lunes, 19 de septiembre de 2016

La abstención arrasa en las elecciones rusas

Los soviéticos no creen en la democracia burguesa, obviamente. Ayer en la Federacion Rusa apenas un 45% de los trabajadores fueron a votar. Los que acabaron con la Union Sovietica ya convencen a muy pocos, a pesar de que gano su principal partido, Rusia Unida, lo que arraso fue la abstencion. En las principales ciudades, como Moscú o San Petersburgo (la mítica Leningrado), apenas se llegó al 30% de presencia en las urnas (35 y 33%, respectivamente).

El resultado final fue la victoria del partido de Putin, obteniendo 343 de los 450 escaños
que conforman la Duma o Cámara de Diputados. En segundo lugar se situó el Partido Comunista de la Federación Rusa, empeñado en seguir haciendo el juego a la clase que destruyó la Unión Sovíética, la burguesía, con 42 escaños, por delante del Partido Liberal Democrático, que consguió 39 diputados (otras fuentes cambian el orden de ambos partidos).

Por otro lado, Rusia Justa, formación que se declara socialdemócrata, se sitúa como cuarta formación parlamentaria con 23 diputados. Dos partidos que no tenían representación parlamentaria, el nacionalista Ródina y el liberal Plataforma Ciudadana, se han hecho cada uno de ellas con un escaño. Además, un candidato independiente conseguía un escaño en la república norcaucasiana de Adiguea.

Según los datos oficiales, la participación en los comicios de ayer fue del 47 %.

Como suele pasar en las farsas democráticas capitalistas, a pesar de la gran abstención o de la poca diferencia real entre las diferentes opciones ( desde la perspectiva de los comunistas, que aplican como nucleo de su análisis de la realidad la existencia de las clases y la explotación de una sobre otra), también el primer ministro ruso y cabeza de lista de Rusia Unida, Dmitri Medvédev, dio por hecho la victoria de su formación y calificó de “muy bueno” el resultado.

Como afirmaba con clarividencia Lenin sobre el circo electoral burgués, en realidad en estas votaciones solo se eligen a los gestores de la burguesía y, tras 25 años de saqueo y destrucción de los logros alcanzados por los trabajadores durante los años de Socialismo, parece que la mayoría de los rusos piensan como él líder bolchevique.

Datos definitivos oficiales: RT-Infografia

12 comentarios:

Albert-ChrisRenko dijo...

Estimado camarada Forneo:

Los soviéticos, como tal, ya no existen. No sólo porque el país que creó esa nacionalidad soviética se desintegró, sino porque la mentalidad, la identidad colectiva que durante la primera mitad de los años 90 existió en un gran porcentaje de la población de la mayoría de las repúblicas ex soviéticas de pertenecer a un mismo país, desapareció. Ahora el nacionalismo campa a sus anchas, nacionalismos excluyentes que enfrentan a pueblos hermanos. ¿Quién pudo imaginar que lo que sucede hoy en Ucrania?

No, el nacionalismo se ha apoderado de todos y de todo, empezando por la propia Rusia, pues el neo-nacionalismo ruso fue uno de los factores fundamentales de la desintegración del país, con una República Rusa dirigida por Yeltsin desde 1990, aprobando la declaración de soberanía el 12 de junio de ese año, después que lo hiciesen las repúblicas bálticas y antes incluso de que pudiesen hacerlo otros, como Ucrania o Moldavia, donde había pujantes movimientos nacionalistas. ¡Hoy, incluso los bielorrusos se consideran, ante todo, bielorrusos!

Las elecciones muestran, por desgracia, que vamos a tener Putin para rato. La participación es la menor registrada desde que Rusia es independiente. Ni siquiera llega al 50%. Da igual, ya Putin, a principios de siglo, hizo una ley que anulaba el requisito de participación de al menos el 50% más uno para validar elección o referéndum. Obviamente le preocupa y preocupaba más la absteción que la oposición. Ya se encargó Putin también, viendo el resultado de las elecciones de 2011, donde con el habitual pucherazo y todo, Rusia Unida perdió su cómoda mayoría constiucional de 2/3 de la cámara, que las elecciones se realizasen nuevamente como se hicieron hasta 2003: mitad de escaños por lista de partido, mitad por circunscripción uninominal. Y los diputados por circunscripción uninominal son elegidos por mayoría simple. ¿Qué significa esto? Que basta, por ejemplo, con que un candidato obtenga el 20% de los votos en su circunscripción, si todos sus rivales obtienen menos votos que él. Gana el escaño aunque el 80% de votos hayan sido para otros candidadtos e, indirectamente, contra él. Y casi siempre el candidato más votado, aunque sea por la mínima, es el candidato de Rusia Unida, que es como decir el candidato de Putin.

