martes, 15 de mayo de 2012

La tumba de Drácula

Su recuerdo todavia produce escalofrios. Vlad Tepes, conocido como Dracul, palabra rumana que significa demonio, personaje sobre el que Bram Stocker se basó para su libro Dracula, murió en diciembre de 1475 o en enero de 1476, según la leyenda oficial cerca del monasterio de Snagov, a 40 kilómetros de Bucarest, donde se cree que hoy reposan sus restos.

La supuesta tumba de Vlad Tepes
Al parecer, fue víctima de una traición: los nobles valacos y la iglesia ortodoxa le tendieron una celada, como venganza a su gran afan de justicia igual para todos, incluso para los inmunes boyardos, y por su matrimonio con una princesa católica, hija del rey de Hungria, a cambio de apoyo para regresar al trono de Targoviste, capital del principado.

En Snagov fue asesinado por los turcos que, según una de las versiones, enviaron su cabeza a Estambul. Algunas leyendas populares dicen que, tiempo después de su muerte, los habitantes de los bosques de Snagov creían verle paseando de noche en su caballo, sin cabeza, con arreos militares y a la búsqueda de sus enemigos para cobrar venganza.

El historiador Nicolae Serbanescu en su libro "Historia del Monasterio Snagov", afirma que en la tumba del príncipe valaco Vlad el Empalador (Vlad Tepes),  sólo se encontraron huesos de caballo. Igualmente, los historiadores Nicolae Iorga y Dinu Rosetti, que realizaron excavaciones en la tumba de Vlad en 1933, encontraron sólo huesos de animal y un anillo con las armas de Valaquia, que se supone perteneció al príncipe, pero su cuerpo no estaba allí.

El famoso príncipe, azote de los ladrones y resistente ante los turcos, famoso también por su crueldad, murió asesinado en 1476 a los 45 años y fue enterrado a escondidas por los monjes ortodoxos en la iglesia del monasterio Snagov (construida en el siglo XIV).
La isla donde se encuentra el monasterio de Snagov

Poco antes de que Stoker publicara su novela sobre Tepes,  parece que la tumba de Vlad fue profanada en 1875 y sus huesos enterrados en otro sitio que todavía no ha sido descubierto. Otros dicen que el ser enterrado ajeno a la fe ortodoxa, como católico, y excomulgado y con su alma condenada a vagar eternamente por el limbo. es el origen de la leyenda vampirica.

En aquel entonces, 1875, el máximo jerarca de la iglesia cristiana ortodoxa rumana, el patriarca Filaret, había ordenado que fuera borrada la inscripción de la piedra sepulcral de Vlad el Empalador, considerado un criminal.

Sea como fuere, se trata del límite entre la historia y la leyenda, entre las historias del príncipe honesto y cruel, que llevo la justicia hasta su máximo extremo, castigando también a  los propios nobles y clérigos y no solo al pueblo, del igualador social, y las del principe capaz de hacer cualquier pacto, humano o sobrehumano, religioso o politico, para llegar y conservar el poder, o, en relacion a la mitologia clasica, al heroe condenado a vagar para siempre sin descanso precisamente por retar a las condiciones del status quo y al mismisimo dios (es decir, a la iglesia oficial y sus relaciones con el poder).

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