LAS HAZAÑAS DE VLAD MAZEPA Y MIHAI ARDELEANU
Para los voluntarios rumanos, los combates en la Casa de Campo están unidos al
recuerdo de Vlad Mazepa. Allí cayó el joven comunista rumano, llegado entre los
primeros para ponerse al servicio de la República española. En medio de encarnizados
combates, Vlad y otros cincuenta voluntarios, al verse rodeados por los
fascistas, se hicieron fuertes en una casa donde continuaron la lucha hasta el
último cartucho, hasta el último aliento. Los fascistas dieron fuego a la casa,
pero ninguno de los luchadores abandonó la posición, prefiriendo el espantoso
sufrimiento de morir quemados vivos a la rendición.
La muerte de Vlad y de los otros voluntarios de su
grupo permanece como símbolo del heroísmo sublime que, en nombre de un elevado
ideal, animó a estos luchadores.
En el transcurso también de los combates por la
defensa de Madrid cayó igualmente Mihai Ardeleanu, campesino rumano de la zona
de Oradea. Acérrimo antifascista, Ardeleanu se crió en el seno de una familia
que nunca aceptó el yugo burgués-terrateniente (su padre participó activamente
en el levantamiento de los campesinos rumanos y húngaros de Aleșd, en 1904, y
fue condenado por ello a duros años de prisión). Como Vlad, Mihai Ardeleanu
formó parte del primer grupo de rumanos que llegó a tierras de aquella España
en llamas. En su lucha contra los fascistas, puso todo su apasionado amor a la
libertad y todo su odio ardiente contra los terratenientes.
En un momento dado, en el transcurso de los
encarnizados combates por Madrid, el flanco izquierdo del dispositivo del
ejército republicano cedió. Había que enviar a toda prisa una orden para
restablecer la situación. Era una misión difícil y peligrosa: el trayecto que
había que recorrer para entregar la orden en cuestión pasaba por delante de las
líneas del enemigo. No había otro camino.
-Debemos actuar con premura –dijo el comandante-.
¿Alguno sabe montar a caballo? Si no, no podremos transmitir la orden a tiempo.
-Yo sé. Yo llevaré la orden.
Quien había respondido era Mihai Ardeleanu. Claro
que sabía montar a caballo, muy bien, de hecho. ¡Cuántas veces no nos hablaría
de los caballos de su pueblo, junto a Aleșd! Con las gentes de allí no se
llevaba tan bien. Le evitaban y le miraban por encima del hombro: «el hijo del
presidiario», le llamaban muchos. Si ocurría algo en el pueblo, era a él a
quien iban a buscar los gendarmes. Terminó por hartarse e irse. Pero de los
potros del pueblo sí que se acordaba por entonces con cariño. Sólo que aquella
vez no se trataba de un paseo a caballo por los bosques. La muerte acechaba en
los cañones de cientos de fusiles.
-Tienes que llegar a aquellas casas de detrás de
la colina. No es cosa fácil, que lo sepas. Estate muy atento.
-Entendido.
Montó y se puso en marcha. Algunos prismáticos y
algunos corazones angustiados por la preocupación siguieron su galope hasta que
caballo y jinete desaparecieron tras la colina.
-Lo ha conseguido –respiraron los hombres,
aliviados.
Pero la alegría había sido prematura. A la vuelta,
mientras cruzaba por delante de las líneas enemigas, una ráfaga de
ametralladora le cosió a balazos el cuerpo. Aun así, consiguió mantenerse sobre
la silla hasta llegar a nuestras líneas. Cuando el caballo se detuvo de la
galopada, el jinete cayó a tierra, desmadejado. Los camaradas que salieron a su
encuentro, no pudieron hacer ya nada para ayudarle: había muerto. La imagen del
muchacho alto, rubio, fornido, que cautivaba al resto de combatientes cuando
evocaba con tanta nostalgia su país en canciones llenas de tristeza[1]
o cuando, lleno de agilidad, les enseñaba cómo se bailaba la hora[2] en nuestra patria chica[3], permaneció mucho tiempo gravada en el
recuerdo de sus camaradas de armas.
***
También allí, en los combate por Madrid, cayó
igualmente Iosif Conta, de Oradea, llegado a España entre los primeros
voluntarios rumanos de la emigración.
Sus nombres permanecen unidos a los de incontables
mártires de la lucha por la libertad llegados del mundo entero a defender
Madrid. “Con su ejemplo y heroísmo –dice Luigi Longo en el homenaje que rindió
a los primeros voluntarios de las Brigadas Internacionales caídos en combate-
inician una tradición, señalan a los que vendrán, el camino del honor, de la
gloria y la victoria. Honor a las decenas de héroes desconocidos llegados de
Francia, de Bélgica, de Alemania, de Polonia, de los Balcanes, que duermen para
siempre bajo los árboles de la
Casa de Campo que han consagrado con su sangre.”
Decía antaño Séneca: “Existen hombres que están
muertos incluso en vida y hombres que viven incluso tras la muerte[4]”.
Caídos en la flor de la vida, los héroes de la lucha por la libertad pervivirán
eternamente en el recuerdo de los pueblos de cuyo seno habían brotado y cuyas
nobles aspiraciones representaron.
VISITA AL PRADO
También cayeron heridos en el transcurso de los
combates de Madrid muchos voluntarios de nuestras filas. Al visitarlos en los
hospitales donde estaban internados, conocí otro aspecto del heroísmo de los
luchadores que defendían la
República : el heroísmo callado, discreto, de los doctores y
las enfermeras que, día y noche, bajo el bombardeo incesante de la aviación
enemiga, con una abnegación ilimitada, libraban la batalla para arrancar de la
muerte a cientos y miles de heridos y devolverlos a la vida, a la sociedad y a
sus ideales.
