Liliana dicheva - «Georgi Dimitrov entre la juventud trabajadora» |
(Georgi Dimitrov, Discurso en la conferencia regional del Partido Obrero (de los comunistas) de Sofia, 1946)
Tomado de Bitacora de un Nicaraguense.
Reflexiones sobre la cultura rumana y los veinte años de saqueo capitalista
Liliana dicheva - «Georgi Dimitrov entre la juventud trabajadora» |
1 comentario:
He ahí la política leninista de Dimitrov, y compárese con la blandenguería de Mao Zedong en su partido socialdemocrata:
«Aquí lo que más cuenta es el hecho de que ellos no son unos cuantos individuos aislados, sino que representan a una parte considerable de la pequeña burguesía. (...) ¿A qué sector de la pequeña burguesía representan principalmente? A aquel sector de gente de la ciudad y del campo que posee bastantes medios de producción. (...) En el VII Congreso, logramos persuadir a ciertos camaradas para que votaran por Wang Ming y Li Li-san. Y, ¿qué hemos perdido con ello en los últimos once años transcurridos desde el VII Congreso? Absolutamente nada. (...) la elección de ellos ¿no creará en el Partido la impresión de que más vale estar en lo erróneo que en lo correcto y que más vale cometer errores grandes que pequeños? La elección para el CC de Wang Ming y Li Li-san, que cometieron errores de línea, presupone la necesidad de que dos de los camaradas que han actuado correctamente o que sólo han cometido leves errores les cedan el puesto, para que ellos puedan subir a la palestra. ¿Puede haber arreglo más injusto en el mundo? Es muy injusto si lo juzgamos de esta manera: Miren, gente que ha actuado en forma correcta o que no ha cometido más que errores leves, tiene que ceder el puesto a individuos que han cometido errores graves. Esto, a todas luces, es injusto; en ello no hay justicia alguna. Si hacemos la comparación con ese criterio, tendremos que reconocer que más vale estar equivocado que estar en lo cierto y más vale cometer errores grandes que pequeños. Pero, enfocada con otra óptica, la cosa no será así. Ellos son famosos en el país y en el mundo entero por los errores de línea que cometieron. La razón por la cual los elegimos estriba precisamente en que ellos son famosos. ¡Qué otro remedio hay si gozan de fama y la fama de los que no han cometido errores o sólo han cometido pequeños errores no puede compararse con la suya! En nuestro país, que tiene una gran masa de pequeñoburgueses, ellos son sus banderas. Con su elección, mucha gente comentará: El Partido Comunista todavía los espera e incluso les ha cedido dos asientos a fin de facilitarles la corrección de sus errores. Que se corrijan o no es otra cuestión, y de muy poca importancia, pues es algo que atañe solamente a ellos dos. El problema está en que en nuestra sociedad hay un número muy grande de pequeñoburgueses, en nuestro Partido hay muchos elementos pequeñoburgueses vacilantes y entre los intelectuales hay una multitud de elementos vacilantes, y todos ellos ponen sus ojos en estos modelos. Cuando vean que estas dos banderas siguen en pie, se sentirán a gusto, dormirán tranquilos y estarán contentos. Pero caerán en el pánico si estas dos banderas son arriadas. Por tanto, no se trata de que Wang Ming y Li Li-san se enmienden o no. Esto es de poca importancia. Lo que sí tiene gran importancia es que, dentro del Partido, millones de militantes de origen pequeñoburgués, que son propensos a vacilar, sobre todo los intelectuales, están observando qué actitud adoptamos hacia Wang Ming y Li Li-san». (Mao, Fortalecer la unidad del partido, continuar sus tradiciones, 1956)
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