Y además, siempre está el eufemísticamente llamado "recurso administrativo", el uso y abuso de los recursos de la administración a todos los niveles para evitar sorpresas.

Dicen los más optimistas que Rusia Unida ha perdido votos. Bien, si tenemos en cuenta que la participación ha bajado, es natural que haya perdido votos. Pero con menos votos que en 2011, ha conseguido mayor porcentaje y muchos más diputados que entonces. Y es que la mayoría de quienes votaron por Rusia Unida en 2011 han vuelto a votarles, mientras que la abstención ha perjudicado, esencialmente, a los partidos de la leal oposición, que han perdido proporcionalmente mayor porcentaje de votos respecto a 2011 que Rusia Unida.

No importa si Rusia Unida realmente ha ganado por un 54% o sólo un 40% y el resto lo han cocinado con el "recurso administrativo". Lo triste es que un gran porcentaje de rusos siguen votando a Rusia Unida (dicho de otro modo, a Putin) pase lo que pase, y que los comunistas, que dicen ser la única oposición auténtica, no son capaces de capitalizar el malestar de un segmento importante de la población que prefiere quedarse en casa sin protestar y sin votar. Ahora se rasgan las vestiduras, dicen que las elecciones no han sido limpias (¿lo han sido alguna vez?), lloriquean... y hasta las próximas elecciones. Pero supongo que es lo máximo que se puede esperar de un partido cuyos miembros se sientan a esperar a la inevitable victoria que las fuerzas de la historia indefectiblemente traerán algún día, y que en los momentos de mayor audacia se atreven a repartir octavillas.

Saludos, camarada.

JL F dijo...

Camarada,

¿Existen algunas elecciones burguesas limpias? No lo creo. En principio, porque no se respeta el principio de igualdad de oportunidades, teniendo unos el apoyo económico de las grandes corporaciones (lo que se traduce en propaganda y manipulación a su favor) y otros nada. De hecho, el PCOR no ha tenido apenas visibilidad, porque pocos lo conocen (si no sales en la tele, no existes). Y el PCFR tampoco ofrece una alternativa real a Rusia Unida, pues propone más "democracia", más "conciliación entre clases", más "sometimiento"; en definitiva, aunque también proponga algunos cambios legislativos razonables, aunque dificiles de conseguir si no se derrota y derroca al sistema capitalista.

Lamentablemente, no solo hay muchos que votan a Putin (aunque enn términos totales la gran mayoria no lo ha hecho, sumando abstencion y votos a otros), sino que tambien hay muchos supuestos comunistas (solo explicable por la eterna quinta columna) que le apoyan como una especie de libertador, haciendo un daño enorme al movimiento comunista internacional.

En fin, no se puede esperar mucho más de la democracia burguesa que, como decía Stalin, es una votación donde lo que importa no es a quien votes sino quién cuenta los votos.

Saludos Rojos

Anónimo dijo...

Al margen de los defectos que tenga el PCFR, que yo sepa no expresado cosas de las que expones, aunque si es verdad que se ha convertido en un partido electoralista

Albert-ChrisRenko dijo...

Por supuesto que NO hay elecciones burguesas limpias y honestas. Incluso en los países donde no está institucionalizado el pucherazo, el meter a puñados los votos en las urnas, o las urnas que ya están llenas y esperando el recuento antes aún de que abran los colegios electorales (lo que se viene en llamar urnas embarazadas), incluso en los países donde no se usan semejantes trucos, las elecciones no pueden considerar justas ni limpias porque no todos tienen las mismas oportunidades de hacer oír su mensaje. Los medios de comunicación, controlados por el gran capital (el que financia por igual a los partidos de conservadores y socialdemócratas, el mismo perro con distinto collar), se encargan de manipular al público mal informado con propaganda y mensaje exagerados, falsos y tendenciosos. Así no necesitan falsificar las actas electorales. En Rusia (pero no sólo en Rusia, hay muchos otros países con el mismo problema), al rodillo informativo a favor del poder se suman las urnas embarazadas, algo que no es entendible como no sea por el deseo de obtener una victoria copiosa, arrolladora, porque con los votos legales de los tontos que se han dejado convencer por la propaganda ganarían de todas formas.

