Por ejemplo, se habla del exponencial crecimiento económico de Rumania y del nivel de vida de los
rumanos. En los diez años como estado miembro, el PIB ha crecido desde los 98.000 millones de euros de finales de 2006 hasta los 172.000 de 2016, según la propaganda venida desde Bruselas. Sin embargo, no se dice nada sobre los altos costes de la acomodación, los producidos por la competencia tras la generalización de la circulación libre de mercancías con las grandes multinacionales comunitarias y extranjeras. Además, como suele pasar en una dictadura del capital sobre los trabajadores, la distribución del PIB es extremadamente desigual; es decir, unos pocos se llevan casi todo y la mayoría se queda con las migajas.
Tampoco se dice ni mu de los costes provocados por la hemorragia de personal especializado y cerebros y, en general, de los cerca de 4 millones de trabajadores rumanos que han emigrado, creando la riqueza en otros estados y limitando la capacidad productiva en Rumania (que había sido limitada ya de por sí desde el golpe de estado de 1989 destruyéndose el 90% de las fábricas y cooperativas agricolas de la potente industria productiva rumana durante los últimos años de socialismo, perdiéndose desde 1990 al añ de entrada de Rumania en la U.E. 4.5 millones de puestos de trabajo -casi la mitad de los existentes en el momento del asesinato de los Ceausescu).
Otra falsificación de las estadísticas de la propaganda proeuropea es la del crecimiento de las exportaciones. Los datos dicen que antes de la integración, las compañías rumanas vendían al otro lado de la frontera mercancía por un valor de 25.000 millones de euros, en 2016 estas llegaron a 42.000 millones. Sin embargo, esta estadística está incompleta al obviar que las empresas que actualmente exportan son en su gran mayoría extranjeras o controladas por multinacionales con sede en otros paises, yéndose la mayoría de los dividendos y beneficios también lejos de Rumania.
También ha crecido la inversión extranjera en Rumania, entrando en el país unos 33.000 millones de euros desde el 1 de enero de 2007 hasta el 31 de diciembre de 2016, creándose empresas y puestos de trabajo (en general no productivas e infrapagados, respectivamente). El beneficio de estas empresas, sin embargo, no ha ido a parar al bolsillo de los rumanos, sino a las cuentas de los inversores extranjeros y de los directivos. Al contrario, las inversiones directas exernas eran, hasta el momento de la entrada de Rumania en la U.E., de cerca de 7.300 millones de euros anuales, pero después la media cayó entre 2.600 millones, es decir, una pérdida de unos 5.000 millones de euros anuales.
La adhesión significó también la atracción de Fondos Europeos en valor de 39.900 millones de euros; sin embargo, la realidad es que si restamos la contribución rumana al presupuesto comunitario, el resultado es que quedan 26.500 millones de euros, cifra que Rumania producía antes de 2008 por el beneficio de las empresas rumanas, que no se marchaba después más allá de las fronteras. Hoy, al contrario, la mayor parte de los fondos europeos van a parar a las compañías y ciudadanos extranjeros.
Sobre el papel, el salario medio neto de los rumanos era de 312 euros al mes en 2007, y en 2016 llegó a 459, aunque en relación a los precios y a la inflación la subida ha sido ridícula.En realidad, Rumanía, después de tener, según las cifras "exageradas" del FMI, apenas un 6% de pobres en 1990, hoy ocupa el primer lugar del top del mayor número de personas en riesgo de pobreza y exclusión de toda Europa, teniendo a 9 millones de personas por debajo del umbral de la pobreza de los 19 millones de rumanos según el último censo (el 46%). En cuanto a los más pequeños, el porcentaje de pobres sube hasta el 49% (es decir, 1 de cada 2 niños rumanos es pobre, no puede obtener sus necesidades básicas diarias).
Los japoneses del Centro Nomura afirman, en el mismo sentido, que Rumania es el país europeo con mayor riesgo de población en el umbral del hambre, ubicando a este país en el puesto número 12 en este top de los 180 tenidos en cuenta. Nomura tiene encuenta el porcentaje del gasto de la población en alimentos básicos, el PIB per capita y la importación total en relación a la producción de productos alimentarios de primera necesidad.