Allí conocí y trabé amistad con un médico
yugoslavo, Oscar Gorian, cirujano jefe de un gran hospital del centro de Madrid
destinado a los brigadistas. Había operado y atendido a muchos de nuestros
heridos quienes no dejaban de hablarme de él y de deshacerse en elogios de todo
tipo sobre su persona. Médico de excelente preparación profesional, reunía en
sí cualidades extraordinarias como hombre y como revolucionario: una elevada
conciencia política, una vasta cultura, un carácter íntegro, modestia,
amabilidad y un desvelo y un cuidado emocionantes por los enfermos. En una
palabra, un hombre notable. Mis compatriotas me habían despertado la curiosidad
con lo que contaban. Pensaba: «¿no estarán exagerando un poco?» Lo conocí y les
di la razón. Nos volvimos a ver varias veces después y cada vez era mayor mi
convencimiento de que el afecto con que le trataban los hombres era harto
merecido. Gracias a su energía y talento organizador, a su entrega a los
enfermos y a la tenacidad en el esfuerzo para salvarlos en que había educado al
colectivo, el hospital que dirigía se convirtió en un hospital modelo a pesar
de las dificultades y carencias a que debían hacer frente. Muchos de nuestros
heridos caídos en el frente de Madrid le debieron la vida al doctor Oscar
Gorian[5].
Yo le debo el recuerdo de algunas de las más
extraordinarias emociones artísticas que me ha sido dado vivir. Un día que
había ido a ver a nuestros voluntarios heridos, el doctor Gorian me preguntó si
tenía otro permiso porque podría organizar una visita al Prado. Desde
principios de septiembre el museo estaba cerrado al público, los cuadros se
encontraban almacenados en los sótanos y en las salas más resguardadas; en
aquellos momentos, se preparaba la evacuación de la capital de los lienzos más
valiosos. Un crítico de arte español que trabajaba en el museo, amigo del
doctor, le había prometido una visita a la famosa colección del Prado y Gorian
quería compartir conmigo aquella alegría. Era una ocasión inesperada y me
apresuré a aprovecharla.
El día acordado, acompañados de Miguel, el amigo
de Gorian, nos encaminamos hacia el museo. Madrid mostraba tanto en el centro
como en la periferia las huellas trágicas de la guerra. Las casas con la
fachada derruida dejaban ver los restos del interior, recuerdo desgarrador de
que allí, antaño, habían vividos hombres y mujeres, jugado niños. Los grandes
bulevares de Madrid se habían convertido en el campo de tiro preferido de los
fascistas. La Gran Vía
estaba destruida hasta tal extremo que la población la llamaba entonces la Avenida de los Obuses. Por todas partes había
barricadas y trincheras, sacos terreros para proteger los monumentos, grupos de
hombre que retiraban escombros de entre los que sacaban cadáveres destrozados.
Se habría dicho que los horrores de la guerra eran allí más visibles que en las
trincheras donde se tenía al enemigo enfrente y se podía responder a los
ataques. Pero los madrileños reaccionaban con templanza y dignidad. Los
cartelones con el llamamiento “Evacuad Madrid” no tuvieron como consecuencia un
éxodo precipitado. La mayoría de la población prefirió quedarse, convencida de
que se detendría al enemigo.
La Granvía durante la Guerra Civil |
Guía competente, Miguel, mientras nos dirigíamos
al Prado, nos contó la historia del museo, nos habló de Don Juan de Villanueva,
el talentoso arquitecto español que a
finales del siglo XVIII[6]
elaboró el proyecto del edificio, destinado inicialmente a un museo de historia
natural, de las inapreciables colecciones de arte que contiene, algunas de las
cuales se remontan incluso a los tiempos del reinado de Isabel de Castilla y
Fernando de Aragón. Después de ello, nos advirtió de que las condiciones de
contemplación distaban de ser las idóneas en aquel momento y nos pidió que le
dijésemos cuáles deseábamos ver en concreto en el escaso tiempo de que
disponíamos. Ambos respondimos a una sola voz: «los maestros españoles».
Nuestros deseos se vieron cumplidos. Durante
varias horas, nos deleitamos la vista y el espíritu admirando a Velázquez y
Goya, a Ribera, Murillo y Zurbarán, por no recordar sino a los más grandes. En
las especiales condiciones en que nos encontrábamos entonces, produjeron una
extraordinaria resonancia en nuestros corazones los célebres cuadros de Goya
inspirados en los combates de 1808: el enfrentamiento contra los mamelucos, las
ejecuciones del 3 de mayo, los dibujos que muestran los horrores de la guerra,
que tanto se asemejaban a nuestra atmósfera cotidiana.
Cuando, embargados por la impresión, nos
disponíamos a abandonar el museo, Miguel se lamentó de que no pudiéramos ver
las fachadas del edificio, famosas por su belleza y, en aquel entonces,
defendidas con sacos terreros.
-Debemos adoptar todas las medidas de precaución.
De hecho, vamos a sacar en breve los cuadros de aquí; los fascistas han dañado
tantos monumentos de valor artístico que no puede tratarse de algo casual sino
de un crimen premeditado[7].
Como el asesinato de Federico García Lorca…
Y nos citó con lágrimas en los ojos los versos
llenos de dolor de Machado:
...Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.
Más tarde, cuando vi innumerables monumentos
horriblemente mutilados por la aviación o la artillería enemigas, cuando fui testigo
del odio de los fascistas por la cultura, volví a recordar el amor, el desvelo
infinito de los republicanos por los valores espirituales, que consideraban
patrimonio sagrado del pueblo.
Y mucho más tarde, al leer las notas de viaje que
Nicolae Iorga[8] escribió tras
visitar el Museo del Prado en 1927, volví a recordar con gran afecto todo lo
que vi, durante la guerra, en aquella cuna del arte universal.
Concluye así Iorga sus reflexiones sobre el Museo
del Prado: “La nueva pintura española surgirá súbitamente de Goya, pintor
burlesco de una corte ridícula, pero, por sus desnudos femeninos, heraldo
sublime del arte nuevo de nuestro tiempo.”
