Revista del exilio ruso,
|
El PCOR recuerda a los ilusos que, además de que en la Guerra Civil Rusa los mencheviques y los blancos de Kornilov, Denikin y Kolchak la enarbolaran contra el Poder Soviético, también fue el estandarte de los rusos aliados de los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la bandera blanca-azul-roja de Rusia se convirtió en el símbolo de los anticomunistas rusos, los aliados de los nazis en la invasión de la URSS. A pesar de que el mando alemán no recomendaba su uso, por sus reminiscencias negativas en todas las repúblicas soviéticas, pues los trabajadores y los campesinos la identificaban con el zarismo, la explotación y la oligarquía, los antisoviéticos no dudaron en utilizarla a la cabeza del ejército ruso dentro de la Wehrmacht (el que denominaron Ejército Ruso de Liberación (ROA).
Incluso los colores de la bandera de la oligarquía rusa, de los enemigos del Socialismo y de los soviets, aparecen en las lineas de la conocida marcha que sirvió de himno a los rusos que fueron cómplices del Ejército Alemán en la invasión de su propio pueblo:
"Alzamos nuestra bandera tricolor
Caminamos sobre campos nativos
empujados por el viento
hacia las cúpulas de Moscú"
Los españoles, cuya bandera actual, la rojigualda, es el símbolo del fascismo que derrotó a la República e impuso un régimen de terror en España durante 40 años, sabemos bien que significa sufrir la imposición de la bandera que representa la destrucción de todas las esperanzas y logros de un pueblo, la de los enemigos de la clase trabajadora, por lo que entendemos qué es lo que han de sentir los comunistas y el movimiento obrero ruso cuando sobre el Kremlim, donde antes ondeaba la bandera roja de los soviets, hoy ondea la bandera de aquellos generales del Ejército Blanco o del Ejército de Liberación Ruso cuyo objetivo principal era derrocar a la clase obrera del poder y devolverla a la miseria y a la esclavitud.
Estas son algunas pruebas fotográficas de esos años recopiladas por el Partido Comunista Obrero Ruso (Página del PCOR):
Algunos residentes de un pueblo "liberado de los bolcheviques" dan la bienvenida las unidades avanzadas de la Wehrmacht con la tricolor de los oligarcas en sus manos. 1941 |
Vlasov, el general desertor del Ejército Rojo creador del Ejército Ruso de Liberación za la bandera blanca-azul-roja en la 1ª División. Myuzingen, Alemania 1945 |
Bandera de los fascistas rusos (la tricolor) en el desfile de la 1ª Brigada de la Guadia Nacional Rusa del Ejército Alemán, en Pskov, 1943 |
Caballo del ROA por los suburbios de Praga bajo la bandera tricolor, en 1945 |
Algunas citas sobre el tema publicadas por el PCOR:
"Casi todos los voluntarios, llevaban la insignia del ROA, con los colores blanco, rojo y azul, es decir, los de la tricolor de Rusia, negándose a cambiarlos por el color blanco, como pretendían los alemanes" (...) " Por los campos y caminos, a lo largo de un territorio, se extienden por varios kilómetros columnas de infantería; brillan sus bayonetas al sol, ennegrecido por los cañones arrastrados por tractores y los ensordecedores blidados. Por encima del inmenso rio humano ondea nuestra bandera al viento, la bandera blanca, roja y azul !De nuevo ha renacido el ejército ruso! Nuestro sueño es derrotar al bolchevismo !Qué lástima que esto no lo puedan ver mis ancestros!" Dudin LV "Materiales para la historia del movimiento de liberación de los pueblos de Rusia (1941-1945)
" En la mañana del 9 de agosto la lucha se reanudó con mayor ferocidad. El cuerpo médico, por agotamiento, no tuvo tiempo de sacar de debajo del fuego a los soldados heridos (...) Vlasov ordenó a los alemanes luchar hasta la muerte, contrarrestando el avance de los siberianos. La bandera blanca, roja y azul estaba en su mano. Cada soldadoa los alemanes luchar hasta la muerte. Vlasov no sólo se sentó en la defensa, pero también trató de contrarrestar el avance de los siberianos. Salir de un refugio confiable con su bandera tricolor. La bandera fue pintado en los colores blanco, azul y rojo. Cada soldado en la manga llevaba un vendaje con la inscripción ROA, lo que significaba - "Ejército Ruso de Liberación". N. Vetlugin "La verdad del POA. Los soldados de la emigración rusa." Nuestro tiempo ", n ° 15
