su vida, su lucha y su muerte heroica empujá hoy el trabajo del pueblo rumano por el camino dle progreso".
Tras el asesinato del presidente de Rumania, Nicolae Ceausescu, en diciembre de 1989, tras el triunfo del golpe de estado que restauró la barbarie capitalista , los mismos herederos del fascismo contra los que Olga Bancic luchara, arrancaron la placa en su memoria de la pared donde se encontraba, destruyéndola a escondidas.
Y es que si hay algo que hiere a los fascistas (por mucha máscara democratica que se pongan),a los que hoy gobiernan Rumania y toda Europa, es el recuerdo de aquellos que una vez les derrotaron.
Placa que recordaba en Bucarest a la luchadora antifascista Olga Bancic |
Hueco que queda tras la Contrarrevolución de diciembre de 1989, perpetrada por los mismos contra los que lucharon heroes como Olga |
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