Parece que el objetivo de los que han organizado las movilizaciones contra el gobierno de Rumania bajo la excusa de la lucha "anticorrupción" no ha sido conseguido y no se ha podido cambiar el apoyo mayoritario al programa social del Partido Socialdemócrata, ganador con una mayoría rotunda en las elecciones del pasado mes de noviembre.
Protestantes "anticorrupción" con la bandera norteamericana exigiendo la dimisión del gobierno socialdemócrata rumano |
Una reciente encuesta realizada por la empresa de estudios sociológicos CIADO concluye que el 65% de los rumanos piensa que las ruidosas, mediatizadas y espontáneas protestas organizadas contra la "corrupción" han sido en realidad dirigidas por las multinacionales extranjeras y las ONG´s financiadas por ellas contra el programa del gobierno socialdemócrata, que incluye varias medidas fiscales contra los privilegios de las corporaciones y de fomento de la producción local frente a la importación.
Además, al contrario de lo que nos venden los medios de propaganda, según los cuales "la juventud rumana" se ha movilizado contra la corrupción, el sondeo muestra que apenas el 30% de los jóvenes irían a votar si hubiera elecciones mañana, mientras el 40% dice no estar representado por ninguno de los partidos parlamentarios actuales.
La proporción varia un poco en los mayores de 35 años: estos consideran, en un porcentaje de más del 65%, que las protestas están manipuladas por los medios al servicio de las grandes empresas, y que el gobierno socialdemócrata actual debe seguir aplicando su programa electoral a pesar de las movilizaciones; el 50% afirma que iría a votar si hubiera elecciones mañana.
La encuesta confirma los análisis realizados por este blog ante las movilizaciones antigubernamentales vendidas en las televisiones y medios europeos como "protestas anticorrupción", pero que en realidad tenían como objetivo evitar que el programa social del ejecutivo se aplique en su totalidad.
Por otro lado, una gran parte de la juventud rumana no se siente representada por ningún partido político del régimen actual, mientras que pocos sienten la necesidad de acudir a votar, especialmente las nuevas generaciones, lo que muestra el fracaso de la falsa democracia capitalista. Aun así, la gran mayoría no se ha dejado engañar por la manipulación mediática y el intento de identificar la corrupción sistémica, del capitalismo, con un determinado partido político, precisamente el único que, aunque asume las reglas de la explotación, promueve políticas más sociales y beneficiosas para los más desfavorecidos y la clase trabajadora.
Los rumanos no se han tragado el cuento prefabricado en los despachos de los grandes intereses globalistas y, al contrario, han captado con claridad meridiana de qué se trata en realidad: seguir apretando las tuercas a la clase trabajadora rumana y evitar que el gobierno socialdemócrata aplique algunas medidas sociales que se lo van a poner un poquito, no mucho en realidad, más difícil.
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