Estados Unidos ha solicitado a Rumania (solicitar es un decir, porque el amo no pide permiso a la colonia) aumentar la dotación de la base que tiene el ejército yankee de ocupación en Mihail Kogalniceanu, cerca del Mar Negro. Washington desea traer a la zona otros 600 soldados y los aviones necesarios para cumplir determinadas funciones, que no se han especificado.
El número de efectivos de la base militar se elevará, por lo tanto, a unos 1600 marines. El anuncio se hace cuando se han cumplido 10 años desde la integración de Rumanía en la OTAN que, no hay que recordar, es el ejército que más muertos ha provocado (en general civiles indefensos) en sus brutales bombardeos indiscriminados y sus sanguinarias intervenciones terrestres (Yugoslavia, Irak, Afganistan, Libia, Siria, Sudan, etc...).
Igualmente, Rumania permitió que en su territorio se ubicara una cárcel ilegal para torturar a los prisioneros de Afganistan e Irak, y ha cedido igualmente su territorio para instalar el escudo antimisiles que Estados Unidos quiere utilizar contra Rusia, en la antigua base de la aviación rumana de Deveselu, en el suroeste del país.
Recordemos que, aunque la propaganda repita rutinariamente -una mentira repetida 1000 veces se convierte en verdad, como decía el capitalista Goebbles-, el ejército soviético solo se mantuvo en Rumania desde su liberación en agosto 1944 menos de catorce años y, al contrario, las fuerzas de ocupación norteamericanas (aunque, de nuevo Goebbles dixit, lo hacen como aliados y para proteger a los rumanos de los enemigos del este) parece que van a estar en su colonia europea durante mucho tiempo.
Al fin y al cabo, la política de exterminio, genocidio y expansionismo propia del imperialismo norteamericano (y de sus todavía sumisos aliados de la Union Europea) necesita de lugares donde sus matones puedan descansar con total impunidad (de hecho, en Rumania, como buena colonia, los delitos cometidos por los sicarios del ejército yankee no se pueden juzgar).
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