Rogozin, viceprimer ministro ruso, y Dodon, presidente de República Moldova |
El avión realizaba el trayecto Moscú-Chisinau, y había sobrevolado Bielorrusia y Polonia porque el fascismo ucraniano ha amenazado a todas las autoridades rusas si "osan" sobrevolar su territorio. El pasaje era de 165 personas y, ante la falta de combustible, el piloto pidió permiso para aterrizar en territorio rumano con el fin de repostar.
El Ministerio de Exteriores rumano negó el permiso al avión ruso, recordándole la restricción de sobrevolar sobre su territorio (lo que es una mentira descarada, porque no existe la prohibición de sobrevolar el espacio aéreo de la U.E. para los sancionados, y mucho menos a un avión civil y todos sus pasajeros porque entre ellos se haye un miembro de la lista de sancionados, y en todo caso se trata de negar que este desembarque en un país de la Unión). En todo caso, la arbitraria negativa de las autoridades rumanas obligó al avión a dar la vuelta y aterrizar en el aeropuerto bielorruso de Minsk, puesto que Hungría tampoco le dio el permiso para repostar combustible.
El viceministro ruso declaró que “Las autoridades rumanas han puesto en peligro la vida de los pasajeros hallados a bordo del vuelo S7, mujeres y niños. El combustible ha sido escasamente suficiente hasta Minsk. Esperad una respuesta, desgraciados ”.
Rogozin, vetado por la UE por motivos relacionados con el apoyo de Bruselas al gobierno fascista ucraniano, se dirigía a Moldavia para reunirse con el presidente de República Moldova, Igor Dodon, país sobre el que Rumania todavía tiene aspiraciones de anexión (en base a la ideología de tinte fascistoide fomentada por las autoridades rumanas tras el golpe de estado capitalista de 1989 y que pretende recuperar la Gran Rumania que se creara entre las dos guerras mundiales, incluyendo a la Moldavia independiente).
En la capital moldava, Rogozin tenía previsto participar en los actos que conmemoran el 25 aniversario de la misión de paz rusa en Transnistria, región de mayoría rusa que declaró su independencia en 1992 ante los planes de Washington y Bucarest de unir la antigua República Soviética a Rumania. Los transnistrios vencieron al ejército norteamericano, moldavo y rumano en una rápida guerra (1992-1993) con el apoyo del 14º Ejército Ruso (que aún se mantenía en toda la República Socialista de Moldavia), a pesar de la negativa de Yeltsin, presidente de Rusia entonces, a intervenir. Desde entonces, el 14º Ejército Ruso permanece en Transnistria como fuerza de Paz, en realidad para evitar cualquier intento de volver a atacar el país por parte del gobierno moldavo, la U.E. o Estados Unidos.
Fuerzas de interposición rusas en Bender, Transnistria |
El viceministro ruso de Exteriores, Grigori Karasin, ha declarado que Rusia espera que Rumanía “explique detalladamente (lo sucedido) y los culpables sean castigados”. Karasin expresó su indignación por la situación en la que “primero aprueban el vuelo y luego exigen que el avión con unos 160 pasajeros a bordo dé la vuelta y cierran el espacio aéreo”. “Calificamos esta acción, ni más ni menos, como un gesto antirruso”, expresó. Por otro lado, Dimitri Rogozin ha exigido al gobierno ruso represalias diplomáticas.
Igor Dodon, presidente de República Moldova, ha lamentado la actitud de Rumania y el haber puesto en peligro a los ciudadanos rusos y moldavos que viajaban en el avión. Después de arrasar en las últimas elecciones presidenciales, el presidente moldavo tiene un enfrentamiento continuo con el gobierno de Chisinau, de mayoría proeuropea, que ha intentado también obstaculizar que las delegaciones rusas en visita a Tiraspol, capital de Transnistria, aterrizaran en el aeropuerto de la ciudad.
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