viernes, 27 de marzo de 2015

Los pensionistas rumanos sobreviven como pueden con 190 euros al mes

A finales del pasado año 2014 el número medio de pensionistas en Rumania era de 5.357.000, según ha publicado estos días el Instituto Nacional de Stadistica. Según el informe, la pensión media es de 846 lei por mes (menos de 190 euros). En cuanto a la relación entre pensionistas y asalariados, difiere según la zona: en la capital, hay 5 pensionistas por cada dos trabajadores, mientras que en zonas rurales, como Giurgiu, al sur del país, hay 18 pensionistas por cada 10 trabajadores.

La pensión media varia de modo discrepante según la zona de Rumania: una media de 677 lei mensuales en Giurgiu, unos 150 euros (y hablamos de la media, es decir, una gran cantidad de pensionistas cobran bastante menos), frente a los 1068 lei de Bucarest (unos 230 euros). Como se puede ver en la imagen adjunta (para ampliar pulsar sobre ella) la pensión más habitual es la de entre 600-700 lei (130-150 euros), y el grueso de los pensionistas percibe entre 400 y 1700 lei (entre 90 y 370 euros)

La edad media de los pensionistas rumanos es de 56.9 años, en el caso de los hombres, mientras que la de las mujeres es de 56. Hay que señalar que la edad de jubilación legal en Rumania es de 65 años para los hombres y 60 para las mujeres. En cuanto a los territorios, la edad media es de 58 años en el mundo rural y 56,3 en el medio úrbano.


Las cifras no son nada sorprendentes. Hay que tener en cuenta que desde el golpe de estado de 1989 se destruyeron casi 5 millones de puestos de trabajo, la mitad de los existentes, por lo que una parte de los trabajadores tuvieron que huir desde los años 90 a buscarse la vida fuera de Rumania (se piensa que hay más de 3 millones de rumanos emigrados por motivos laborales), y muchos otros se jubilaron anticipadamente.

Para terminar, hay que recordar que en Rumania, después de casi tres décadas de destrucción de la industria nacional, en un metódico proceso de transformación del país en una colonia de las multinacionales extranjeras, casi todo se importa, y los precios son tan o incluso más altos que en los paises del occidente europeo. Por otro lado, en Bucarest, por ejemplo, durante el invierno se pagan unos 400 lei de calefacción, unos 90 euros, lo que supone casi la totalidad de la pensión de muchos jubilados rumanos (o la mitad para los "afortunados").

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