Por otro lado, tampoco hay que esforzarse mucho para comprender que significa la bandera que hoy se ha impuesto sobre los restos de la gloriosa Unión Soviética: es la bandera de los blancos, aquellos que lucharon tras la Revolución salvajemente para acabar con el Poder Soviético; y la bandera de los que en la Segunda Guerra Mundial se aliaron con los nazis para terminar con la Unión Soviética. Veamos algunas ilustraciones de lo que pensaban los bolcheviques de la asquerosa bandera rusa de la oligarquía, la tricolor blanca, roja y azul y, como contrapeso, como los fascistas rusos la utilizaban como símbolo de la lucha antibolchevique:
Carteles blancos y anticomunistas con la tricolor rusa como símbolo de su deseo frustrado de victoria sobre los bolcheviques y sobre los trabajadores soviéticos:
Carteles bolcheviques representando a los fascistas blancos, es decir, a la burguesía y los oligarcas, con la bandera tricolor:
El general blanco Denikin rodeado de los oligarcas rusos y de
las fuerzas fascistas: la iglesia, el ejército de la burguesía y la bandera tricolor
El capital norteamericano maneja a los representantes de la bandera rusa
de los oligarcas y la burguesía, Deniquin, Kolchak y Kornilov
El general Kolchak con la bandera fascista rusa
en la mano, rodeado del capital, el ejército y la
iglesia ortodoxa
Portada de la Revista de los exiliados rusos anticomunistas |
Carteles bolcheviques representando a los fascistas blancos, es decir, a la burguesía y los oligarcas, con la bandera tricolor:
El general blanco Denikin rodeado de los oligarcas rusos y de
las fuerzas fascistas: la iglesia, el ejército de la burguesía y la bandera tricolor
El capital norteamericano maneja a los representantes de la bandera rusa
de los oligarcas y la burguesía, Deniquin, Kolchak y Kornilov
El general Kolchak con la bandera fascista rusa
en la mano, rodeado del capital, el ejército y la
iglesia ortodoxa
10 comentarios:
La bandera tricolor rusa restablecida como oficial desde agosto de 1991 (oficializado con la pertinente enmienda constitucional en noviembre) es, indudablemente, una victoriosa revancha de las fuerzas contrarrevolucionarias. Aunque se pretende que la recuperación de la bandera previa a la Revolución de Octubre es un hecho de justicia histórica, pues es la bandera creada en los tiempos de Pedro el Grande, la realidad es que las cosas no son tan sencillas.
Es cierto que el diseño de la bandera actual, tanto en colores como en proporciones, tuvo su origen en la época de Pedro el Grande (concretamente fue adoptada en 1696, aunque no fue reconocida oficial hasta 1700), pero fue inicialmente una bandera exclusivamente para la marina mercante. Bien es que se reconozcan los méritos de Pedro el Grande, el gran reformador de Rusia que hizo entrar a su atrasado país en la Europa moderna, si bien con métodos en ocasiones bárbaros, y que los cambios modernizadores hucieron que sus conservadores contemporáneos pensasen de él que era el Anticristo. Sin embargo también sería conveniente que se recordase que era una enseña naval (no militar, la enseña naval militar era la cruz de San Andrés), que Rusia no tenía bandera nacional en esa época y hasta mucho después no la tuvo, y que el estandarte de Pedro el Grande, usado también como bandera rusa de facto sobre edificios oficiales y por los ejércitos en campaña era el águila bicéfala negra coronada, con el escudo de San Jorge en su pecho, todo ello sobre fondo amarillo. Ése era el estandarte de Pedro el Grande.
El estandarte imperial con el águila tuvo pocos cambios y siguió usándose como símbolo de Rusia (menos en la marina mercante, que seguía siendo la tricolor), hasta que en 1858, a iniciativa de Alejandro II, se adoptó una nueva enseña negra, gualda y blanca en franjas horizontales para ser izada en edificios públicos y palacio en ocasiones solemnes. Esta "bandera imperial" no alcanzó gran popularidad y Alejandro III la abolió en 1883, adoptando como bandera nacional, esta vez sí, la bandera naval mercante de Pedro el Grande. Los colores simbolizaban los elementos clave del régimen imperial: el blanco a Dios; el azul al emperador; y el rojo al país. En 1914, con el comienzo de la Gran Guerra, se añadió a su extremo superior izquierdo un recuadro amarillo con el águila bicéfala negra.