***
La primera ofensiva fascista contra Madrid
fracasó. El heroísmo de las masas populares españolas, alentado por el partido
comunista, salvó la capital.
Ni las cuatro columnas ni “la quinta columna” le
proporcionaron a Franco los resultados deseados. El pueblo español dio al
traste con los planes de Franco, de sus patrones de Italia y Alemania, así como
de sus amigos de París, Londres y Washington. Los madrileños, a pesar de los
mortíferos bombardeos de la aviación fascista, a pesar de los continuos
peligros y privaciones, conservaron la moral alta. De sus labios surgía una
canción de mofa en que se advertía a los
cuatro generales rebeldes que en Madrid les esperaba la horca y no un
cafelito caliente en la Puerta
del Sol, que los habitantes de la capital no se dejaban asustar por sus bombas…
Madrid qué bien resistes,
mamita mía,
los bombardeos.
De las bombas se ríen,
mamita mía,
los madrileños.
La capital de la España republicana se mantuvo indoblegable hasta
el último momento de la guerra, cuando, sólo gracias la traición del grupo de
Casado y Besteiro, cayó en manos de Franco.
Los miembros de las Brigadas Internacionales, que,
con su valentía y entusiasmo, contribuyeron a rechazar la ofensiva enemiga,
fueron declarados “hijos honoríficos de Madrid”. Los madrileños les declararon
abiertamente su cariño fraterno. El conocido poeta y gran patriota Rafael
Alberti les dedicó versos entusiastas:
Venís
desde muy lejos… Mas esta lejanía
¿qué
es para vuestra sangre que canta sin fronteras?
La
necesaria muerte os nombra cada día,
no
importa en qué ciudades, campos o carreteras.
De este país, del otro, del grande, del pequeño,
del que apenas al mapa da un color desvaído,
con las mismas raíces que tiene un mismo sueño,
sencillamente anónimos y hablando habéis venido.
No conocéis siquiera ni el color de los muros
que vuestro infranqueable compromiso amuralla.
La tierra que os entierra la defendéis, seguros,
a tiros con la muerte vestida de batalla.
Quedad, que así lo quieren los árboles, los
llanos,
las mínimas partículas de luz que reanima
un solo sentimiento que el mar sacude: ¡Hermanos!
Madrid con vuestro nombre se agranda y se ilumina.
A ORILLAS DEL
GUADALQUIVIR
Mientras las brigadas XI
y XII luchaban en el frente de Madrid, en Albacete se formaron otras unidades
internacionales que entraban de inmediato en combate allí donde su presencia se
hacía necesaria.
Tras un corto periodo de
instrucción, una de estas unidades, el 9º batallón, fue enviado al sector Villa
del Río-Porcuna, en el sur de España, para reforzar las posiciones de algunas
tropas españolas atacadas violentamente por los fascistas, quienes pretendían
avanzar por la carretera Cádiz-Madrid. En el 9º batallón luchaba también un
grupo de rumanos que había llegado a Albacete en el momento de la creación de
la nueva unidad. Entre ellos se encontraban los dos hermanos Burcă, Constantin
y Mihai que, llegados de Rumanía una vez acabado su servicio militar, fueron
nombrados comandantes del pelotón de ametralladoras. El 24 de diciembre, en
camiones, partieron hacia el frente. Fue su primera toma de contacto con el
enemigo. Los voluntarios estaban llenos de entusiasmo, decididos a no escatimar
el más mínimo esfuerzo para derrotar a los fascistas.
Pero en el frente la situación era difícil. Los
voluntarios ocuparon las posiciones y comenzaron a disparar en la dirección
indicada. En realidad, el enemigo estaba en la parte opuesta y los voluntarios
se encontraron con que les disparaban por la espalda.
Fue un momento de desconcierto, de atonía. No
obstante, los voluntarios se organizaron con rapidez, tratando de hacer frente
al fuego que les había pillado por sorpresa. Sin embargo, no podían darse
perfecta cuenta de cuál era la situación, de cómo orientarse.
“En esa lucha improvisada –dice Luigi
Longo- sólo los comandantes de los pelotones consiguieron imponer una cierta
dirección y control sobre los hombres[9]”. Lleno de
ardor, Constantin Burcă, comandante de pelotón, infundía ánimo a sus hombres,
los enardecía. Pero era una lucha desigual en que los voluntarios disparaban a
ciegas a un enemigo que no veían mientras ellos constituían un blanco preciso
para éste, camuflado no se sabía dónde…
Finalmente cayó la noche. Los voluntarios
recibieron órdenes de retirarse hacia Montoro. Durante horas interminables,
vagaron a lo largo del Guadalquivir en busca de un lugar por donde poder vadear
el río, profundo y ancho. Para quienes lograron alcanzar la otra orilla, el
calvario no se había terminado. Aún debían atravesar las líneas enemigas para
llegar a las posiciones republicanas. Por todas partes les acechaba el peligro
ya que nadie sabía a ciencia cierta dónde se encontraba el enemigo.
Mientras los voluntarios cruzaban un bosquecillo,
Constantin Burcă se desplomó. Una bala le había dado en la cabeza dejándolo
muerto al instante. Desde los olivos, el árbol cuyas ramas simbolizan la paz,
se esparcía la muerte. Escondidos entre sus ramas, los moros disparaban a
discreción. Descubiertos, empero, los voluntarios comenzaron a liquidarlos.
Mihai Burcă había visto caer a su hermano, hermano que había sido, al mismo
tiempo, su mejor amigo. Se habían criado juntos, habían estudiado y trabajado
juntos. Lo recordaba hablando a unos camaradas del trabajo en los Talleres de la C.F .R.[10]…
mientras sostenía entre sus manos un violín: había querido aprender a tocarlo.