Curiosamente (¿por qué será que lo suponía?) no he tenido noticias de los "camaradas" del PCFR, que acaso esperaban restregarme un resultado al menos pasable, para así justificarse y decir que el partido va por la vía correcta, que todo es cuestión de tiempo, que soy demasiado pesimista y sólo veo problemas (sí, soy pesimista; sí, veo problemas, pero no lo hago por afán de criticar, sino con el objetivo de solucionarlo: he aquí un problema, ahora busquemos la solución. Ignorar los problemas esperando que se solucionen solos no suele dar resultado). Tampoco me he molestado yo en escribirles (no creo que me respondiesen, deben estar echando pestes) y tampoco soy tan cruel como para hacer sangre. Yo era menos optimista y los hechos me han dado la razón, aunque de un modo tal que ni yo me esperaba un resultado tan pésimo en todos los sentidos.

Es tiempo ya de que el PCFR revise DE VERDAD su forma de hacer política o se arriesga a quedar convertido en la versión rusa de cualquier partido "comunista" occidental: un partido marginal, sin influencia, que consigue unos pocos diputados en cada consulta electoral.

¡Y aún hay que escuchar a muchos pseudo-izquierdistas (oportunistas burgueses de izquierda, los llamó Lenin), que aplauden la victoria de Rusia Unida y de Putin, pues es una victoria de Putin (sin él Rusia Unida no sería nada) como un gran avance para el progreso de Rusia! ¿Qué Rusia? ¡Cuánto tonto hay!

El PCOR nunca ha participado por separado en las elecciones, hasta 2003 apoyaba al PCFR, para no dispersar el voto comunista. En 2007 el Ministerio de Justicia anuló su resgistro oficial como partido político aduciendo la nueva ley que imponía un mínimo de militantes e implantación en al menos la mitad de los sujetos federales de Rusia. Desde entonces sus intentos de volver a ser registrado oficialmente han fracasado. Su relevancia actual, por desgracia, es mínima.

Por último, es curioso que esa cita de Stalin la utilizan nuestros enemigos burgueses como ejemplo del cinismo de Stalin y su falta de respeto a la democracia, dando a entender que él era quien contaba los votos de su país para conseguir el resultado que le apeteciese. ¡En realidad se refería a los sistemas electorales de regímenes burgueses!

Saludos, camarada.

JL F dijo...

El PCFR, como el PCE en España, el PCF en Francia, etc., son partidos revisionistas que proponen la democracia capitalista como solución, no la revolución para derrocar el sistema y construir el socialismo. El PCFR propone, pues, más "democracia", más "conciliación entre clases" y seguir coqueteando con la burguesía (con Putin, por ejemplo). De ahí que, para votar eso, la mayoría prefiera votar al más sincero y menos hipócrita Putin.

Saludos

JL F dijo...

Camarada, no es nada curioso, en realidad, la manipulacion sobre la frase de Stalin que señalas. En realidad, los medios de propaganda del capitalismo se dedican a eso, a manipular para criminalizar o desdeñar a los comunistas, y es lógico que esa verdad certera de Stalin sobre las elecciones bajo un régimen capitalista la trastoquen para que parezca que hablaba de sí mismo. El problema fundamental es la poca curiosidad que despierta entre los trabajadores verificar la verdad.

Por otro lado, el PCFR ni siquiera es capaz de hacer una oposición poderosa a Putin, pues las criticas a este y a sus gobiernos no se han oido demasiado, a pesar de que, en teoria, solo en teoria, se supone que Rusia Unida es el extremo opuesto al comunismo: capitalismo, ortodoxismo, ultranacionalismo, etc. El silencio de los comunistas en la Duma y, sobre todo, en las calles, es una muestra más de la complicidad del PCFR con la oligarquía y su aceptación de las reglas del sistema y de la democracia burguesa.

Saludos Camarada.

Anónimo dijo...

