A continuación, nos solidarizamos y compartimos el comunicado de los camaradas:
COMUNICADO DE APOYO A LOS ROMANÍES DE FIVES
El pasado lunes 28 de octubre, a las 6,45, el campamento de romaníes de Quatre Cantons, situado en el campus de Lille 1 ha sido desmantelado; las caravanas, sus únicos hogares han sido destruidas o enviadas al depósito. Sin ninguna perspectiva, las personas han encontrado refugio nocturno en la Bolsa de Trabajo de Fives, llegando a un acuerdo los sindicatos, especialmente Solidaires, para permitir la acogida.
Aunque la ocupación se suponía temporal, dura ya más de una semana, a pesar de las movilizaciones exigiendo el realojamiento de los romaníes, demostrando el racismo que el Estado y la alcaldía exhiben frente a ellos.
Siempre es la misma historia, y muy frecuentemente es la misma gente. Unas 16.000 o 17.000 personas en todo el Estado francés, a los cuales la burguesía en el poder arruina la vida desde hace años. En la época de Sarkozy se les expulsaba hacia Rumanía o Bulgaria, en donde no tenían ningún lugar al que ir, contando con los 300 euros por adulto (y 100 por niño) que la mafia local les confiscaba en el aeropuerto. Luego, no tenían otra cosa que hacer que procurar regresar. Ahora se contentan con arruinarles la existencia, cerrándoles todos los horizontes, impidiéndoles trabajar y escolarizar a sus hijos, impidiéndoles simplemente descansar y retomar fuerzas. A la espera de que abandonen y se vayan…pero que se vayan ¿dónde? ¿al infierno?
Lo que está sucediendo en el Estado francés a principios de este siglo XXI es una especie de exterminio silencioso, de exterminio por agotamiento…Si el Estado se decidiera a internarles en campos de concentración sin más miramientos, al menos las cosas estarían más claras, los humanistas podrían indignarse y la ministra Duflot abandonar por fin el gobierno.
A fuerza de oír al ministro Valls alardear cada semana de haber expulsado un nuevo campamento, podría creerse que hay millones de gitanos romaníes en el Estado francés. A pesar de las promesas del candidato Hollande, que prometía «ninguna expulsión sin solución», son siempre los mismos 16.000 o 17.000 los que son expulsados y vueltos a expulsar semana tras semana…
Las mismas 16.000 o 17.000 personas que las responsables de todos los males del capitalismo: del aumento del desempleo, de la inseguridad y de la miseria…Y hasta del retraso de los trenes.
En realidad, los gitanos rumanos no son los responsables de los males del capitalismo, sino que son sus primeras víctimas, las primeras víctimas del paro, de la inseguridad, de la miseria, de las mafias…Están en nuestro lado, y por ello nuestra burguesía busca desviar sobre ellos nuestra cólera. Para olvidar que es el capitalismo el que hace nuestra vida cada vez más difícil, y cada vez más inhumana la vida de los romaníes.
El ministro Valls declara que «los ocupantes de los campamentos no desean integrarse en nuestro país por razones culturales, o porque están en manos de redes de mendicidad o prostitución»; el alcalde de la UMP de Croix (Norte) declara que si «un ciudadano comete algo irreparable contra un rumano él le apoyará». El ayuntamiento de Lille tomo parte en esta política haciendo llegar, por ejemplo, a los habitantes de los barrios populares de Lille correos anti-romaníes. Diversas manifestaciones anti-rumanos han tenido lugar en numerosos barrios de Lille. El que un restaurante pretendidamente antifascista avise a unos militantes que acompañaban a un gitano rumano que salía del hospital, que esa era la primera y última vez que venían con un rumano, es significativo de cómo la propaganda racista del Estado da sus frutos.
El martes día 29 tuvo lugar un intento de ocupación de la antigua Bolsa de Trabajo de Lille, un inmenso edifico desocupado desde hace un año. Algunas familias y militantes llegaron a penetrar sin violencia, pero intervino la policía, impidiendo la entrada a todos. Tras una reunión en la prefectura, los romaníes fueron expulsados, regresando a la Bolsa de Fives. A una semana de ocupación de esta Bolsa, la alcaldía remite a los militantes a la prefectura, que a su vez les remite a la alcaldía. El Estado y el ayuntamiento son los enemigos declarados de los rumanos, pero también existen los falsos amigos.