Pero no había tiempo para el dolor. Se agachó, le cerró los ojos, cogió su arma
y siguió adelante. La muerte de Costache[11]
Burcă, de otros voluntarios rumanos, serbios o búlgaros, checos o franceses,
cuyos cuerpos acribillados por las balas duermen para siempre entre los olivos
de las orillas del Guadalquivir, debía ser vengada. La tierra calcinada de
España debía ser vengada, sus ciudades y sus pueblos mutilados, la sonrisa
helada en tantos labios jóvenes… “¡Quien cae en la lucha por la libertad, nunca
muere!”, decía Hristo Botev. No muere, porque sus ideales prenderán más
adelante en los corazones de sus hermanos de ideas que luchan por hacerlos
realidad. Aunando sus últimas fuerzas, los combatientes supervivientes del 9º
batallón lograron escapar de aquel trágico atolladero.
Las graves y dolorosas pérdidas sufridas por el 9º
batallón no fueron, sin embargo, en vano. Al atacar de través a las columnas
fascistas que avanzaban, detuvo su ímpetu ofensivo dando tiempo a que llegaran
al campo de batalla las unidades españolas y la XIV brigada internacional, y organizaran una
línea de resistencia.
También en el sur de España, algo más al este de
la zona donde encontró la muerte Costache Burcă, cayó luchando heroicamente
otro voluntario rumano, Leontin Dorohoi.
Le conocí en París donde seguía cursos en la
universidad. Era comunista y tenía relaciones con el grupo de la emigración
rumana. Inteligente, instruido, Leontin era una especie de bohemio, algo
despistado, algo desorganizado, pero un camarada admirable, generoso y lleno de
afecto. Cuando se nos planteó la cuestión de ir a España, vaciló inicialmente:
la facultad, los cursos, perdería un año de estudios, etc. Nosotros partimos y
él se quedó. Pero de inmediato comenzó a lamentar sus dudas y pronto nos
siguió. En noviembre se encontraba ya en España. Tras una corta instrucción
(Leontin había hecho el servicio militar en Rumanía y era un muy buen
ametrallador), fue enviado al sur. Allí, en las proximidades de Linares-Jaén,
los republicanos se vieron obligados a efectuar en un momento dado una
retirada. La única vía abierta pasaba por un estrecho valle, una especie de hoz
por la que corría un afluente del Guadalquivir. El enemigo avanzaba, la suerte
de la unidad republicana dependía del modo en que pudiera asegurarse la
retirada.
Leontin Dorohoi se ofreció a cubrir la retirada de
sus camaradas. Era uno de los mejores ametralladores de la unidad. Las
posibilidades de que él mismo pudiera retirarse eran casi inexistentes; Leontin
lo sabía muy bien, pero eso no le hizo vacilar. Es en los momentos de las
grandes pruebas cuando los hombres se muestran en su verdadera luz. El hombre
que había dudado en París no titubeó un segundo. Se apostó con la ametralladora
en un punto en que el camino de acceso del enemigo estaba al alcance de su arma
y permaneció allí hasta que el último soldado republicano se hubo retirado.
Pero el voluntario rumano pagó con su vida su valentía.
Un nombre más se añadía a la lista de los
luchadores caídos por la causa de la libertad: Leontin Dorohoi, de 26 años de
edad.
LAS ROZAS-MAJADAHONDA
A pesar del fracaso sufrido en la ofensiva de
noviembre-diciembre, Franco no renunció a la conquista de Madrid.
Tras la gran derrota sufrida por las tropas
fascistas a las puertas de Madrid, la guerra entró en una nueva fase al
transformarse en un conflicto de larga duración. Franco y sus amos de Berlín y
Roma se habían convencido de que la guerra de España no iba a ser un simple
paseo, como habían imaginado. Alemania e Italia redoblaron su intervención
militar.
Con hombres y armamento, el mando franquista,
junto con los consejeros enviados por Hitler y Mussolini, elaboró el plan
estratégico de una nueva ofensiva contra Madrid, en el sector Las
Rozas-Majadahonda (al noroeste de Madrid).
Por la masiva concentración de tropas observada al
oeste de la capital y por las declaraciones de quienes desertaban del ejército
franquista se supo que se preparaba una gran acción militar. Pronto, todo el
frente, desde Villanueva del Pardillo a Aravaca, pasando por Majadahonda, Las
Rozas, Pozuelo de Alarcón y Húmera, se convirtió en el teatro de feroces
combates.
En la mañana del 3 de enero, tras un intenso fuego
de artillería, la infantería fascista, apoyada por los tanques italianos y
aprovechando que tenía enfrente batallones republicanos que entraban por
primera en combate, rompió el frente, ocupó Pozuelo, Aravaca y se aproximó a
Las Rozas y Majadahonda.
Una brigada española resistía entre El Plantío y La Remisa. Los batallones
de la XI brigada,
que ya habían pasado el duro examen de los combates en los alrededores de
Madrid, salieron de sus refugios y se lanzaron, en condiciones sumamente
difíciles, al asalto de las líneas fascistas.
Al día siguiente, los batallones “Edgar André” y
“Thälmann” fueron atacados violentamente, pero se mantuvieron firmes en sus
posiciones. Los carros blindados republicanos contraatacaron; el batallón
“Thälmann” puso fuera de combate a dos batallones fascistas.
Los combates se sucedían con furia día tras día.
Los bombardeos salvajes provocaban cientos de víctimas entre la población civil
de Madrid. Pero la moral de la población de la capital se mantenía alta. Los
madrileños estaban en las barricadas; el ambiente recordaba a los heroicos días
de noviembre de 1936. Los bombarderos republicanos actuaron con extraordinaria
eficacia provocando grandes daños a la aviación fascista en tierra.