Si en algo ha sido particularmente hábil el sr. Putin, aparte de modernizar la herencia militar soviética, es en saber reconciliar y en cierta forma sintetizar en su persona, los dos grandes pensamientos políticos hegemónicos en Rusia...el soviético o del legado de la URSS, y el del nacionalismo ruso. No existe una verdadera oposición a Putin, porque sus dos grandes adversarios políticos (comunistas y liberal-nacionalistas), no dejan de alabar la real "politik" exterior y militar de Putin, en un patrioterismo a lo "último refugio de los farsantes" de lo más vergonzoso. Pero Putin está pagando el precio de sus políticas neo liberales y de privatizaciones estatales. Un Putin que como cofesó "no tenía en mente llavar a Rusia de vuelta al socialismo" y que solo quería "que Rusia fuera respetada como una potencia". Putín que en un momento dado, no quiso seguir el ejemplo chino (de fuerte presencia económica del sector público) escogió en su lugar, el occidental de globalización neoliberal de Wall Street (Rusia sigue teniendo asesores económicos yanquís y la presencia en su economía del capital foráneo no deja de crecer) de privatizacines de lo público. De hecho, Rusia lleva privatizado el 76% de la herencia pública soviética. Ahora Putin ve mermadas sus simpatías, a la vez que son mermados los ingresos del estado, debido a las privatizaciones. Ahora gastado lo obtenido por lo vendido, solo quedan: o recortes sociales o vender lo poco que queda. Tan solo el rechazo popular y los bajos precios del mercado, han hecho desistir estos dias, al gobierno ruso de la privatización de Rosnet, uno de los pocos gigantes que quedan en manos públicas.

Albert-ChrisRenko dijo...

Estimado camarada Forneo:

El PCFR, nacido en 1993 como pretendido heredero del PCUS y el PC RSFSR, tuvo su momento, su ocasión perdida, en mi opinión, de reconstruirse como un partido verdaderamente marxista-leninista, después del colapso de la URSS y de la prohibición de sus matrices originales. Tuvo la posibilidad de refundarse una vez que se había deshecho de los oportunistas, arribistas y traidores que habían medrado dentro del PCUS desde aquella tontería de Khrushchev de "Estado de todo el pueblo" (y, por ende, partido de todo el pueblo), error acertadamente criticado entonces desde Beijing (aunque el PCCh hace mucho tiempo que cometió el mismo disparate ideológico), pues en tanto exista el Estado en su sentido marxista, no existe democracia como tal, sino democracia dentro de una clase social ejercida como dictadura sobre otra u otras clases sociales. El propio Lenin se manifestó en contra del Estado democrático y democracia para todos, para todo el pueblo (o del todo el pueblo) porque eso incluía a los miembros de las clases sociales derrocadas con la Revolución.

Esto acabó, en la práctica, con la lucha de clases y fue, en verdad, el comienzo de la contrarrevolución interna, permitiendo que lo que había sido un partido de vanguardia relativamente reducido se convirtiese en un partido de masas, con 19 millones de afiliados en 1989. ¿Cuántos serían verdaderamente marxistas y no simples arribistas buscando progresar socialmente como miembro del partido?

Como historiador, aún dudo si Khrushchev fue un revisionista con mala fe o simplemente un idiota extraordinaria y absurdamente confiado en la victoria final (todos recordamos aquella frase suya de 1955 sobre que el comunismo enterraría al capitalismo) y en que el socialismo en la URSS ya había alcanzado un grado de desarrollo tal que el comunismo estaba a la vuelta de la esquina y dentro del país no existían realmente contradicciones de clase. En la gestión de Khrushchev hay elementos de ambos, actos de mala fe y también una pésima gestión de los asuntos de Estado y de Partido propios de un diletante.

También hay que decir en su descargo que las decisiones eran generalmente colectivas y la responsabilidad no fue sólo suya, tuvo una ayuda importante de muchos e importantes miembros de la dirección del Partido, incluidos los que, cansados de su dilentantismo y fracasos, acabaron destituyéndole pero siguieron, en líneas generales, una política similar tras reemplazarle: el Artículo 1 de la Constitución de la URSS de 1977 consagraba el principio de Estado de todo el pueblo, Aleksey Kosygin y el economista Evsei Liberman desarrollaron la economía en el mismo sentido que llevaba haciéndose desde la época de Khrushchev, y Leonid Brezhnev parecía creer de forma igualmente ingenua en ese mito de "Estado de todo el pueblo", un socialismo desarrollado, como si el Partido entero fuera víctima de una alucinación colectiva, creyéndose su propia propaganda (que, en todas partes, incluso en un pais socialista, presenta las cosas más positivamente de lo que en realidad son), en un divorcio cada vez más evidente entre la realidad socioeconómica y el discurso político. Los que no creían en la causa y no estaban, consecuentemente, cegados por la propaganda, encontraron en tal estado de cosas más fácil llevar a cabo su trabajo de zapa minando el sistema desde dentro. Incluso puede que se justificasen ante su propia conciencia aduciendo que no tenía sentido servir a un sistema que se autoengañaba.