Se alude también como signo de legitimidad que esta bandera (sin el recuadro amarillo conteniendo el águila) siguió siendo la oficial usada por el Gobierno Provisional tras la Revolución de Febrero. En verdad, aunque oficialmente era la bandera reconocida, apenas era usada porque no suscitaba simpatías más que en los sectores más conservadores.
En todo caso, los que alegan el uso oficial de la tricolor por el Gobierno Provisional son los mismos que tras el golpe de Estado de Yeltsin en septiembre-octubre de 1993 impusieron por decreto el escudo de armas actual de Rusia, que borró no sólo la simbología soviética sino también las huellas del escudo diseñado durante el Gobierno Provisional: el águila bicéfala histórica de Rusia desprovista de todo adorno monárquico y religioso para representar a la naciente república rusa.
El actual escudo de armas tiene una significativa similitud con la versión pequeña del escudo de armas imperial existente hasta 1917, excepto en el color dorado del águila sobre escudo rojo (en el antiguo, el águila era negra sobre escudo amarillo). Por lo demás, el escudo actual tiene todos los adornos y aditamentos propios de un "imperio": coronas, cetro, orbe, escudo con San Jorge en el pecho (que dicen que no es San Jorge, sino "un caballero matando un dragón"; qué cachondos).
[sigue...]
El motivo de que el escudo de la Rusia soviética siguiera en vigor hasta el 30 de noviembre de 1993 es el mismo por el que la Canción Patriótica (melodía tomada de una ópera de Glinka), el himno adoptado en 1990 por el Congreso de Diputados Populares de la RSFSR, no tuviera letra: la falta de acuerdo. El carácter y detalles de la simbología estatal estaba indicada en la Constitución de 1978 y para cambiarla se precisaba lo mismo que para cambiar cualquier otro artículo de la Constitución: dos tercios del total de diputados populares. Pero unos querían conservar el escudo soviético, otros recuperar el águila bicéfala diseñada en 1917, y otros (entre los que estaba Yeltsin) querían una versión imperial del águila (¡algunos incluso propusieron que el águila incluyese el collar y cruz de la Orden de San Andrés!). La falta de acuerdo hizo que se aparcase el tema del escudo, con un cambio de compromiso tan pequeño como significativo: las siglas RSFSR fueron substituidas por Federación Rusa, el nuevo nombre del país. Por lo demás, seguían la hoz y el martillo iluminados por el sol naciente, la estrella roja rampante en lo alto y la cinta roja con la leyenda "¡Proletarios de todos los países, uníos!".
El golpe de Yeltsin permitió solucionar el asunto de modo rápido y expeditivo y recuperar la gallina mutante, o pollo de Chernobil, como lo llaman allí los que no gustan de ese símbolo imperial (¿para qué imperio?) que tiene la desfachatez de representar una república teóricamente laica.
Pero, volviendo a la bandera, aunque ideada durante la época de Pedro el Grande como enseña mercante naval, no sólo se asocia con el reinado de ese zar. Se asocia también con el reinado de muchos otros zares y zarinas posteriores a él, la mayoría entre malos y peores. Se asocia a la triste y agónica fase final del imperio, con Nicolás II, un zar incompetente (de quien el kaiser Guillermo II dijo en privado que estaba hecho para cuidar un huerto de nabos) y profundamente estúpido, que llevó a su país a la catástrofe, con la inestimable ayuda de la odiosa emperatriz Alejandra (la que decía que Rusia gustaba de ser acariciada con el látigo) y un monje loco amante de ésta, Rasputin, además del legado de quienes precedieron a Nicolás en el trono y le legaron un país en condiciones lamentables, condiciones que de todos modos tampoco quiso verdaderamente cambiar. Se asocia esa bandera a las fuerzas contrarrevolucionarias tras Octubre. Se asocia al mal llamado "Ejército de Liberacion Ruso" (ROA por sus siglas rusas) del traidor Andrey Vlasov. Se asocia al neonacionalismo ruso antisoviético de la época de la Perestroika.
Se asocia a demasiadas cosas malas como para que pueda servir de símbolo de Rusia.