Los combatientes de la XI brigada pasaron por momento
dramáticos. El batallón “Edgar André” estuvo a punto de ser rodeado y
destruido. Los tanques fascistas, en número de 5 ó 6, se encontraban a 15 metros de distancia. «¡Vienen los tanques! ¡Vienen los tanques!»,
se oía gritar. Los voluntarios, en peligro de muerte, no se movieron, no
obstante, y continuaron disparando con sus fusiles y ametralladoras. Sus balas
tenían muy poca eficacia, pero los tanquistas franquistas se asustaron y se
retiraron.
El 7 de enero el batallón “Thälmann” fue cercado y
prácticamente destruido. Sólo en una trinchera cayeron muertos 80 hombres.
Al finalizar la segunda ofensiva fascista contra
Madrid, el batallón “Edgar André” contaba apenas con 120 hombres mientras el
batallón “Thälmann”, golpeado si cabe aún más duramente, tenía sólo 32 supervivientes.
A costa de tales sacrificios consiguieron los
combatientes antifascistas detener al enemigo. Las fuerzas republicanas y la XII brigada internacional, que
llegaron para sustituir a los combatientes asediados de las unidades españolas
y de los tres batallones internacionales, detuvieron definitivamente a los
fascistas. El 16 de enero, las brigadas internacionales XII y XIV abrieron
fuego intenso con todo su armamento contra la infantería fascista, aislaron a
los tanques y los atacaron con granadas. Sorprendidos por la violencia del
ataque, los fascistas se retiraron. Entre los combatientes antifascistas brotó
un entusiasmo indescriptible. En el frente en que poco antes retumbaba el
estruendo del combate, comenzaron a sonar poderosos el “Himno republicano” y “La Internacional ”. Tras
13 días de intensos combates en que se batieron las unidades españolas e
internacionales, la segunda ofensiva franquista contra Madrid fue aplastada con
graves pérdidas para los fascistas.
[1] Doine, en rumano, plural de doină,
endecha. [N. de los t.]
[2] Danza popular rumana en que quienes bailan lo hacen formando un corro y
dados de las mano. [N. de los t.]
[3] El autor, al igual que Mihai Ardeleanu,
era natural de la zona de Oradea, en el noroeste de Rumanía. [N. de los t.]
[4] Retraducción a partir del rumano. Podría tratarse de una confusión del
autor con la cita de Publio Siro “Así como el ignorante está muerto antes de
morir, el hombre de talento vive aun después de muerto”. [N. de los t.]
[5] Después de pasar en calidad de médico por los principales frentes
españoles, tras la retirada de España y una corta estancia en Francia, llegó a la Unión Soviética
donde murió en condiciones trágicas en 1941. [N. del A.]
[6] Error en el original que, en lugar de “a finales del siglo XVIII”, dice “a
principios del siglo pasado”. [N. de los t.]
[7] Durante la guerra, la Oficina Nacional
de Turismo de la República
española publicó una serie de documentos sobre las destrucciones provocadas por
los fascistas en el patrimonio espiritual del pueblo. He aquí algunos
extractos:
“Alcalá de Henares, ciudad museo, fue mutilada por
los fascistas.
Jacinto Benavente, laureado con el premio
Nobel de literatura, escribió en concreto: “La destrucción de esta riqueza
espiritual única e irrepetible representa un atentado cometido contra la
cultura universal, un robo a las generaciones futuras… un pecado imperdonable
para el que no existe redención.” [N. del A.]
Los textos citados en esta nota son
retraducciones a partir del rumano. [N. de los t.]
[8] Nicolae Iorga (1871-1940) fue un político, historiador y escritor rumano.
Marxista en su juventud, murió asesinado a manos de los fascistas rumanos de la Guardia de Hierro. [N. de
los t.]
[9] Retraducción a partir del rumano. [N. de
los t.]
14 comentarios:
Estimado vallekano, he percibido que no tiene mucha simpatia por la memoria histórica rumana ideologicamente inversa a nuestra sectaria e intransigente Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica; supongo que tambien le disgustan los homenajes oficiales a los letones, lituanos y ucranianos de las Waffen-SS. ¿Hay memorias historicas buenas y otras malas? ¿Es legitimo condenar los homenajes a las SS mientras se ensalzan las estalinistas Brigadas Internaciones y criminales de guerra como el general Walter? ¿Porque se protesta por a destrucción del monumento al general Walter mientras aqui se hace lo mismo con los simbolos franquistas? Gracias por contestar.
Los gobiernos de derecha y asesinos intentan borrar como sea la huella de todo intento (exitoso o fracasado) de un mundo sin explotadore, sin parasitos. Por eso en Polonia criminalizan a los que fueron a luchar a España contra el fascismo (que luego, fijate bien la hipocresia) invadio Polonia y la convirtio en un campo de esclavos. Un gobierno que criminaliza a los que lucharon contra eso, ¿cómo lo definirías tu? La memoria histórica, como la historia misma, se escribe con la pluma del dominador o del dominado. El dominador la contara para reproducir el estado de las cosas que le mantiene como privilegiado; el dominado, para cambiar la situación. Por eso en España PP y PSOE prefieren mantener la historia oculta y, aunque los segundos hablen de memoria en teoria, en la practica no hacen nada porque ellos son los sucesores, como los polacos, de aquel régimen genocida que pisoteo a los españoles durante cuarenta años (hijos, socios, aprovechados, etc...).
En Rumania sucede lo mismo. Lo que aqui se llama "memoria historica" es el intento de justificacion del régimen inhumano actual, garantizar la continuidad de los privilegios de los que viven a costa del resto. Por eso fomentan o permiten homenajes a los nazis o legionarios, hablan de criminales como Antonescu como un heroe, mientras todas las conquistas sociales del comunismo las transforman en crímenes. Si no lo entiendes es que, una de dos, o eres / sois de la clase dominante asesina o, peor aun, un esclavo sonriente y dispuesto a vender a su propia madre o familia a cambio de las migajas de los grandes delincuentes.