[sigue...]

Albert-ChrisRenko dijo...


Así, decía, una vez que el PCFR recién constituido se había librado de todos aquellos que, no gobernando el partido, ya no veían utilidad en ser militantes, podría haberse refundado como un partido marxista-lelinista con poca gente pero más fiable. En lugar de eso, en la marea de confusión post-soviética, consciente de que una revolución no era factible, y conformado en parte por antiguos apparatchiki de bajo rango educados en ese ambiente ideológico post-stalinista (Zyuganov era uno de ellos) optaron por integrarse en el sistema liberal burgués, moderarse y esperar. La moderación del programa social, se suponía, debía atraer a los votantes moderados, los que no son comunistas pero se sentían defraudados con el sistema post-soviético. Algo parecido a la traición que fue el eurocomunismo, el abandono de la socialdemocracia por los propios socialdemócratas y la batalla por ese centro ideológico, que en realidad es el centro de la derecha, no un espacio entre izquierda y derecha.

Por el otro lado, hicieron suya la bandera del nacionalismo, en parte como resultado del ultraje de la debilidad del otrora orgulloso país, nación humillada; en parte para evitar que esa parte del espectro ideológico fuese captada por los partidos de extrema derecha, como el LDPR del infame Zhirinovsky. Así se asociaron con elementos dudosos, nacionalistas, resueltamente no marxistas, adoptando una óptica interpretativa de la historia y de los problemas del país más cerca de la versión soviética del choque de civilizaciones desarrollado ya en la URSS por Lev Gumilyov (sí, en la época soviética, antes que Samuel P. Huntington) en detrimento del materialismo histórico y la lucha de clases. La defensa de la Patria, las raíces históricas de la Madre Rusia, la religión ortodoxa. Lenin se habría escandalizado, pero así sucedió.

Y llegó Putin, con un discurso muy similar pero potenciado por la inmensidad de recursos del Estado a su disposición, y la gente ni se acordó de que ese hombre era el sucesor nombrado por el mayoritariamente aborrecido Yeltsin.

Y este hombre, Putin, un cínico mentiroso que llegó prometiendo mano dura contra los economistas partidarios de la neoliberal Escuela de Chicago pero que durante su mandato implementó medidas del más puro neoliberalismo económico que ni siquiera su mentor político se había atrevido a implementar. Este hombre no dudó en hacer una revisión maniquea, retorcida y despreciable de la historia, aprovechando al máximo la idea del nacionalismo ruso ortodoxo, de la gloria de la Rusia imperial y achacando a la Unión Soviética todo lo malo que padece hoy Rusia, usando arteramente la figura de Stalin a su conveniencia, usurpando la melodía del himno soviético que ahora la gente identifica no con la URSS sino con la Rusia de Putin... y el PCFR le costaba esfuerzo criticar la mayoría de esto sin incurrir en la contradicción de quitarse a sí mismo la razón, porque hacía tiempo que defendía ideas similares: unidad de la Patria, nacionalismo eslavo, recuperación de la grandeza nacional, etc. Las críticas se han reducido al ámbito meramente económico y cada vez más moderadas, con una orientación reformista y no rupturista. ¿Alguien recuerda que en diciembre de 1995 Zyuganov dijo que la restauración de la URSS era inevitable? ¿Dónde queda ya eso?

[sigue...]

Albert-ChrisRenko dijo...

El PCFR es actualmente una sombra de la sombra que fue, vive de nistalgia, no es capaz de movilizar a los descontentos en gran parte porque no sabe salir al encuentro de la gente, y ha retrocedido de golpe todas las posiciones recuperadas desde 2008.

Mientras tanto, un gran porcentaje de rusos siguen confiando en Putin, sin importar cualesquiera otras circunstancias, ni el agotamiento del actual sistema que prolonga su vida casi artificialmente y ya no puede prometer ni ilusionar, sólo asustar con la amenaza exterior (que es real pero no es, ni mucho menos, el único problema ruso), amenaza frente a la cual los medios de comunicación presentan a Putin como garantía. Han recuperado Crimea. ¡Hurra! Lo demás (la carestía de vida, la pérdida de servicios sociales y la progresiva degradación de los que aún quedan, los bajos salarios, los precios altos, la incapacidad de lo que queda de la industria nacional para competir en los mercados exteriores como no sea en el sector de armamentos, la incapacidad de esa industria nacional para abastecer el mercado interno, la burocracia inepta, la indecencia de los oligarcas, cuyas relaciones con el Presidente no son desconocidas) no importa.