Indicaré un ejemplo. La esvástica, antiquísimo símbolo indoario que en idioma sánscrito vendría a significar bienestar o felicitación, fue muy usado en Europa (y en otros continentes y culturas), hasta que el nazismo se apropió de ese símbolo y los horrores del Tercer Reich hicieron que automáticamente esvástica y nazismo se asociasen y fuera políticamente incorrecto su uso (y, en algunos países, ilegal). En el caso de la bandera tricolor y la moderna simbología estatal rusa ocurre un caso parecido: un símbolo antiguo, parcialmente usado, mancillado por sucesivos regímenes e individuos, no puede servir ya para representar a Rusia.
[sigue...]
Esto es algo que saben los que propusieron y aceptaron la bandera y otros símbolos. No es algo accidental, producto de error. Es la revancha de quienes destruyeron desde dentro el régimen soviético, traicionándolo, y buscaron para reemplazar la bandera roja, la bandera tricolor con olor a naftalina. Los que siempre odiaron el socialismo, los que consideraron que la Revolución en sus dos fases (incluida la fase de Febrero) fue una tragedia y una traición a la esencia de la Santa Rusia.
Y, triste es, que merced al lavado de cerebro de la población por los medios de (des)información y actividades "patrióticas" con muchas banderitas favorecidas por el poder actual, una mayoría de la población gusta la actual simbología, muchos sin saber ni importarles todo lo malo que a ella está asociado.
Saludos, camaradas.
Un excelente resumen de la historia de la bandera que representa el triunfo de la contrarrevolución en Rusia en los años 90 y a la Rusia capitalista de Yeltsin y su heredero Putin. Hablando con un camarada español que vive en Rusia me contó al respecto que algunos comunistas rusos, supongo que el PCOR, pues el P Comunista de la F. Rusa tiene ya poco de revolucionario o de sincero, le comentaban esa relación que cito en la entrada entre la bandera rojigualda fascista (por mucho que intenten que cuele su simbología democrática) en España y la tricolor rusa, pues ambas representan el triunfo de, como bien dices, la contrarrevolución y la clase parásita capitalista sobre las esperanzas y, sobre todo en Rusia, los logros, de la clase trabajadora, que osó construir un sistema en el que los capitalistas sobraban. Y es así: la "democracia" española y la "democracia" rusa no son más que la venganza de la oligarquía y de la gran burguesía contra los intentos, más exitosos en Rusia que en España, de construir el Socialismo por la clase obrera. Más claro, el agua, como diría mi abuela (militante del PCE de la época en la que este partido todavía era comunista).
Saludos Rojos
JL Forneo.
Estimado camarada Forneo:
Un placer que haya agradado mi modesta disertación sobre la historia de la bandera nacional rusa, a efectos de que la conozcan quienes no estén versados en el tema puedan juzgar. Por cierto, que hay muchos rusos (igual que españoles) que no saben de dónde viene su bandera. Y tampoco les importa.
Hace años conocí a un viejo (en todos los sentidos) camarada del PCOR. El problema (o problemas) del PCOR, aunque estén bien intencionados y sean gente honesta, es que carecen de fondos, son un partido marginal al que casi nadie escucha, utilizan un lenguaje que en esta época de desideologización de las masas suena a arcaico e incluso absurdo. A gente que, enfebrecida por la fiebre consumista y sin ganas ni, posiblemente, capacidad para entender teoría compleja, les hablas de dictadura del proletariado, planificación económica, lucha de clases, materialismo histórico, materialismo dialéctico, etc. y te miran como si hablases en otro idioma. Hay que explicar a la gente ahora todas estas cosas en términos sencillos, y no es tarea fácil. Si encima se trata de un partido con pocos recursos materiales y humanos, con una gran carga de nostalgia (la nostalgia, ya lo he dicho en alguna otra ocasión, impide avanzar hacia delante mientras sigas mirando el camino recorrido que ya no se puede desandar) y un poco anticuados en sus formas, por más que en el fondo estén en lo cierto, el resultado es el que es. La buena voluntad, por sí sola, no siempre es suficiente. Es una lástima.
Luego tenemos al PCFR, del que fui modesto colaborador hasta 2010, cuando la crisis del Comité del Partido en Moscú, que acabó con la destitución de su primer secretario, Vladimir Ulas, y del resto de la dirección del Comité. En verdad, tanto el Presidium del Partido como el Comité de Moscú tenían en parte razón y ambos también estaban equivocados, pero parece costumbre rusa todo para el vencedor. No me interesan las luchas cainitas y la frustración personal y mi delicada salud me hicieron abandonar toda relación con el Partido, toda vez que el Comité con el que había tenido relación a través de alguno de sus miembros había sido reorganizado enteramente.
