Estatua de Enescu en Bucarest, realizada por el escultor Boris Caragea en 1961 |
Fue un excelente compositor, violonista, pedagogo musical, pianista y un director de reputación mundial, maestro de, entre otros, el compositor israelí Yehudi Menuhin.
Su sensibilidad artística estuvo a la par de la social, algo que seguramente provocara que George Enescu fuese miembro desde los años 30 de la Asociación de Amigos de la Union Soviética y sostenedor de las coaliciones políticas promovidas por el Partido Comunista de Rumania tras la derrota de la sanguinaria dictadura de Antonescu y el rey Mihai I, apoyadas por el nazismo alemán.
Enescu incluso llegaría a ser candidato en las listas del Bloque de Partidos Democráticos (BPD) por la localidad de Dorohoi, en las primeras elecciones democráticas de la historia de Rumania, celebradas en noviembre de 1946, en las que por primera vez el sufragio fue universal, y tras las cuales el comunista Petru Groza formaria gobierno un con mayoria de ministros comunistas.
Alexandru Balaci, en una editorial del diario Scanteia, escribía sobre Enescu que "está siempre al lado del pueblo y, al mismo tiempo, es un demócrata convencido. Por ello rechazó siempre todo contacto con el fascismo, enemigo de la libertad y del progreso, y utilizó siempre todo su prestigio de creador genial contra la dictadura de Hitler y Antonescu".
Antes de las elecciones Enescu había trasladado su residencia a París, donde se dedicará a enseñar, a componer y a interpretar sus obras. También viajará a dar cursos magistrales a Estados Unidos o a Italia.
Enescu morirá el 4 de mayo de 1955 en París, sin haber, para quebradero de cabeza de los anticomunistas de entonces y los de ahora, criticado jamás a la Republica Popular Rumana, que se proclamaría el 31 de diciembre de 1948, tras la abdicación del rey Mihai I, y en cuyo proceso de nacimiento se puede decir que, dado su ejemplo de compromiso social y su simpatía hacia la Union Soviética en su lucha contra el fascismo, incluso en los tiempos más difíciles de la dictadura legionaria y del mariscal Antonescu, el compositor universal también puso su granito de arena.
A continuación, y en su homenaje, dos de sus obras más conocidas, ambas inspiradas en la música popular: Rapsodia Rumana y su famosa "Ciocarlia" (en español, alondra).
3 comentarios:
Compañero, tanto tiempo, desde que me cambie de curro ya no puedo meterme tanto.
Ke me voy el domingo a Bielorrusia a ver como esta aquello, antes que se pete de Mc Donalds, algun consejo, has estado?
Lo que busco es ver todo lo relativo con la epoca sovietica, Stolovayas y cosas por el estilo...
Si quieres me envias algun email o por aqui mismo: humorazul@hotmail.com
Salud!
Hola
!Cuanto tiempo!
Me alegra que vayas para Bielorrusia. Te he enviado un email pero no reconoce tu direccion.
Yo nunca he estado, pero mis camaradas que han estado allí han quedado encantados. Los restos y huellas del pasado sovietico se ven por todos los lados, sobre todo en las ciudades. Verás el diseño urbano socialista, con grandes bulevares y edificios lineales, con servicios para cada manzana, y muchas zonas verdes.
Supongo que irás a la capital, pero no se que otros destinos tienes. Hay algunos blogs interesantes:
http://www.45-rpm.net/antiguo/palante/bielorrusia.htm
www.bielorrusiaexiste.wordpress.com
El segundo tiene una opinion algo ambigua, pero para concer el pais esta bien.
Ya me contarás que tal.
Saludos
La canción de la Alondra fue la que le sirvió a Goran Bregovic para su canción "Kalashnikov"
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