Por último, comentar que, en realidad al Kremlin, como a cualquier poder establecido, le viene muy bien la abstención. Pese a las promesas del Presidente a principios de año sobre la realización de unas elecciones limpias, puras, honestas, con intención de quedar bien ante la opinión pública (evidentemente, no podía decir "vamos a hacer, una vez más, una farsa"), la sucesión de eventos turbios antes y durante la campaña electoral hacían sospechar un nuevo fraude. Antes de empezar la campaña varias encuestas mostraron que la mayoría de los rusos creían que habría fraude. Y si crees que habrá fraude y tu voto no contará para nada (dentro de lo que pude contar en un régimen burgués), te quedas en casa. Los que no se desaniman ni les importa si hay fraude son los partidarios del poder, que en su mayoría regresan obedientemente a las urnas. Cuando casi los únicos que van a votar son votan los tuyos, encantado.

Y los demás, a soñar con el día en que las fuerzas de la historia traigan de forma tan inevitable como automática la victoria final (si Lenin se hubiera sentado a esperar la llegada de esa victoria inevitable, hoy nadie le conocería), y los más realistas, a esperar que sea lo que tenga que ser. ¡Qué triste!

Saludos, camarada.

JL F dijo...

Hola camarada, perdona que te haya contestado tan tarde, pero es septiembre y las clases empiezan y el tiempo es mas limitado que nunca. La historia que cuentas sobre el PCFR es muy similar a lo que sucedió en Rumania, salvo que aquí la persecución y criminalización del comunismo por parte de los nuevos dirigentes y las multinacionales, las que de verdad se hicieron con el control del gobierno. Entonces se intento refundar el partido, ya sin toda la retahila de oportunistas que lo habían (en todos los países socialistas los partidos comunistas eran un nido de oportunistas revisionistas. Fíjate que Putin era miembro del PCUS, y hoy es el gran capo de las corporaciones rusas y el azote de los trabajadores de su país), pero aquí se cargaron al comunista que se había encargado de hacerlo, Virgil Zbaganu. En todo caso, aquella renuncia, aquel subirse al carro de la "democracia" capitalista por parte de los miembros del antiguo PCUS o PCR y la complicidad o inacción de los que se mantuvieron en los partidos comunistas "democráticos", selló el futuro (por mucho tiempo). Eso si, por soñar que no quede. A pesar de el mal estado general del Movimiento Comunista Internacional actual, de la gentuza que se infiltra en el (no sé si sabes quien es un tal JMAlvarez, que se ha inventado, no sé quien se lo ha dictado para que lo cacareé constantemente, que yo trabajo en la embajada de España y no se que zoqueterías propias de la quinta columna que siempre va poniendo piedras por el camino de todo intento de revolución), y de la dejadez generalizada entre los propios comunistas, olvidados ya de lo importante que es formarse, leer, investigar, y como decia Lenin en Tareas a la Juventud Comunista, de querer alcanzar toda la cultura que hay en el mundo, la humanidad solo puede avanzar hacia la barbarie o hacia el Socialismo, hacia lo peor que tiene el ser humano como especie o hacia lo mejor. El Socialismo, pues, siempre sera la base de las utopías y siempre sera el motor de las realidades que avancen hacia la evolución humana, así que podemos tener esperanzas en que un día, a pesar de los obstáculos y de los infiltrados, chivatos y represores, en la URSS no habrá más criminales como Putin, el delfín de Yeltsin, en el poder y volverá el Socialismo; esta vez habiendo el pueblo ruso aprendido de sus errores. Y, por soñar que no quede, también triunfarán los combatientes por un mundo sin explotación en el Estados Unidos donde hoy los Obama y los de su clase imponen el terror en el planeta, y también en los paises dominados por los nuevos imperialismos alternativos, pero igual de atroces, al del Tío Sam.
Saludos Rojos
JL Forneo

Anónimo dijo...

Todo está consumado. Esa distopia ya terminó. Всё окончилось. Мы живем в xxi веке уже. Os recomiendo la lectura del libro Chevengur de Platonov.

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