[sigue...]
Recientemente volví a entrar en contacto con gente de escalafones bajos del Partido, pero para mi decepción, aunque Zyuganov no es precisamente popular, nadie ve una alternativa factible a ese hombre por el momento. Y está extendida la opinión de que el Partido debe limitarse al juego legal burgués, que es el que el poder permite; si se diera na situación revolucionaria, confían en que el Partio sabría responder adecuadamente. Ilusiones vanas, en mi opinión. Un partido no se hace espontáneamente revolucionario cuando estalla una revolución, un partido es revolucionario, se prepara para lo que pueda suceder y actúa revolucionariamente en una situación revolucionaria. Lo demás es hacerse ilusiones en plan "si pasa algo, ya veremos lo que hacemos".
Estoy seguro de que en el PCFR hay gente decente, verdaderos marxistas, pero tienen poca influencia, están cada vez más arrinconados por la facción dominante del Partido, la que defiende una ideología nacionalista de izquierdas, defensa de la Madre Rusia en detrimento del internacionalismo, asunción de la versión soviético-rusa del choque de civilizaciones de Samuel P. Huntington, elaborado por Lev Gumilyov.
En cuanto a la bandera española, es curiosa coincidencia que también naciera originalmente como enseña naval y luego se extendiese su uso, desde el reconocimiento por las Cortes de Cádiz hasta la oficialización de la bandera rojigualda por Isabel II en 1843. Pero, como en el caso ruso, esta bandera se asocia a tantos reyes nefastos, a tantos regímenes que van de pésimos a criminales, una bandera impuesta, que no puede en verdad representar a una España democrática. Y, al igual que en el caso ruso, la propaganda hace que sea mayoritariamente aceptada, sin otras consideraciones ni cuestionamientos.
"Es bonita", me dijeron una vez. La tricolor rusa también tiene una combinación agradable de colores, pero no se trata de si una bandera es bonita o fea, se trata de lo que representa y simboliza. De su historia. Y lo que representan y la historia unida a ellas no es en modo alguno bonito, excepto para quienes no les importa la historia y para quienes son partidarios de esos terribles momentos de la historia, vencedores que imponen banderas a los vencidos.
Saludos, camarada.
Camarada, así es. Una bandera puede ser bonita o fea, pero lo importante es la ideología que representa, la historia que expresan los colores que la conforman. Y tanto la rusa como la española representan las peores características de la clase capitalista, de la gran burguesía, la explotación salvaje, los crímenes contra los trabajadores y su falta de escrúpulos para acabar con todos los intentos de emancipación de estos. Es decir, son banderas a las que despreciar, banderas que enterrar, no para alabar o aplaudir. Mucho menos si los que lo hacen se dicen (o se hacen pasar, algo que cuadra más) por comunistas.
En cuanto a lo que cuentas del PCFR y sobre el PCOR, yo también tengo esa impresión (aunque en tu caso, como dices, es más que eso, por tu conocimiento directo de ambos). El PCOR es demasiado pequeño en un país enorme como Rusia, sin fondos económicos y sin posibilidad de darse a conocer en un mundo en el que la ideología dominante se ha impuesto en la mayoría de los trabajadores que huyen del esfuerzo y se conforman con recibir la información de los grandes medios informativos (controlados por el capital). En cuanto al PCFR, su camino ambiguo y su rechazo de la lucha activa (no necesariamente temeraria), su aceptación y, por lo tanto, sumisión, a las reglas de la burguesía (parlamento, sometimiento a la ley, rechazo total de toda violencia) no hacen mas que convertirlo, a pesar de los más que seguros militantes realmente comunistas, con principios, en una marioneta del sistema. Y, lamentablemente, con los tiempos que corren, con el ultranacionalismo, ultraortodoxismo y ultracapitalismo de Rusia Unida aceptado por la mayoría de la población, y aplaudido por los pseudocomunistas en todo el mundo, las cosas no tienen visos de cambiar en Rusia.