En cuanto a llamar "criminal de guerra" al General Walter por enfrentarse a la peste fascista, que asesino a millones de personas en toda Europa y el mundo (todas pobres o trabajadoras) es propio de un asesino o de un mercenario a su servicio ¿Cual es tu bando?
Saludos
Saludos
¿Es legitimo (sic) condenar los homenajes a las SS mientras se ensalzan las estalinistas Brigadas Internaciones (sic) (...)?
Todo depende del lado de la lucha de clases en que Usted se sitúe.
A Usted le parecerá muy justo y legítimo -así, con tilde, que para eso existen en castellano- defender mediante la violencia la propiedad privada y la forma de sociedad que se erige sobre ella. A los comunistas nos parece muy justo defender con la violencia la propiedad colectiva de los medios de producción y la sociedad socialista.
Tan simple como eso.
Por otro lado, Ustedes, cuando se embarcan en una guerra de rapiña imperialista que provoca centenares de miles de muertos, hablan de "intervenciones humanitarias"; no obstante, cuando alguien quema un cajero de una de esas instituciones filantrópicas denominadas bancos, Ustedes le llaman "terrorista".
¿Qué le parece a Usted este uso del lenguaje? ¿Cómo lo calificaría Usted? Gracias por contestar, pero, por favor, hágalo en correcto castellano.
Forneo, reconozco que he sido un poco provocador. Pero antes de seguir permiteme explicar mi origen social. Conozco la mentalidad franquista y capitalista por una cuestión familiar, mi familia materna tuvo muchas dificultades para acceder a la sanidad en Ourense delos 60 y 70 aunque supuestamente los agricultores estaban cubiertos por el seguro médico. Pero los galenos exigian repagos y mi abuelo tuvo que pagar 8000 ptas de la epoca (una fortuna para un humilde agricultor como él en 1968)cuando mi tia, una niña entonces, fue hospitalizada por una gravisima peritonitis. Lo siento quiero sanidad pública además es perfectamente compatible con subir el sueldo al personal sanitario y con rebajar la jornada. Cuando se privatiza sucede esto: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/11/22/madrid/1385133003_976105.html
Como ves, se perfectamente lo que pasa cuando se privatiza la sanidad, se recortan brutalmente los derechos de los trabajadores etc. Pero me es imposible tomarme en serio la memoria histórica por varios motivos.
Me ratifico en lo dicho, Vittoro Messori tiene razón cuando nos recuerda las oscuras motivaciones de los demagogos y corifeos de la memoria histórica (transcribo textualmemte : "Ya se sabe que en este mundo no todos los muertos son iguales: los hay «excelentes» y otros omisibles. Así, el fascismo exaltó a sus mártires y lanzó a la oscuridad de la memoria a los caídos por el otro bando. Una vez invertida la situación política, también se invirtió el objeto de aquel culto necrófilo a los caídos por el propio bando, culto que es parte importante del poder.
Es interesante señalar, por otro lado, que este género de cultos políticos no sabe de ecumenismos: es una liturgia que expulsa implacablemente a las demás y relega a las catacumbas políticas la memoria de los muertos de los otros credos políticos. (Hace unos años se produjo en Milán un escándalo cuando un cronista descubrió que durante la rigurosa depuración del callejero se habían olvidado de una calle dedicada a un fascista. ¡No se la había rebautizado con el nombre de un mártir de la Resistencia! Se calificó de sacrilegio, y con toda la razón, ya que realmente se trata de un culto en el que los muertos se seleccionan para legitimar a los poderosos del momento.)"
Tu error es pensar que el mero hecho de enfrentarse a una dictadura convierte a alguien en democrata. Desgraciadamente no es así; la frase del comunista Semprun. “Lo peor del franquismo fué el franquismo” tiene mucho de verdad. Jomeini se enfrentó a la brutal dictadura del Sah de Persia, Hitler a la dictadura de Dollfus en Austria, Castro lucho contra el cleptocratico y represivo Batista, las Brigadas Internacionales lucharón contra la dictadura franquista en ciernes, el corrupto y ladrón Chalabi conspiró contra el tiranico Saddam Hussei.Pero ni Jomeini, ni Hitler, ni Castro ni las brigadas internacinales luchaban por la democracia y la libertad.
No, yo no veo normal los homenajes a los voluntarios letones de las antisemitas y genocidas SS. Tampoco veo normal homenajear a criminales de guerra "antifascistas". El periodista serbio Pero Simic´ revela en su libro “Tito: el secreto del siglo”, que Josip Broz “Tito” estuvo en la Guerra Civil española, y le acusa de haber “matado a más comunistas que todo el ejército de Franco”. Entre sus ejecutados figura Blagoje Parovic´, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia y comisario de la XIII Brigada, asesinado por orden de Tito, el 6 de julio de 1937 durante la batalla de Villanueva de la Cañada (Madrid).
http://angelmanuel-gonzalezfernandez.blogspot.com.es/2011/04/ejecuciones-y-asesinatos-en-las.html
En 1936, Stalin mandó al secretario de la Komintern, André Marty como jefe de la base de Albacete y de las B.I., instalando el cuartel general en la iglesia de la Purísima y la jefatura en el colegio de las Dominicas. Pronto empezó a hacer honor de su fama de crueldad y sadismo, llegando a ser llamado por los propios voluntarios como el carnicero de Albacete. El 15 de noviembre de 1937 reconoció ante el Partido Comunista de Francia, que había ejecutado a más de quinientos brigadistas. El siniestro André Marty, alternaba las actividades represivas con la preparación urgente de las B.I. Instaló una terrible cheka en la iglesia de la Concepción de Albacete, como centro de represión y de tortura de los brigadistas. Según el escritor Guillermo Cabanellas, André Marty pasará a la historia de la guerra civil española como un ejemplar sanguinario, cuya manía de fusilar a la gente constituía la revelación no de un genio, sino de un enfermo mental, de un asesino nato que saciaba así sus bajos instintos.