Denunciamos la hipocresía de la Unión Europea: la comisaría europea de justicia Viviane Redding acusaba a Francia de discriminación racial, en septiembre de 2010. Denunciamos la hipocresía de los Verdes: la ministra de Vivienda, Duflot, denuncia las intenciones de Valls, pero firma con él la circular ministerial de agosto de 2012 que organiza las expulsiones de okupas y los desmantelamientos de campamentos. Los ministros son por definición solidarios de la política del gobierno en el cual participan. En cuanto a los comisarios europeos, son solidarios de la política de la Comisión de Bruselas que ha organizado el pillaje de los países de Europa del Este y la liberalización de su economía a mayor beneficio de las grandes potencias imperialistas del Oeste, con Francia y Alemania a la cabeza, y para mayor desgracia de las poblaciones más frágiles de estos países dominados (con la minoría romaní a la cabeza). Es totalmente hipócrita asombrarse de que estas poblaciones errabundas reducidas a la miseria sean víctimas del racismo en los países en que intentan refugiarse y sobrevivir.
No somos de esos que se conforman con la caridad, no somos pequeños burgueses que ven en las condiciones de los roms, obligados a errar, un modo de vida exótico. Los consideramos como nuestros iguales, hermanos y hermanas de opresión hoy, hermanos y hermanas de combate mañana, parte integrante de nuestra revolución. Y les reconocemos los mismos derechos que nosotros: no solamente la libertad de circulación para ir de miseria en miseria, sino el derecho de trabajar (que les niega el Estado francés, que a continuación lamenta su falta de voluntad de integración) y las condiciones materiales que les permitan trabajar: el derecho a una vivienda decente, el derecho de escolarizar sus hijos, el derecho a formaciones profesionales. Y el derecho de derribar el capitalismo para imponer sus derechos.
Por eso, las iniciativas impulsadas por el colectivo de apoyo a los gitanos de Villeneuve d’Asq han sido importantes. El campamento de Lille 1 ha permitido desarrollar la solidaridad entre los estudiantes, el personal y los romaníes, a pesar de las presiones de la administración: el secretariado del Instituto Universitario de Tecnología ha hecho circular una petición para exigir su expulsión, y una empleada ha sido amenazada de despido por haberse negado a rechazar a los jóvenes gitanos que venían a jugar al futbol en la Casa del estudiante.
Los militantes han ayudado a los romaníes a hacer “crepes” para ofrecérselas a los estudiantes y al personal de la universidad, y les han dado cursos de francés. Esto permite crear una solidaridad real entre los gitanos, los estudiantes y el personal.
Estudiantes franceses contra las expulsiones |
Felicitamos a los militantes que arropan a los gitanos, principalmente a las organizaciones Sud Etudiant Lille, y al colectivo Solidarité Roms. La actividad cotidiana se organiza gracias a los militantes más motivados, relevándose día y noche para aportar su ayuda. Sin embargo, aunque reciente, la Bolsa de Trabajo de Fives no está equipada desde el punto de vista sanitario para albergar a nadie. Además, esto mantiene a los romaníes en una situación de dependencia que les es insoportable, tal y como lo es para los militantes.
La lucha se estructura en el seno de una intersindical, los sindicatos de esta Bolsa, actualmente la FSU, la CGT, Solidaires. Concentraciones y manifestaciones se organizan para difundir las siguientes reivindicaciones: reunión inmediata de una mesa redonda que reúna a todas las partes afectadas, una evaluación global de la situación sanitaria y social de los 50 niños y de sus familias. Roms y militantes están decididos, a pesar de la fatiga que se acumula, para, como un comunicado de los gitanos declara, hacer caer «las barreras que tenemos delante desde hace años», a continuar «las manifestaciones hasta que aquellos que nos han expulsado nos acepten».
Lejos de la lógica miserabilista humanitaria, de lo que tenemos necesidad es de una solidaridad de clase. Apoyamos la convergencia que se da entre el movimiento de los romaníes y los movimientos estudiantiles tras las expulsiones de los sin-papeles Leonarda y Khatchik, así como con los asalariados de La Redoute.
¡La responsable de la degradación de las condiciones de vida de
las clases populares no es la inmigración de rumanos, es la crisis del
capitalismo!
¡No es a los rumanos a los que hay que expulsar, sino al capitalismo lo que hay que destruir!
¡Derecho al trabajo, a la formación y a la vivienda para todos!
¡No es a los rumanos a los que hay que expulsar, sino al capitalismo lo que hay que destruir!
¡Derecho al trabajo, a la formación y a la vivienda para todos!
Partido Comunista maoísta de Francia / Organización Comunista – Futuro Rojo
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