No obstante, la cadena imperialista se romperá tarde o temprano por algún eslabón. Personalmente no creo que esta vez sea Rusia, aunque como sucedió en su dia, tampoco sabremos, hasta que se produzca, donde tendrá lugar la nueva revolución que haga dar un nuevo salto al movimiento comunista mundial. Lo cierto es que, como diría Mao, el camino de la lucha por la emancipación total estará sembrado de victorias y derrotas, hasta la victoria final.
Por cierto, espero que se mejore tu salud si aun sigue delicada.
Saludos Rojos
Estimado camarada Forneo:
La situación interna del PCFR es realmente lamentable. No sé cuántos escaños conseguirán en la Duma en las elecciones del próximo domingo pero esos escaños, sean los que sean, no tendrán utilidad alguna desde el momento en que el Partido ha renunciado formalmente a presentar batalla en todos los frentes al actul régimen, limitándose a una estéril lucha dentro de la más estricta legalidad burguesa. Dices bien que no se trata de actuar de forma temeraria y yo jamás he propuesto tal cosa a los camaradas (a veces me cuesta considerarlos tal) con los que de tanto en tanto me comunico. Pero no puedo por menos que sorprenderme cuando les hablo, como he hecho aquí otras veces, sobre la necesidad de hacer una actividad de agitación y propaganda en todos los niveles y capas sociales y profesionales y me dicen que eso ya lo hacen: reparten octavillas, intentan hablar en las fábricas. ¡Grandioso! Qué original y atrevido. Me quito el sombrero ante tamaña audacia.
La clase trabajadora ha mutado, tanto por la domesticación inducida por el propio sistema capitalista, como por el hecho de que se ha producido una división y especialización de los trabajadores. Hoy hay más trabajadores de cuello blanco que obreros fabriles. No puedes hablarles a todos con el mismo lenguaje. Por una parte, muchos (la mayoría) de los trabajadores de cuello blanco no tienen la impresión de pertenecer a la clase trabajadora, aunque en realidad la mayoría son unos míseros asalariados. Por otra parte, hay gente que la sola mención de las palabras socialismo/comunismo les causa alergia y cerrarán los oídos ante todo lo que les digas. Se trata de entrarles de forma discreta, sin mencionar inicialmente el socialismo, gánatelos, primero criticando el actual estado de cosas, luego proponiendo alternativas que, poco a poco, sean identificables como socialismo. No les entres a saco con el socialismo porque obtendrás en la mayoría de los sitios el rechazo. Es mejor una estrategia a largo plazo pero más efectiva por ser más subliminal, que va venciendo resistencias poco a poco sin que la gente se dé cuenta hasta que puedas decir "todo esto que he vnido diciendo es socialismo" y no se escandalicen, sino que les haya convencido. Dicho de otro modo: es mucho más eficaz un profesor, un periodista, que hable (ni siqiera mencionando abiertamente el socialismo, al menos al principio, primero intenta llegar a todos los oídos y luego céntrate en los que te escuchan) y forme opinión en la gente, que mil personas que sólo sepan repartir octavillas por los buzones. El fin último es crear una corriente de simpatía y apoyo popular a la idea socialista, que pueda ser usado de forma apropiada para nuestros objetivos.
Es muy difícil, me dicen. Yo no digo que sea fácil, digo que es posible y merece la pena intentarlo al menos.
Dicen también que no es posible penetrar en todos los campos sociales y profesionales, que en muchos lugares no los escucharán. No, desde luego, en ciertos sitios no los escucharán y menos aún si entran con la palabra socialismo en la boca. No se trata de avergonzarse de nuestro ideal, se trata de saber que ciertos métodos ya no funcionan. El ir a una fábrica y gritar "Camaradas: el patrón es un explotador y el gobierno un hatajo de miserables. ¡A la huelga! ¡Vamos a derrocarlos!" pudo funcionar en su día pero, desgraciadamente, ya no. Hay que hacer las cosas de otro modo, más discreto pero, acaso, más eficaz. Soy consciente de que en ciertos ambientes, ciertos campos profesionales, apenas conseguiremos apoyo, del mismo modo que en otros donde sea más fácil conseguir apoyo, nunca lo obtendremos unánimemente. Dicho de otro modo, siempre habrá obreros de derechas. Pero penetrando en todos los campos sociales y profesionales (mucho o poco, según cada campo específico) permitirá tener simpatizantes y apoyos en todas partes, en unos sitios más, en otros menos, pero al menos algunos en todas partes.
[sigue...]