En este sentido, y por el creciente y debido principalmente al elevado nivel de pobreza de los rumanos en 2016, el número de suicidios crece a ritmo agigantado: en Rumania tienen lugar de media 8 suicidios al día En Bucarest, la capital y la región relativamente más rica (o, sería mejor decir, menos pobre) se produce un suicidio cada dos días.
Otro argumento demagógico llegado de Bruselas es el del crecimiento de las exportaciones agrícolas, algo que es cierto pero incompleto. En primer lugar, se exporta más grano, pero muy barato, teniéndose que importar los productos elaborados de fuera mucho más caros (es decir, el tradicional esquema colonial). Además, el 40% de la tierra productiva está en manos de multinacionales o empresarios extranjeros, en especial los latifundios, lo que hace que la mayor parte del beneficio de las exportaciones acabe derivado a otros estados.
La realidad es que, tras 10 años de integración en la U.E., los rumanos viven hoy peor. Las estadísticas muestran que Rumania ha entrado en una etapa de subdesarrollo estructural después de la adhesión (aunque lo cierto es que en los 10 años previos, tras el golpe de estado de 1989, ya se había destruido la industria nacional y la mitad de los puestos de trabajo para allanar el camino).
Los rumanos sintieron el golpe de la pobreza inmediatamente después de 2007, cuando se procedió al recorte brutal de salarios, subvenciones, ayudas sociales y presupuesto público en 2009. Hoy, en 2016, los rumanos son menos, por la caida libre demográfica debida a la pauperización general y la emigración, y más pobres, a pesar de algunos datos macroeconómicos.
Rompiendo la habitual censura mediática, empiezan a surgir y a hacerse oir voces discrepantes y que denuncian el desastre de estos últimos 27 años de barbarie capitalista y, en especial, de los últimos diez como colonia dentro de la U.E. (en especial de Alemania y Francia). En un debate realizado en la Universidad ”Babeș-Bolyai” de Cluj-Napoca en relación al resultado de los diez años de adhesión, la conclusión fue clara: Rumania y los rumanos son más pobres hoy que el 1 de enero de 2007. Constantin Boștină, Presidente de la Asociación para el Estudio y Pronóstico Económico-Social, afirmo que era incontestable que en estos últimos diez años el grado de pobreza ha aumentado, y el antiguo ministro Vasile Pușcaș, que fue negociador para la adhsesión a la U.E, recordó algo obvio: que si la integración hubiera sido positiva, no habría más de 3 millones de rumanos en busca de la supervivencia fuera de Rumania.
Los datos de esta entrada están extraidos del diario Napocanews
5 comentarios:
Hola, compañero:
Gracias por el pedazo de blog que tienes montado. Dada su inmensidad, no he conseguido dar con lo que busco. Me gustaría saber si puedes recomendar algunos libros sobre la historia del comunismo en Rumania. Estoy muy interesado. Gracias.
Hola
Si los quieres en rumano o inglés, es posible. En español no hay nada ¿En qué idioma prefieres?
Saludos
En inglés, por favor.
¿Hola?
http://www.worldcat.org/title/actul-de-la-23-august-1944-in-context-international-studii-si-documente/oclc/909440171?referer=di&ht=edition
http://www.anselm.edu/Documents/NHIOP/Global%20Topics/2010/Kuntzpaper.pdf
http://irrd.ro/wp-content/uploads/2014/06/Revolucion-Rumana-Ioan-Scurtu.pdf
https://www.marxist.com/class-struggles-roman-republic-one.htm
https://books.google.ro/books/about/Romania_Under_Communist_Rule.html?id=JIe3AAAAIAAJ&redir_esc=y
https://books.google.ro/books/about/A_history_of_the_Romanian_Communist_Part.html?id=KtVmAAAAMAAJ&redir_esc=y
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