Karol Wacław Świerczewski, más conocido como General Walter, jefe de los brigadistas era un criminal de guerra, y además, según los archivos sovieticos, un alcoholico incompetente en el campo de batalla :"Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial Świerczewski servido como general del ejército soviético. Sus comandantes, al ver la incompetencia completa de Świerczewski y su alcoholismo , lo trasladaron a mandar reservas. Esta decisión fue tomada por el general Georgi Zhukov . [1] El hecho de que Świerczewski dio la mayor parte de sus órdenes bajo la influencia del alcohol, lo que tuvo consecuencias trágicas para sus soldados, fue descrito en Zygmunt Berling libro 's Wspomnienia (Memorias). En 1943 se convirtió en uno de los generales encargados de la creación de los controlados por la Unión Soviética Fuerzas Armadas polacas en el Este , el primero del Ejército Polaco . Su alcoholismo constante y el desprecio por la vida relacionados con la salud de sus soldados agitaron conflictos con Zygmunt Berling. También por esta razón por la que se ha eliminado de la orden en varias ocasiones. Órdenes relacionadas con el alcoholismo de Świerczewski ganó las críticas de los otros generales polacos, así, como el general Aleksander Waszkiewicz . [2]
En 1944 se convirtió en uno de los líderes de los Partido de los Trabajadores Polacos y el gobierno de la República Popular de Polonia . En el invierno de 1944 y la primavera de 1945 se llevó el segundo ejército polaco durante los combates de Polonia occidental y la batalla de Berlín . Su liderazgo en la batalla de Bautzen (Budziszyn) ha sido severamente criticado por los historiadores modernos, y es responsable por el Segundo Ejército incurrir en bajas muy fuertes en ese compromiso. [3] Si bien el mando, podría haber estado borracho, y fue temporalmente relevado de su mando. [3] [4] Sin embargo, debido al importante respaldo en las estructuras soviéticas (probable, NKVD ) que no sólo conservó su mando, pero todas las controversias se echó tierra, y después de la guerra fue gloriaba como un héroe . [3]
En febrero de 1946 se convirtió en el Świerczewski viceministro de Defensa de Polonia. Estuvo involucrado en la persecución del movimiento de la independencia de Polonia, y firmó muchas sentencias de muerte, mientras que el establecimiento de un régimen comunista en Polonia."
http://en.wikipedia.org/wiki/Karol_%C5%9Awierczewski
El objetivo último de la memoria historica no es reivindicar a las víctimas de la represión franquista ni la reconciliación sino la busqueda de la hegemonia cultural de la izquierda y la justificación de una supuesta superioridad moral del progresimo sobre la derecha. De forma similar en Rumania, Polonia, los paises balticos, Hungría...la derecha hace lo mismo para obtener reditos políticos de los aspectos más desagradables del pasado comunista. Vittoro Messori tiene razón cuando nos recuerda las oscuras motivaciones de los demagogos y corifeos de la memoria histórica (transcribo textualmemte : "Ya se sabe que en este mundo no todos los muertos son iguales: los hay «excelentes» y otros omisibles. Así, el fascismo exaltó a sus mártires y lanzó a la oscuridad de la memoria a los caídos por el otro bando. Una vez invertida la situación política, también se invirtió el objeto de aquel culto necrófilo a los caídos por el propio bando, culto que es parte importante del poder.
Es interesante señalar, por otro lado, que este género de cultos políticos no sabe de ecumenismos: es una liturgia que expulsa implacablemente a las demás y relega a las catacumbas políticas la memoria de los muertos de los otros credos políticos. (Hace unos años se produjo en Milán un escándalo cuando un cronista descubrió que durante la rigurosa depuración del callejero se habían olvidado de una calle dedicada a un fascista. ¡No se la había rebautizado con el nombre de un mártir de la Resistencia! Se calificó de sacrilegio, y con toda la razón, ya que realmente se trata de un culto en el que los muertos se seleccionan para legitimar a los poderosos del momento.)"
¿Quieres decir que consideras que, con lo que está cayendo, hoy día la "izquierda" tiene la hegemonía ideológica en Europa? Pues me parece que tienes que echar un ojo al mundo un poco más serio, porque la realidad es que es al revés. Por eso mismo no se reivindica la memoria histórica en ningún país, y mucho menos España, sino como, digámoslo así, zanahoria para el burro. La realidad es que aunque por un lado se "criminaliza" al fascismo y, especialmente, al nazismo, las politicas y los hechos nos demuestran que es solo una venda en los ojos, porque el fascismo, un poco maquillado eso si, sigue muy presente en España, en Alemania, en Israel, EEUU, etc... En realidad en todo el capitalismo (de donde, como sabemos, surgió el fascismo). La historia, como ya he dicho, la escriben los que detentan el poder, los que quieren reproducir continuamente el estado de las cosas. Pore eso se recuerda a las Brigadas Internacionales (en algunos paises) pero se criminaliza al comunismo, aunque todos los brigadistas lo fueran. Se habla de los campos de concentracion nazis, pero se contraponen los supuestos crímenes soviéticos, sin citar para nada los crimenes de la OTAN, de Israel o los campos de concentración o cárceles fuera de la ley de Guantanamo y similares. Porque la memoria historica, o eso que tu defines como tal, la dirigen las clases dominantes, y siguen siendo los mismos de siempre: los mismos que se vieron obligados a luchar con Hitler mientras le financiaban, los mismos que se llevaron a todos los nazis que pudieron a sus empresas y gobiernos, los mismos que despues de la caida de la URSS no han dudado en volver a las politicas prebelicas de represion a los trabajadores, recortes sociales y empobrecimiento y desigualdad crecientes.