Es peligroso, el FSB vigila, dentro del Partido, en cada comité puede haber soplones del FSB, no se pueden realizar operaciones clandestinas, responden. Ok, ha vencido la estrategia del miedo del Kremlin: el que se mueva lo lamentará. Entonces nada, ya está, se acabó.
Entiendo que es difícil vivir bajo la sombra opresiva de Putin y criaturas como él. No todo el mundo tiene valor (es muy posible que yo, allí, tampoco me atreviese a tomar parte activa en actividades conspirativas, lo reconozco honestamente y no me molestaré si se me tacha de cobarde). O tiene miedo por su familia. Lo entiendo. Pero entonces, directamente que abandonen. No finjamos hacer algo.
Dicen que la situación no es propicia, pero que lo será algún día, que la historia está de nuestro lado e inevitablemente conducirá a una nueva situación revolucionaria por inexorable ley histórica. Son las leyes del materialismo histórico y la lucha de clases. Entonces el partido, que ahora no es revolucionario sino socialdemócrta, se tornará revolucionario por relación causa / efecto. Yo soy menos optimista. Si fuera tan simple, ya estaríamos viviendo en una sociedad socialista, tras la transición del capitalismo al socialismo desde 1917, camino de la etapa final comunista. Si así fuera, no habría más que sentarse a esperar que llegase el nuevo mundo socialista, sin hacer nada, todo ocurrirá cuando tenga que ocurrir. Esto es una versión demasiado simplificada y mecanicista de la evolución histórica, es interpretar que la historia no vendría a ser más que la larga marcha de la humanidad hacia un fin preestablecido, predeterminado (una especie de destino manifiesto), la sociedad comunista sin clases. Las cosas no son tan simples. Las leyes del materialismo histórico y el materialismo dialéctico son válidas, pero a condición de no olvidar que, al final, los eventos sociales son hechos por personas, no es como un ciclo natural en que las estaciones climáticas dan paso unas a otras sin intervención humana.
Marx y Engels, a propósito de esto, decían en 'La Ideología Alemana (1846):
"La historia no es sino la sucesión de las diferentes generaciones, cada una de las cuales explota los materiales, capitales y fuerzas productivas transmitidas por cuantas la han precedido; es decir que, por una parte, prosigue en condiciones completamente distintas la actividad precedente, mientras que por otra parte, modifica las circunstancias anteriores mediante una actividad totalmente diversa, lo que podría tergiversarse especulativamente, diciendo que la historia posterior es la finalidad de la que la precede, como si dijésemos, por ejemplo, que el descubrimiento de América tuvo como finalidad ayudar a que se expandiera la Revolución Francesa, interpretación mediante la cual la historia adquiere sus fines propios e independientes y se convierte en una 'persona junto a otras personas' (junto a la 'autoconciencia', la 'Crítica', el 'Único', etc.), mientras que lo que designamos con las palabras 'determinación', 'fin', 'germen', 'idea', de la historia anterior no es otra cosa que una abstracción de la historia posterior, de la influencia activa que la anterior ejerce sobre ésta."
[sigue...]
Contradicción suprema cuando, por un lado afirman que hay que mantenerse dentro de lo legal (la penetración social que yo indiqué no es ilegal; otra cosa es que al poder no le guste que le hagan competencia) porque no es posible realizar actividades conpirtivas y clandestinas, o por otro creen que si en Rusia se repitise el escenario ucraniano el Partido podría sobrevivir en la clandestinidad. ¿Cómo, sino se pueden hacer actividades clandestinas y temen estar infiltrados (seguramente tienen razón) por el FSB? Les sucedería como al Partido Comunista de Ucrania: ahora mendigan en los tribunales ucranianos y europeos que les dejen presentarse otra vez a las elecciones.
La ruptura de la cadena imperialista, como ya apunté en otra ocasión, ha de tener lugar en un país con capacidad de proyección estratégica, capaz de sobrevivir a un bloqueo e incluso acoso inicial, y luego de usar su potencial para extender la revolución. Hay pocos de tales países. Muy pocos, y algunos quedan descartados, como son los Estados Unidos, pues no es realista pensar en una revolución socialista en un país donde llaman socialismo a algo similar a Ciudadanos, que de socialista no tiene nada.
Me desespero con esta gente.
Gracias por desearme que mejore mi salud, desgraciadamente es una enfermedad crónica difícil y sólo se puede controlar, contener, con altibajos.
Un saludo, camarada.
Publicar un comentario