Saludos
"¿Quieres decir que consideras que, con lo que está cayendo, hoy día la "izquierda" tiene la hegemonía ideológica en Europa?" No, y reconozco que haces 1 pregunta muy interesante; evidentemente la izquierda obrera tradicional es ridiculizada y marginada. Pero por el contrario el marxismo cultural (lease progres)sigue gozando de gran prestigio e influencia política pese a que el capitalismo empobrece cada vez más a las clases populares.Para analizar el declive de la izquierda obrera, extrañamente coincidente con el auge del marxismo cultural yo insistiria en diferenciar entre “rojos” y “progres”. Estos últimos parecen haber abandonado conceptos progresistas tradicionales como lucha de clases, justicia social, estado de bienestar, impuestos progresivos sobre la renta, el capital y la herencia…en favor de la defensa de una sociedad permisiva.
Esta es la tesis de un ensayo del usamericano Paul Edward Gottfried, según este autor “la izquierda postmarxista cambió sus planteamientos mucho antes de la caída del muro de Berlín: las transformaciones socio-económicas en Francia e Italia habían debilitado el discurso obrerista de la izquierda.”. En definitiva, la tesis de Gottfried es que la clase trabajadora ha desaparecido del horizonte de la izquierda postmarxista y que ha sido reemplazada por la defensa de unos valores hedonistas y relativistas que deben servir para una profunda transformación cultural y antropológica. En consecuencia, no es incompatible ser un radical en materia de estilos de vida con disponer de una abultada cartera de acciones en una multinacional con sede en un paraiso fiscal.
Por cierto, Luis Antequera ha realizado un interesantísimo retrato sociológico de la izquierda en España : http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=17474
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=17474
“izquierda de las élites” o “izquierda intelectual”, según les gustaría a sus componentes ser conocidos: una minoría dentro de la izquierda que habita en los grandes polos urbanos, y que aunque es la que más alardea de su izquierdismo, tiene una procedencia sociológica aristocrático-burguesa que comparte plenamente con lo más selecto de lo que ellos llaman “la derechona”, hasta el punto de tener, muchos de sus miembros, una procedencia deliberadamente oculta y hasta falseada de las más significadas familias del franquismo.
Constituyen una minoría dentro de la izquierda, no creo que aporten ni el 10% de sus votos, pero muy beneficiada, ya que es, a la postre, la que nutre los cuadros y la que mejor partido saca del Estado cuando éste cae en sus manos. Aunque no son los grandes intelectuales que les gustaría y alardean de ser, acostumbran a tener formación universitaria, o por lo menos, haberla intentado. Pensar "en izquierdas" les permite “aliviar sus conciencias”, pero en la práctica, ni se muestran muy solidarios con los desfavorecidos que les son más cercanos, ni dejan de observar gustos sibaritas y aburguesados hasta límites que exceden, muy a menudo, los de sus pares en la derecha. La "imagen", una imagen pretendidamente moderna, progresista y sofisticada, es, también, una de sus grandes preocupaciones.
En algunos momentos de la historia de España, han tendido a crear partidos selectos, casi "iniciáticos", en los que sólo militan y se votan ellos mismos (Acción Republicana durante la República, PSP de Tierno durante la Transición), si bien, descubiertas las ventajas de liderar "desde dentro" la izquierda de masas, han preferido militar en los grandes partidos de la izquierda (sobre todo el PSOE, en menor medida el Partido Comunista y sus siglas franquiciadas), aunque puedan parecerles algo horteras, y dominarlos.
Desde el punto de vista ideológico, alimentan un característico relativismo que les convierte en “ideológicamente muy permeables”, hasta el extremo de poder defender una cosa hoy y mañana otra (lucha contra la droga, v.gr.), o que las cosas están bien si las hacen ellos, pero no si las hacen los demás (plan hidrológico, v.gr., las últimas medidas de ZP, de libro). Y hasta causas cuya única relación con la izquierda es la que ellos les otorgan en función de la conveniencia táctica del momento (nacionalismos periféricos, ateísmo radical, ideología de género…). Pero por encima de todo, les caracteriza un clasismo social, no por inesperado y pocas veces comentado, menos visceral, el cual les lleva a despreciar a todo el mundo: a los de su clase social, por ser de derechas; y a los de su misma militancia, por no ser de su clase social.
El ministro Fernández Bermejo de cacería
En cuanto a su lealtad, no alteran jamás su voto cuántos de entre ellos esperan obtener las prebendas del partido. Los que no, pueden llegar a la abstención, y unos pocos, incluso a votar opciones distintas de la izquierda en situaciones extremas (como la presente). Cuando pienso en ellos, no puedo evitar acordarme de ese caso prototípico que constituye el francés DSK, aun cuando nuestra patria ha proporcionado eximios ejemplos tanto en otros momentos de nuestra historia (el doctor Negrín v.gr.), como en los actuales, con personajes que están en la mente de todos y que no preciso ni citar.
El artículo sobre la "izquierda" en España es bastante acertado, porque gran parte de ella son o descontentos temporarles, hasta que tengan dinero y vivan bien, o directamente fascistas "progres", que con una cara de buen rollo piensan identicamente a los del PP o, sin eufemismos, fachas.
Pero olvida a otras personas de izquierda que si que lo son, que no viven lujosamente con cargos en consejos de administracion, o sacrifican el estar con sus familias por sus obligaciones de partido o clase, o que directamente estan en la cárcel por ser comunistas. Son pocos, pero eso no quita que antes, hace tiempo, el comunismo (e incluyo aquí también al anarquismo) una ideología que prendió fuerte entre los trabajadores.
Eso si, la desorganización actual y el desclasamiento hace que en el presente los grupos y grupusculos sean facilmente moldeables y manejables por los medios, la policia u otras influencias, lo que hace que por muchas intenciones que tengan de cambiar las cosas acaben siendo como un pañuelo de papel en la tormenta.
Sin organización de clase y de masas no hay posibilidad de que la izquierda se desarrolle y triunfe, y eso lo saben bien los parasitos que viven del trabajo ajeno y por eso tienen como fin principal evitar esa posibilidad por todos los medios.
Saludos
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